Nacido para la Mafia

07. Rey

Capítulo 07. Rey

Sus mayores temores habían concluido, a pesar de que les tendieron una trampa, Chuuya había demostrado ser alguien de fiar. Además de eso, era capaz de dar su vida por ellos y protegerlos. 

— ¡Podremos llegar mucho más allá con Chuuya! Es nuestro momento de brillar. — Shirase estaba más que ilusionado ante el descubrimiento de que su nuevo miembro era un usuario de habilidades.

Habían realizado un par de robos más junto al pelirrojo, de aquellos que solían realizar anteriormente guiados por sus propias fuentes de información, únicamente para conseguir recursos. Gracias a ese par de robos descubrieron que la habilidad de Chuuya no solo era útil contra la policía militar que trataba de detenerles, también podrían transportar objetos de mayor tamaño que deberían cargar entre dos de ellos. 

A partir del descubrimiento de la habilidad del pelirrojo, Akane y Chuuya se reunían durante un par de horas todos los días. Ambos habían comenzado a pasar mucho tiempo juntos. La chica estaba fascinada con el tema de las personas que poseían habilidades, y quería ayudar a Chuuya a controlar la suya y practicara logrando que cada vez se fatigara menos activando el control de la gravedad por un mayor tiempo.

Y sí, Akane determinó el poder real de Chuuya, el control de la gravedad. Y le dio un nombre sacado de un poemario que encontró un día en la basura. Sobre el Dolor Corrompido. Aunque el pelirrojo nunca ha mencionado el nombre, ni una sola vez, de todas las veces que ha utilizado su habilidad.

— ¡Venga sigue!

— Pero... Chuuya, creo que ya es suficiente por hoy. 

— Akane... Una vez más, por favor.

— Vale... 

Akane levantó la pistola, la sujetó con ambas manos, apuntó hacia Chuuya y disparó varias veces seguidas, dejando vacío el cargador del arma.

La primera vez que se defendió con su habilidad en aquel barco,  Chuuya fue capaz de parar las balas disparadas por un policía que se acercaban a su cuerpo. Era una genial defensa que luego permitía llevar a cabo un contraataque, lanzando de vuelta dichas balas. Aunque era algo peligroso por el momento. Entonces a la morena se le ocurrió la idea de practicar esa táctica, y robó varias pistolas y cargadores a los policías que cayeron muertos en sus siguientes robos.

Chuuya paró todas y cada una de las balas disparadas, cuanto estas se encontraron a treinta centímetros de su cuerpo, se detuvieron, quedando flotando a dicha distancia. Luego con un giro de su cuerpo y una patada, lanzó las balas de vuelta en otra dirección, para no dar a Akane.

Su habilidad se desvaneció de golpe, el aura rojiza que rodeaba su cuerpo se esfumó de un segundo a otro. Chuuya sentía su corazón golpear fuertemente contra sus costillas, su pecho subía y bajaba sin pausa, y sus pulmones apenas se llenaban de aire. Las piernas le fallaron, sus rodillas temblaron y su cuerpo se desplomó contra el suelo.

— ¡Chuuya! —  el grito de Akane resonó en las cuatro paredes del amplio edificio abandonado, un antiguo almacén cerca del puerto. La chica corrió hacia el pelirrojo que se encontraba tirado en el suelo. — ¿Estás bien?

Akane se agachó y ayudó al chico a levantarse.

—Si... Gra-gracias. 

— Te dije que ya era suficiente, pero nunca me haces caso... Volvamos ya.

Chuuya solo asintió como respuesta, y apoyado en Akane, son su brazo izquierdo siendo agarrado por la chica, caminaron de vuelta al lugar donde vivían junto al resto de los miembros de Sheep.