XLVI

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Después de compartir una comida, hablar un poco con las tres chicas e incluso jugar Twister con Millie, JungKook tuvo que forzarse a sí mismo a decir que 'debía marcharse'. Una clara y muy forzada mentira salió de sus labios. Si fuese por él, jamás se iría y si lo hiciese, se llevaría a aquella chica testaruda de largo cabello negro con él. 

— Fue un placer tenerte en casa, JungKook-ssi, — Sorn dijo desde la puerta en compañía de las otras dos. — Lisa no seas floja y acompáñalo hasta afuera. — La mayor de las tres le ordenó a su pelinegra amiga. La mencionada miró largo y tendido a la rubia platinada, ¿Es que era ella una clase de mascota para que le estuvieran ordenando? 

— Esta bien, vamos. — JungKook no permitió que la muchacha se atreviera a refutar, — Lisa, que amable al ofrecerte. — la tomó de la muñeca y la sacó de la casa junto con él. — Prometo invitarlas a cenar, chicas. — Sorn le sonrió como agradecimiento. — I love play Twister with you, Millie. Have a good night

I like that too. See you soon, Oppa!

Ambos caminaron en silencio hasta salir del condominio de apartamentos. Lisa estaba mordisqueando su labio inferior y mirando sus manos juntas a cada paso. 

— La brisa nocturna está más fría de lo que creí, — JungKook comentó, un poco decepcionado de sí mismo. Por su arrebato Lisa podría estar padeciendo de frío y él no tenía una chaqueta para protegerla. — ¿Quieres regresar adentro? No me importa que solo me acompañes hasta aquí. 

— Estoy bien, — Respondió la muchacha. — ¿tú tienes frío? — JungKook negó.

— No es nada que no pueda soportar. 

— ¿Quieres que te compre té caliente? — JungKook se sorprendió ante la oferta, ¿ella quería invitarlo a tomar té? ¿no estaba tratando de zafarse de él? — Hace tiempo atrás dijiste que te gustaba tomar té caliente antes de dormir, ¿tus hábitos han cambiado? — El corazón de nuestro protagonista no podía latir más rápido, ¿en qué momento él le había revelado aquello? Él no podía parar de mirarla embelesado. Incluso había detenido su andar. — Vaya, parece que te he dejado sin palabras. — Lisa se burló y se detuvo. — JungKook, te estoy ofreciendo té, no drogas o algún órgano. 

JungKook tragó. — Podría darte mi corazón si eso quisieras. — Esa frase tan pegajosa se sintió extraña en su lengua, sin embargo no se sentía tan apenado de sí mismo como creyó que sucedería. 

Lisa asintió, — Bien, se lo diré a mi traficante de órganos, ya tenemos material para nuestro negocio, gracias. — Dijo con mofa. Con unos tres pasos, JungKook estaba de nuevo a su lado. — ¿Quieres el té o no? La oferta expirará en pocos segundos, querido. — Ella miró el reloj en su muñeca fingiendo contar los segundos.

— Acepto, pero que sea con leche. — Pidió amablemente, igual que un niño bueno. Lisa asintió— Pero, ¿Cuándo fue que te dije que me gustaba el té antes de dormir? Yo no recuerdo haberlo hecho. 

La muchacha pasó la mano por su cuello y evitó el contacto visual. — Bueno, fue aquella noche en la que estabas ebrio, ¿recuerdas? — JungKook trato de hacerlo. — Te lleve a casa y eras demasiado fastidioso como para dejarme ir, hablabas mucho, por cierto. Es una cualidad tuya estando ebrio, hablas el triple que de costumbre. — Comentó rodando los ojos al solo recordar.

JungKook sonrió. — ¿Dices que hablo mucho? 

— Demasiado. — Constató con hartera. 

— Mis colegas no opinan lo mismo, — Mencionó al aire. — debe ser porque estoy contigo. 

— ¿Dices que yo te saco esa faceta? — Lisa se apuntó al pecho con el dedo índice algo divertida.  

Nuestro acuerdo » liskookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora