"Eres tan linda" {Manjiro Sano/ Mikey x reader}

CAP 29.

PRESENTE  —2 NOVIEMBRE 2005—

Mis ojos empezaron a abrirse lentamente, estaba en el suelo de mi habitación con un charco de sangre que salía de mis muñecas, aunque en este mismo momento no sangraban.

Me levanté lentamente del suelo y miré hacía los lados, no había nadie, pude sentir una liberación pero un miedo que estaba empezando a nacer.

¿Qué me acababa de pasar?

Miré hacia los lados y vi mi móvil en mi cama.
Lo encendí, pude ver la hora, era las 10.00 pm, debajo de la hora había un mensaje, procedente de "☆Mikey☆".

Una pequeña sonrisa se dibujó en mi rostro, por un momento pensé que era algo bueno lo que me tendría que decirme. Porque nunca antes me había escrito por mensaje, la sensación de felicidad de recibir el primer mensaje de Mikey inundaba mi mente.

Todo eso se esfumó al leer el mensaje.

El peso de la soledad se posó en mis hombros retrepandome por la pared hasta tumbar todo mi cuerpo en el frío suelo.

- y, ¿ahora? ¿Qué hago yo conmigo? -dije mientras las lágrimas eran incapaces de salir.

Me abracé a mi misma en el suelo  preguntándome el "por que" de todo.

Mi móvil empezó a vibrar, alguien me llamaba, cuando levanté el móvil para ver de quien se trataba era mi abuela.

Me preguntó sobre mi ubicación y le dije que iría en poco ya que estaba haciendo una limpieza, obviamente le mentí por parte, aunque tenía que limpiar todo el desastre formado.

Me levanté y me puse a limpiar el suelo manchado de sangre, el cuarto de baño y la primera planta donde había destrozado todo.

Me dí una ducha y me fuí al piso de mi abuela. Durante el camino tenía un espejo en la mano para practicar mi sonrisa, tenía que verse lo más natural posible. Mis abuelos se esfuerzan mucho por mi felicidad, aunque... bueno, no hay mucho que hacer conmigo. Pero no me quiero imaginar como se sentirían si se enteraran que me autolesiono. Se sentirían muy frustrados y no podía permitirme verlos llorar, no otra vez más. No hay cosa que me rompa más el alma.

Al llegar abrí con las llaves que mi abuelo me había comprado para que pudiera entrar y salir tanto como quisiera.
Al llegar vi a mis abuelos sonriendome, mi corazón se redumbo.

- hola corazón -dijo mi abuela acercándose a mi y dándome un beso en la mejilla.

- hola abuelita. -le sonreí.

- ven vamos a comer, ¡tu abuelo te ha hecho tu comida favorita! -dije emocionada yendo hacia la cocina.

Fingí emoción y fui hacia la cocina, allí estaba mi abuelo sirviendo los platos y poniéndolos en la mesa para comerlos.

Me senté en una silla y me pusieron la comida, la miré, tenía el estomago cerrado, si comía iba vomitar.
Con una pelea interna le dí un bocado a la comida, así hasta dejar el plato medio.
Mi estómago empezaba a revolverse, solía amar esa comida y me encanta su sabor, para que mentir, pero me sentía tan mal por haberme cortado y por estar fingiendo estar bien cuando no lo estaba...

Deseaba que alguien se diera cuenta de todo y me sacará del agujero negro donde me había metido. Pero ya me lo dice mi mente, nadie me quiere lo suficiente para preocuparse... espero que no me recuerden tanto cuando me mate.