Tal vez sí, tal vez no

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Los bancos ya estaban todos ocupados, los adornos llevaban horas colgados, el padre vestia su larga tunica blanca y la biblia reposaba cerrada en sus manos; cierto rubio esperaba ansioso frente al altar la llegada de su preciosa extranjera tomada de la mano de su padre.  

Aquel dia se cumplia exactamente un año y seis meses despues de la propuesta.

Ellos no hubieran querido esperar tanto tiempo, aunque ambas madres no estaba dispuestas a limitarse al organizar la boda de ensueño que sus hijos merecian, y solo hasta entonces fueron capacez de concretar la fecha en que se encontrarian en aquel reciento que los viera convertirse en marido y mujer.

-Dejate esas uñas en paz -lo acusaba su primo-, van a creer que encerio piensas que no llegará 

-La ceremonio tuvo que haber empezado ya y ella siempre ha sido puntual

Los nervios le estaban jugando una mala pasada, él sabia que apenas habian habian transcurrido unos cuantos minutos desde que el reloj marcó la hora indicada en las invitaciones. Pero no podia evitar sentir el estomago hecho un nudo, la garganta cerrada o siquiera ignorar las imagenes que traicioneras se presentaban una a una en su cabeza: ella dejandolo plantado, ella marchandose con otro tipo, ella llegando para al final decir que no lo aceptaba, que preferiria a cualquier otro hombre antes que a él. 

Cada pelicula que mostraba a la novia como la eterna preocupada por encontrar o no a su amor en el altar, era injusta para con ellos pues en ninguna que recordara habia visto al chico siendo presa de semejante nerviosismo.

-Si en la boda de tu prima me hubieran dicho que pronto seria yo el siguiente, no me la creia por nada del mundo -comentó a Luis; él y los chicos eran obviamente sus padrinos-, ahora mirenme: estoy a nada de dar el sí y ser el hombre más feliz del mundo 

-Primero esperate a que llegue -bromeó Mark, ganandose un flojo golpe de Sebastian acompañado de sus risas- Tranquilo Lucas, es normal que, aun siendo super puntual, Jeanne se retrase. Es su boda: el dia mas importante en la vida de cualquier persona, especialmente para las mujeres 

-Ella llegará, Luc, deja de preocuparte. Te ama 

-Tanto como Roxie a ti pero eres necio...

Los primeros acordes del enorme piano de la iglesia comenzaron a sonar, deteniendo el sermon del rubio para hacerlo centrar toda su atencion en la hermosa americana que ya caminaba del brazo del hombre, que como todo padre, tenia los ojos humedecidos al ver la belleza en la que se habia convertido su pequeña; la pequeña castaña que ahora entregaria a los brazos de otro hombre para que éste la cuidara y amara como hasta este momento él lo habia hecho y sin duda seguiria haciendo.

-Para mi es como si apenas ayer hubieras aprendido a montar en bicicleta -susurraba su padre, acariciando con ternura el brazo de Jeanne-, y mirate ahora: estas vestida de blanco para la boda con el chico que siempre soñaste 

-Es el dia mas feliz de mi vida, papá, gracias por todo -su mirada tambien estaba humedecida 

-No me agradezcas nada, no vas a dejar nunca de ser mi pequeña -besó su mejilla y la entregó al hombre que le habia prometido cuidarla. A ambos sonrió

Para Lucas fue como ver un angel; su querida chica extranjera llevaba un sencillo pero hermoso vestido, obviamente blanco, que resaltaba magestuosamente sus atributos; un complicado peinado con la intencion de enmarcar las finas facciones que la hacian diferente; pero lo mas bello era esa hipnotizante sonrisa que en silencio le decia cuan ansiosa estaba por saltarse aquella ceremonia y pasar directamente a escuchar:

-Puede besar a la novia -dice el padre despues de una hora

Y los recien casados no lo piensan dos veces para fundirse en un beso que les sabe a gloria. Porque talvez no cumplieron años y años de noviazgo antes de dar el paso, sin embargo, sí supieron responder a esa frase que en un bella cancion encontraron: "...que no se extinga la llama, ni los mate de calor".

Mi niñaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora