Nacido para la Mafia

10. Hermana

Capítulo 10. Hermana

Dazai retrocedió. — ¿Qué... has dicho?

La expresión de Chuuya era tranquila, confirmaba a Dazai que no mentía.

— Es como pensé— Rando asintió ligeramente.

— Solo tengo recuerdos empezando la mitad de mi vida — Chuuya continuó con la voz calmada. — La vida para mí no comenzó hasta ese día hace siete años. Antes de eso, solo era oscuridad. Arahabaki no es un dios. Tampoco tiene el poder de resurgir de la muerte. No sé porque esa personalidad en mí existe, de cualquier manera. Todo lo que sé es que la mano de alguien rompió el sello y me liberó... ¿esa mano era tuya, Rando? ¡Respóndeme!— Chuuya elevó un poco más la voz. — ¿Dónde me encontraste? ¿Por qué me liberaste? Y... ¿Cómo hiciste para que Arahabaki se mostrara? He seguido este caso para saber eso. Y finalmente te encontré. Ahora, dímelo todo.

No hubo respuesta.

Rando miró hacia abajo, temblando mientras ocultaba su expresión. Pero no temblaba por frío... se estaba riendo.

— Claro, claro. Te lo diré... Tienes todo el derecho ahora — Rando dijo en voz baja. — Pero en lugar de explicarlo con palabras, es más rápido si te lo muestro... Esto es lo que te hice hace ocho años.

El escenario alrededor comenzó a cambiar. El área alrededor de ellos no era más el astillero, era algo completamente diferente.

— La habilidad de Rando-san...— Dazai miró a su alrededor. La habilidad del subespacio se expandió lo suficiente para cubrir el astillero completo. Rando era consciente de la habilidad de Dazai, si lo tocaba desaparecía. El subespacio creció evitando a Dazai. 

— Como ya sabéis... mi habilidad de subespacio es un mundo completamente diferente aislado del espacio normal— Dijo Rando. — Nadie puede entrar a mi espacio a menos que lo invite.

— Increíble— Dazai miró a su alrededor. — Demasiado poder, por encima del nivel de los ejecutivos. Un rango ejecutivo, no, incluso más... Una habilidad tan extraordinaria, ¿alguna vez escondiste tu habilidad? Nadie en la organización sabe de esto.

— No lo hacía. La recordé recientemente... Junto con... mi verdadero nombre...— Rando avanzó hacia adelante. Acercándose a ambos chicos.

— ¿Tu verdadero nombre?

— Mi nombre no es Rando. El nombre Rando me lo dio un amigo para ocultarme en Japón. Todo eso, Chuuya-kun... fue para encontrarte y matarte.

De repente, en el centro del subespacio se generó una onda, como si el aire se acumulara en esa zona. La onda salió diparada hacia Chuuya, que resultó golpeado violentamente y lanzado lejos.

— ¡¿Hah?!

Voló horizontalmente y chocó contra un poste de hierro oxidado en el astillero. Chuuya, cayó al suelo. Todo su cuerpo pesaba, y sangre comenzaba a recorrer las comisuras de sus labios.

—Hm... Incluso sí estoy lejos de manifestar la forma completa de Arahabaki, tu cuerpo parece ser resistente.

— Oye...— Dazai miró a Chuuya, estupefacto. — ¿Por qué no te defendiste con tu gravedad?

— No puede hacerlo. En este espacio, las leyes naturales de la física no se ejercen por lo que la gravedad está a mi control, no puede defenderse. Este subespacio es mi reino privado. Además que mi habilidad solo puede existir dentro de este interior.— Rando explicó.

— Mierda... este tipo está loco...— Chuuya puso una mano en el suelo y se limpió la sangre de los labios.

Fuera del subespacio, dónde Dazai se encontraba, en mitad del astillero, una neblina carmesí emergió del suelo, se unificó e hizo parecer una figura.