12. Dejarse llevar

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Capítulo 12. Dejarse llevar

Advertencia: escena algo subida de tono.


Esa misma tarde, tal y como Mori le ordenó, Dazai se presentó a las ocho en su oficina. Iba a ser su segunda misión oficial. Mori quería comprobar el desempeño de Dazai en un equipo y como se enfrentaría a situaciones peligrosas. El trabajo consistía en infiltrarse en la sede de una empresa, que poseía un contrato con ellos, y que había desobedecido las ordenes de la Mafia. Primero debían intentar llegar a un acuerdo por el cual pagaran una deuda que poseían, si eso no era posible esperarían a nuevas órdenes. En caso de que la cosa se pusiera fea, Dazai podría actuar como quisiera, siempre y cuando la mayoría de sus hombres salieran ilesos y regresaran con el CEO de la empresa. 

Junto con doce de los hombres que Mori asignó a formar parte del equipo de Dazai, irrumpieron en el lugar, llegaron hasta el presidente de la empresa, pero no tuvieron tiempo de dialogar. La cosa se puso fea desde el minuto uno. Dazai sabía que pasaría, y estableció un plan que, si sus subordinados seguían al pie de la letra, acabarían con todos ellos y los trece saldrían ilesos. Y así fue como ocurrió. No era lo que hubiera preferido Mori, pero era eso o al cuerpo de "su hijo", a quien quería convertir en su mano derecha, lleno de agujeros de bala. Mientras Dazai saliera ileso y la cabeza del hombre que buscaba estuviera sobre su mesa, todo le valía.

La misión había sido todo un éxito. Esa la primera comandada por Dazai. Sus subordinados estaban muy orgullosos del gran trabajo realizado, y como Dazai había pensado en un plan en el cual ninguno salía herido.

Decidieron ir a celebrarlo.

Generalmente, las personas que trabajan en negocios ilegales no suelen relacionarse con personas que no pertenezcan a su mismo mundo. Por lo que la mayoría de mafiosos se llevaba con otros mafiosos, mayoritariamente siendo compañeros directos o de un mismo rango pero pertenecientes a otras unidades. Como mucho se relacionaban con sus jefes directos, pero no con personas de mayor rango. Le gustara o no, a Dazai le fue asignado un pequeño grupo de combate que anteriormente fue comandado por un hombre muerto hacía varios meses en una misión, y liderado por Kouyou. Ya se conocían, y les gustaba salir mucho juntos, con su anterior jefe al menos era así. ¿Por qué Dazai, a quien apenas conocían, iba a ser diferente? 

Unos meses después se darían cuenta de que era muy diferente.

La Port Mafia tenía negocios en el bajo mundo. Venta de drogas y otro tipo de sustancias en el mercado negro, un claro tráfico de armas, y entre todos ellos los prostíbulos estaban incluidos. Y no solo estaban bajo la protección de la organización. Algunos mafiosos a los que le iba ese tipo de ocio acudían a ellos. Mori lo permitía y así lo prefería.

Y a la mayoría de los subordinados de Dazai, no se les ocurrió nada mejor que asistir esa noche a uno de ellos. Y sí, sabían que el castaño era menor aunque no tan menor, pensaban que rondaría los diecisiete años y con problemas de crecimiento pues apenas superaba el metro y cincuenta y cinco centímetros. Y sí, Dazai intentó escaquearse. Pero cuando le acorralaron entre todos en el momento en el que salió del ascensor tras hablar con Mori en su oficina, dos le agarraron de los brazos y lo llevaron casi arrastras, no pudo negarse ya.

Mori le mataría, pero no era su culpa. Que no hubiera formado su equipo con gente tan irresponsable y poco profesional.

Llegaron al local, en el camino intentaron convencer a Dazai de mil maneras de que era un buen sitio para ir, que no tendría problema con ser menor. No lo consiguieron, pero aún así le arrastraron dentro del burdel.

El portero, un hombre robusto que portaba un arma de fuego por si hiciera falta, reconoció en seguida a los ocho hombres que acompañaban a Dazai y les dejó entran sin preguntar, aunque detuvo a Dazai. Cuando uno de ellos le informó que era su superior, el hombre le invitó a pasar tras hacerle una leve reverencia. Luego todos dejaron sus armas a una joven que también se ocupaba de guardar los abrigos y demás pertenencias.

Nacido para la MafiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora