CAP 41.

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"Me da igual cuantas veces me digan: "estoy a tu lado" . Sé que realmente nadie me entiende. Sigo estando sola y hundida en mis propios sentimientos." -Y.T.G

POV: YUMEKO TANAKA GONZÁLEZ

Ni Hina ni yo abrimos la boca desde que salimos de la casa de Takemichi.
Espero que ese silencio siguiera permaneciendo mientras caminábamos hacía la casa de esta.

- te... ¿te seguimos importando? -dijo Hina rompiendo aquel silencio.

"Mierda, por qué tenía que romper el silencio" -maldecí internamente.

- sí... -contesté.

- entonces... ¿por qué no vuelves? -siguió hablando Hina.- Emma y yo te echamos de menos.

- los grupos de tres raramente funcionan, además, como tu has dicho Emma y tu, solo vosotras dos, y no pienso arruinar un grupo de amigos -dije.

- no digas eso...

- digo la verdad, es mejor que vosotras tiréis por un camino y yo por otro. Así nadie hace daño a nadie. -dije.- mira, ya estamos aquí.

Acabábamos de llegar al bloque de edificios donde vivia la familia Tachibana.

- tendremos que hablar más detenidamente esto, por ahora, hasta mañana... -dijo para luego entrar a su casa.

Volví a andar hasta donde dejé mi moto en un principio, osea, enfrente de la residencia Shiba.
Me subí a la moto y me fui hacia mi casa. Guardé la moto en la cochera, abrí la puerta viendo todo a oscuras. Ni si quiera encendí la luz, ¿para qué?.

Subí las escaleras hasta llegar al cuarto de baño, al abrir la puerta vi aquel charco de sangre que ahora se encontraba seco o bueno, me dio seco.

Agarré un bote de lejía y lo eché encima de aquella mancha.

- puaj... que pestazo. -dije.

- ni que lo digas -escuché una voz.

- otra vez -murmuré.

Al girarme vi a Carlos. La esquizofrenia.

- ¿las pastillas para cuándo guapa? -dijo éste.

- supuestamente eso lo debería de decir yo -dije.- ni pastillas ni mierdas, vete.

- claro cariño, pero primero las pastillas y después, pum! Desaparezco por arte de magia. -dijo Carlos.

- cariño, no tengo pastillas aquí -dije.

- y lo que tienes en tu bolsillo? -dijo.

- las pastillas de la felicidad -contesté.

- pues pon la misma felicidad en limpiar esa mancha de sangre. -dijo.

- nah, que se limpié solo y luego paso la fregona.

- si, claro, solito, espérate que llamo a los duendes para que limpien ese manchurrón.

- pues mira, me harías un favor -dije para bajar al primer piso a llenar una cuba de agua para limpiar el manchurrón de sangre.

- con esto conquistaras el mundo, verdad? -dijo Carlos mirando la cuba.

- ya ves...

- sabes, a veces me pregunto como se sentiría ver como te apuñalas -dijo.

- ¿cómo? -pregunté desconcertada.

- tu sabes... que te apuñales, como yo, mira -de repente sacó un cuchillo de no se donde y se apuñaló a si mismo.- ves? Hazlo.

- pero qué dices Carlos?

"Eres tan linda"  {Manjiro Sano/ Mikey x reader}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora