Mi niña

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Un hilo de sangre corría del labio inferior de Mark: Sebastián acababa de golpearlo con todas sus fuerzas.

-¿No puedes seguirle el ritmo a alguien como tú? -decía él mientras el pelirrojo se ponía de pie- Por esa razón molestas a niñas más pequeñas que tú, ¿verdad? ¡Eres un maldito cobarde!

Los hermosos ojos azules de Sebastián, normalmente llenos de paz, ahora ardían de coraje; Roxie era la mejor amiga de su hermana y su prima, además de que llevaba casi un año enamorado de esa pequeña azabache que sin darse cuenta lo había conquistado con detalles tan sencillos y a la vez tan valiosos como sus sonrisas de todos los días o el cariño tan sincero que le profesaba. Así que no pensaba dejar que un quinceañero pervertido abusara de la tierna inocencia de su niña.

-¿Tan importante es la pequeña para ti? -preguntó Mark, limpiándose el camino carmesí que ya manchaba el cuello de su camisa- Jamás metiste las manos por otras niñas que no fueran tu hermana o tu prima, debes de querer mucho a la enana pero te equivocaste al meterte conmigo

Dicho esto, otros dos tipos del curso de Mark llegaron para apoyarlo. Ambos altos, castaños y con cara de chicos malos; perro que ladra no muerde.

-Y tú también estás muy equivocado si crees que por ver a tus perritos falderos voy a acobardarme -sonrió el ojiazul, despejando el lacio flequillo que le caía por la frente- ¿Quién va primero?

-Todos al mismo tiempo si quieren -dijo un alto rubio llegando por atrás para hacerle segunda a Sebastián- ¿O estando parejos se retiran?

-Este no es asunto tuyo así que puedes ir regresando al camino por el que llegaste -gruñó Mark a Lucas- Deja a tu primo defender solo a esa niña

-Acepto no meterme en su pelea pero si ellos -señaló a los amigos del pelirrojo- mueven un solo dedo en tu defensa, entonces será mi asunto y podré ayudarle a romperte unos cuantos huesos -el chico tenía la fuerza, agilidad y hasta la experiencia necesaria para pelear que los encuentros callejeros le habían otorgado

Los espectadores eran principalmente de cursos mayores, porque los demás salones aun tenían clase, y entre ellos se encontraban Lucy, hermana de Sebastián; Karen, hermana de Lucas; y Roxie. Las tres pálidas de la preocupación. Aún no lograban acostumbrarse a ver como esos dos salían de un problema para entrar en otro.

El pelirrojo tiró el primer golpe pero el ojiazul lo esquivó en el segundo preciso para asestarle un gancho a la boca del estomago que lo hiso doblarse del dolor.

-Esta va por ti -susurró al levantar la vista y encontrarse con los ojos oscuros de 'su niña', como él le decía

Y así fue como una corta pelea comenzó puesto que al par de minutos intercambiando puños, dos profesores llegaron y los separaron de inmediato para llevarlos con el director del colegio e impartirles un buen castigo; no era la primera vez que eso pasaba. Mientras los alumnos se dispersaban poco a poco, para unos fueron Sebastián y Lucas los ganadores, para otros simplemente no hubierom los golpes suficientes.

-¡Ustedes no pueden pasar dos días sin pelear, ¿verdad?! -les reclamaba Karen- ¡Son unos idiotas!

-Deja de hablar así o te acusaré con mamá -Lucas caminaba como si nada- Además, si no fuera por nosotros, ¿quién las defendería?

-Engreídos... -exclamaron ambas primas

-¿Estás bien? -preguntó Roxie preocupada, ignorando a los demás, ya que su querido defensor tenía la mejilla ligeramente hinchada

-No me pasó nada -sonrió tranquilizadoramente- Vete a clases, mi niña, ya se cumplió la cuota de castigados por día y no quiero que a ti también te llamen la atención

-Y a nosotras que nos parta un rayo... -le susurró Lucy a su prima, viendo como su hermano sonreía embobado

Roxie, con las mejillas ruborizadas, le dio un beso en la mejilla a Sebastián y salió corriendo con sus amigas, desapareciendo de la vista de los chicos al doblar en la siguiente esquina del pasillo.

-Primo, primo, primo -Lucas abrazó al ojiazul por los hombros-, se nota a millas de distancia que estás perdido por la pequeña Rox. Y, sinceramente, ambos sabemos que ella siente lo mismo -lo codeó- Ese beso no fue precisamente en la mejilla -el aludido se sonrojó ligeramente y Lucas, ahora serio, dijo:- Roxie ya no es tan niña y lo sabes, los chicos que se le acercan no son para nada buenos. Sabes a lo que me refiero

-Cuando termine el curso y se vaya de aquí, va a encontrar a alguien más... -suspiró por segunda vez-, a alguien mejor

-Si tú lo dices -ahora fue el turno de suspirar del rubio, dejaría ese tema por ahora pero seguiría insistiendo- Aunque de todos modos deberías poner distancia entre ella y Mark y su sequito de idiotas

Sebastian no dijo nada y se decidió que así sería.

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