Beauty & The Beast

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*Roxie

-¿En qué demonios estabas pensando? ¡Pudieron haberte hecho papilla! -gritaba Karen mientras hablaba por celular desde hace diez minutos- No, eso no lo justifica. ¡Estás loco!

Puedo apostar a que colgó sin haber dejado hablar al pobre que la hiso enojar asi, cuando se volvió a sentar frente a nosotras estaba roja de las mejillas y sus ojos brillaban por un par de lagrimas que dejó caer.

-¿Qué pasa? -pregunto mientras empiezo a teclear nuevamente

-Espera, no cuentes... -Lucy salió de la oficina con un folder que tenía que llevarle a su padre y a los escazos dos minutos regresó- Listo, ya dinos qué pasó

-Lo que pasa es que Luis es un completo idiota; se peleó con tres tipos despues de que ustedes me llamaron para que viniera a ayudar

-Sus razones debió haber tenido... -veo de reojo como se le escapa una lágrima más pero Lucy y yo sabemos que nuestra querida rubia odia los intentos de consuelo, asi que no hacemos nada

-Sus malditos celos... -nos explica rapidamente lo ocurrido en Mike's y ambas exclamamos un "aaww" mientras ella rueda los ojos- ¡Tiene un enorme moretón en el ojo y el labio roto!

-Pero lo hiso para defenderte -dice mi cuñadita

-Pero hoy tiene una cena con su padre y unos socios de la empresa, lo van a colgar por llegar así

Ha dejado de lagrimear y yo sonrío internamente, aqui hay otra prueba que refuta su teoria de 'cero sentimientos amorosos' para con él. Karen lo ama y de eso estoy segura; aun conserva el anillo que Luis le regaló cuando cumplió quince años -casi un año lo usó en el dedo anular de la mano izquierda- y ahora lo lleva como colgante en la cadena de plata que su padre le regaló hace dos años.

-Por cierto, ¿irán a la cena? -pregunta Lucy acomodando unos papeles en el locker junto a la puerta- No quiero estar sola entre tantos tipos que no hacen más que presumir las virtudes de sus hijos. En lugar de una cena de negocios parece más una agencia de citas a ciegas

Las tres reimos a carcajadas al recordar un mal trago que mi cuñada pasó hace un año cuando un señor le estuvo insinuando que su hijo era un gran pretendiente y cuando se conocieron la 'cita' no duró ni diez minutos. Aunque ahora que salía con Mark ya no tenia de que preocuparse.

-Yo no tenía planeado ir pero el Lic. Fletcher me invitó personalmente, quiere que vaya como pareja de Luis para que asi éste no se oponga a ir -sus mejillas se encienden ligeramente- Por lo que sé, su familia y algunos de sus socios creen que salimos

-Eso es verdad, ¿no?

-Se sincera con nosotras

-No y si -ambas la miramos con el ceño fruncido- ¿Cómo les explico?... Digamos que lo estamos intentando, ya me preguntó que si queria ser su novia y le dije que tomaramos algo así como un lapso de prueba para ver si lo nuestro funcionaba

-¿Y cuanto tiempo llevan de prueba? -pregunto- Porque hasta donde yo sé, ninguno ha salido con nadie más desde... tú sabes, tus quince

-Un dia despues de la boda...

Un tierno tono rojizo vuelve a teñir sus mejillas y nosotras ahogamos un gritito de felicidad mientras corremos a abrazarla.

¿Lapso de prueba? Sí, claro.

*Luis

En cinco minutos el reloj marcará las nueve de la noche y yo aún no he salido de mi casa para ir a recojer a mi hermosa ricitos de oro, quien ya habló dos veces a mi celular para apurarme.

-No quiero que tus padres vayan a pensar que soy una desconsiderada o algo por el estilo

No puedo evitar soltar una carcajada al recordar esas palabras de su segunda llamada; en la primera solo habia llamado para preguntarme cómo iría vestido. Mujeres.

Despues de pasar los tres semaforos, la cafetería y el puente de siempre, consigo llegar a su casa.

-La Srita. Dawston baja en un momento -dice Mary, su ayudante domestica, cuando pregunto por ella- ¿Algo de beber? -niego y al momento en que se retira, Karen aparece en las escaleras

Un vestido impecablemente blanco se ajusta a su figura y un par de tacones dorados le hacen ganar unos 10 centimetros, el maquillaje es casi imperceptible, sus hermosos rizos le caen como cortina hasta la cintura... Está realmente bella; sino fuera porque la he visto asi en un par de ocasiones más, estuviera babeando, aunque poco a faltado para eso, no puedo mentir

-¿Cómo me veo? -pregunta evitando mi mirada y sus mejillas se sonrojan un poco. Me es imposible quitarle los ojos de encima, está preciosa y el hecho de que practicamente sea mi novia me hace sentirme realmente afortunado- Sabía que debí ponerme algo más elegante, ¿crees que llegar un poco más tarde de lo que ya es, esté mal?

-¿Qué...? -creo mi silencio se alargó mas de lo debido y lo tomó como desaprobación- No, no, no. Estás bellisima.

-Eso no fue lo que dijiste -hace un gracioso puchero

-¡Pues si no dije nada!

-¡Eso es todavía peor!

-Soy hombre, no puedo pensar en lo guapa que se ve una chica y decirselo al mismo tiempo

Su expresión es todo un poema, lo que me da tiempo de robarle un casto beso a sus labios y encaminarla al auto. Al cabo de veinte minutos llegamos al restaurante y doy nuestros nombres para que nos lleven a la zona que alquiló mi padre para esta noche. Supo jugar bien sus cartas para hacerme venir, tenía claro que si Karen venía conmigo yo no me negaría a ser su acompañante; está conciente que odio este tipo de eventos.

-¡Por fin llegan! -se nos acerca una linda azabache- Están por tocar "Beauty & The Beast" y tenemos que bailarla, ¡ahora!

Practicamente nos arrastra hasta el centro del lugar mientras las primeras notas empiezan a guiarnos en un vals que nos remonta al pasado, tres años atras, a nuestro primer baile de este tipo.

Me dejo llevar por la melodia, Karen se aferra a mi cuello y suspira, sé que esta sonriendo sumergida en los mismos recuerdos que llenan mi mente. Rodeo su cintura pegandola más a mi cuerpo y aspiro gustoso el delicioso aroma a chocolate tan tipico en ella, el mismo aroma que me vuelve loco desde aquella noche en la que cambió mi forma de verla.

Hace tiempo alguien me dijo que llegaría tan lejos con una chica según lo que viera en sus ojos y, ahora chocando con ellos, me doy cuenta que no veo otra cosa que no sea felicidad. La quiero, la quiero como jamás creí hacerlo y haría lo que fuera por saber que soy correspondido.

-Tal parece si puedes pensar y hablar al mismo tiempo -la veo sonreír mientras me doy cuenta que he pensado en voz alta- Yo tambien te quiero -esconde su rostro en mi pecho

-Ya lo sabía -siento como ríe y me golpea imperceptiblemente el hombro- ¿Terminó la tortura, digo, la prueba? -murmura algo que no logro escuchar- No te escuché

-Nunca existió tal cosa -dice y, sin darme tiempo a reaccionar, con un beso sella todas mis esperanzas de un futuro con ella

Mi niñaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora