13. Reputación

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Capítulo 13. Reputación

Advertencia: leve descripción sexual, descripción de tortura.


Dejó su abrigo sobre la silla del escritorio de su habitación. Tomó su pijama y ropa interior limpia del armario y se dirigió al baño. Dejó la ropa de cambio sobre la tapa del retrete, accionó la llave del agua de la ducha y la giro hacia el lado que correspondía al agua caliente. Mientras aún el agua estaba fría, se desvistió. La corbata, camisa, pantalones, calcetines y ropa interior acabaron en el suelo. Se miró durante unos segundos en el espejo. Tenía un aspecto horroroso. Ojeras bajo su ojo visible, los labios enrojecidos y bastante secos, las vendas algo mal colocadas, y su pelo todo alborotado. Además cierta parte de su cuerpo se encontraba algo rojiza por el exceso de atención, aunque no se quejaba, al contrario. No sabía que mierda le había gustado a la chica del burdel como para haberle dado su número de teléfono. 

(Mentiría si dijera que aquella chica no tenía una leve atracción por chicos guapos algo menores que ella y con una notoria nula experiencia en el sexo).

Comenzó a quitarse las vendas, primero las de su cabeza, liberando a su ojo derecho. Luego las de su pierna izquierda, revelando las cicatrices dejadas por quemaduras. Desenvolvió lentamente su antebrazo izquierdo, su bazo derecho, el cuello y pecho y abdomen. Todo ello sin siquiera mirar a su piel. Tras ocho años llevando las vendas, el proceso de cambiarlas lo realizaba casi inconscientemente. Cuando terminó, abrió los ojos y volvió a mirarse en el espejo solo por unos segundos. La vista era bastante desagradable, tanto que le dieron hasta nauseas. Su piel parecía un cuadro mal pintado, con manchas rojizas y algunas amarillas y moradas sobre un lienzo casi blanco, marcado por los huesos bajo su piel.

Si Mori llegaba a enterarse de lo poco que realmente comía, seguramente le internaría en algún hospital.

El baño comenzó a llenarse de vapor de agua. Se había entretenido tiempo de más quitándose las vendas. Se dirigió a la ducha, y entró, tras cerrar la puerta corredera de cristal, se colocó bajo la alcachofa. El agua caliente caía sobre su cuerpo, tiñéndolo de un tono rojizo. Quizás se había pasado con la temperatura, pero no le molestaba. Lo que si que no soportaba era el creciente calor en su entrepierna provocado por que la chica de hacía unas horas no saliera de su cabeza. No era momento de pensar en aquello. O si.

Con su diestra agarró la base de su miembro y comenzó a masajearla, tal y como hizo la chica del prostíbulo unas horas antes. Su cuerpo comenzó a responder a los estímulos poco a poco. Su pulso se aceleró y con ello su respiración. Continuó por unos minutos, con los dedeos de su mano derecha haciendo presión en diferentes puntos, acariciando con urgencia la piel. Hasta que no aguantó más. Necesitaba sentir más. Su mano comenzó a moverse a lo largo de su longitud. Su pene aumentaba de tamaño poco a poco hasta su máximo. Se apoyó con la otra mano, la izquierda, en la pared, pero no estaba tan cómodo que esperaba. Finalmente acabó su espalda desnuda contra la pared. El agua caliente seguía cayendo sobre su piernas más adelantadas que su cuerpo, soportando todo su peso para no resbalarse por la pared. De sus rizos, algo pegados a la pared por la humedad, goteaban el agua que se enfriaba. Leves jadeos escapaban de sus labios, y su pecho subía y baja con una mayor frecuencia. Mientras aumentaba la velocidad con su mano derecha, su mente divagaba. 

La chica de la que ni sabía su nombre aparecía delante de él. A pesar de que no llevaba tacones, seguía siendo más alta. Su ropa interior azul oscura resaltaba en su clara piel. Se acercó a Dazai, con pasos sensuales, hasta a estar a escasos centímetros de él. Podía hasta sentir su tacto sobre su pecho y abdomen, sus manos bajando por su piel, recorriendo cada centímetro. Joder era la mujer más bella que había visto en su vida - aunque no es que hubiera visto a muchas a esas alturas - y su mente era capaz de recrearla al milímetro. Maldijo a su imaginación.

Nacido para la MafiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora