Epilogo

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Antes de empezar, quiero disculparme por la tardanza en subirlo y a la vez agradecerles -nuevamente xD- a todas las personas que votaron, comentaron o simplemente me regalaron minutitos de su tiempo para echarle un vistazo a mi historia. Encerio muchisimas gracias. Espero les guste esta ultima entrega que, aunque a mi parecer no supe plasmar lo que queria, me gustaria se pareciera en algo a mi realidad, pf! En fin, tengan una buena tarde(: 

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Despues de una buena comida, aderezada con una buena platica, un sin fin de risas y la lluvia de cariñitos que le hacian al pequeño acompañante de aquella parejita, decidieron pedir la cuenta para seguir con sus planes del dia. 

-¡Los espero la proxima semana!

Miriam se despidió de sus amigos, invitandolos a visitarla, como siempre hacian, el siguiente Sabado. El restaurante habia pasado a ser de su propiedad luego que, un par de años atras, desgraciadamente el dueño falleciera. Ninguno de sus hijos habia querido hacerse cargo del lugar pues obviamente les resultó mas importante seguir al mando de sus propios negocios, ademas, a la joven le habia tomado muchisimo cariño y le pareció lo mejor dejarselo a ella, pues en todos esos años habia demostrado lo mucho que apreciaba su trabajo. 

Ahora su hermana estaba cursando una buena Universidad y Yahel, sin contarle a Miriam sobre la ayuda de Sebastian -peticion de él mismo-, era el principal fotografo en una de las revistas mas vendidas del pais. 

El parque los esperaba como cada tarde para ser testigo de nuevos grandes momentos en compañia de la pareja que sonrientes jugaban con el pequeño Zac, su sobrino. Desde que él habia cumplido cuatro años sus padres lo mandaban en vacaciones a Utah, donde Rox y Sebas lo recibian encantados por una semana, llevandolo de paseo especialmente ahi para pasar la tarde jugando, comiendo helado o simplemente viendo el pasar de la gente. 

-¿Roxie? 

La azabache alzó la mirada para encontrarse con una preciosa joven que les sonreia

-Si, soy yo -respondió confundida- ¿Y tu eres...?

-Te dije que ha pasado mucho tiempo, tu misma apenas la reconociste -le dijo el pelirrojo que la traia gustoso de la mano

-A ti te alegra que no nos recuerde porque no quieres a alguien más recordando como les ganamos aquella vez -sonrió burlona- ¿Cuanto fue? ¿Seis a cuatro?

-¿¡Vianna!? -Roxie no necesitó más detalles, se levantó  entre risas a abrazarla, recordando al par de niños que ahora estaban ya bastante crecidos- ¡Cuanto tiempo! Veo que no se les olvida aquel partido

-Como olvidarlo si nos dejamos ganar -Sebas ya les habia echado un vistazo antes de que ellos se acercaran, pero no estaba seguro de que eran ellos-, ¿o no, Marco?

-Claro, ¿que esperaban de un par de caballeros? -rieron ambos, estrechando las manos

-¿Es su hijo? -preguntó la castaña

-S...sobrino -las mejillas de Roxie se encendieron ligeramente al corregirla- Se llama Zac, esta por cumplir seis años

-La misma edad que yo tenia cuando nos conocimos; ahora tengo quince, ya estoy vieja  -suspiró dramaticamente divertida

-Quince y un novio -la miró burlona- Eres un chico valiente; creeme que no todos tienen el valor para confesarse cuando se dan cuenta de lo que sienten -dijo, medio en broma y medio seria, viendo al ojiazul que ya la abrazaba sabiendose aludido

-Mejor tarde que nunca, ¿no? -besó su mejilla, mientras la parejita más joven reia y Zac fruncía su ceño ante la situación que no entendía

Cinco helados y muchas risas mas tarde, se despidieron para seguir cada quien por su camino.

-¿Tambien voy a tener novia cuando cumpla quince? -Zac alzó la vista para encontrar la atencion de su tia; caminaban los tres de la mano

-Crei que querias que yo fuese tu novia, ¿ya no?

-El tio Sebastian me dijo que no te iba a compartir con nadie, ni siquiera conmigo -hizo un tierno puchero señalandolo-, y que ya no te podia abrazar

-¿Eso le dijiste? Eres un egoista -le reprendió entre risas- No le hagas caso, chaparrito

-Estoy en todo mi derecho, eres mia -delicadamente la jaló hacia él, alejandola en broma de su sobrino- Asi que olvidate de pensar que será tu novia algun dia, o le digo a Lucas que te comiste todos los chocolates de tu tia Karen

-Yo sé quien se comió las tiras de queso de mi papá -sonrió malicioso- Asi que no juegues con fuego, tio, o te puedes quemar

La pareja estalló en carcajadas al ver lo gracioso que era el gesto amenazante del pequeño, incluyendo la frase. Definitivamente tenia todo el caracter de Sebastian, habia pensado Roxie.

-Cuando seas mas grande, tu madre tendrá constantes jaquecas y tú mil chicas haciendo fila para hablarte -negó ella con un suspiro- Voy a tener que alejarte de tu tio por un buen tiempo, se te estan pegando sus moditos

-Entre todas ellas, cuando se encuentre con la que será el amor de su vida, me entenderá y querrá ser lo suficientemente egoista como para acaparar todo su amor

-Pero llegará el momento en el que tenga que compartir, por una o más veces, el amor de esa chica con nuevas pequeñas personitas -sus ojos brillaron con excesiva ternura, provocando desconcierto en el joven-; y tú vas pronto a mostrarle cómo hacerlo -sin más, echo a correr entre risas junto con su sobrino, dejando perplejo a su amado

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-¿Estas segura? No lo parecia 

-¡Hombre tenias que ser! -reia Vianna- Fue obvio cuando le pregunté si Zacky era su hijo

-A veces creo que el 'sexto sentido femenino' es algun tipo de chip que les implantan al nacer para poder controlarnos -bromeó, ganandose un flojo golpe por parte de la chica; la abrazó por la cintura, siguiendo su camino-  Forman una pareja bastante peculiar

-Puedo apostar que Sebastian va a ser el mas feliz del mundo cuando se entere...

-¿Aun no lo sabe? -la castaña negó con una sonrisa- ... ¿Realmente te diste cuenta solo por preguntarle sobre el pequeño? 

-Claro, ya te dije que fue obvio

-¿No será que hablaron de todo ese asunto cuando estaban comprando los helados? -ella rió, mostrandole divertida la lengua- ¡Mujer tenias que ser! -apretó jugueton su mejilla- Por cierto, en mi humilde opinion, no creo que llegue a haber alguien más feliz que yo, ni ahora ni nunca, si te quedas conmigo -la estrechó en sus brazos, robandole con un beso el aliento que él mismo perdia con solo pensar en ella

Mi niñaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora