XVII

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Jeon JungKook.

Lucas aclara su garganta. — Señor Jeon. Lo lamento, fui yo quien guió a Lalisa hasta aquí. —La pelinegra pone una mano en el brazo de él.

—No es cierto, fue mi culpa. —Lucas la mira de forma desaprobatorio, ruedo mis ojos. —Lucas me siguió hasta aquí, porque ... — Lalisa interrumpe su discurso.

—No he preguntado de quién es la culpa que estén aquí. —Les digo, parecen un par de adolescentes enamorados que han sido atrapados estando a solas. —Solo opino que no debiste escapar justo a este lugar, Lalisa, y menos involucrar a Lucas. 

—Señor Jeon, Lalisa no me involucro en nada, yo solo la quise ayudar. —Choco mi lengua contra mis dientes.

¿Lalisa, de verdad no notas que este chico tiene ojos puestos en ti?

Pasó una mano por mi cabello y lo echó hacia atrás. —Regresemos a la fiesta, — Lisa no se ve contenta con lo dicho. —Solo nos quedaremos estos últimos 20 minutos. —Agregó. Pongo un puño de bajo mi boca y toso un poco. — Puedes irte a casa si eso quieres. —Comento bastante bajito. — Es tu decisión.

—Si no tiene problema yo la puedo llevar, señor Jeon. —Lucas se ofrece de inmediato.

—Estoy bien, — Lalisa se adelanta.— si me voy estaré mostrando debilidad, y yo no soy débil.

Lucas muestra un semblante preocupado. —Lalisa, no debes demostrarle nada a nadie. El señor Jeon está de acuerdo en que vayas a casa. —  Yo no dije que estaba de acuerdo, solo propuse la idea.

La pelinegra le sonrió.  —Solo regresemos adentro. Nos congelaremos aquí.

Caminamos juntos hasta el salón de nuevo, al entrar vi los ojos estupefactos de Xu Kun al vernos entrar. ¿Creíste que nos iríamos, idiota?

El ambiente en el salón yo no era ambientado por la música jazz. En el pequeño escenario varios DJ se instalaron, ahora todos los jóvenes del lugar bailaban bastante relajados. 

—¿Quieres regresar a nuestras sillas de adelante? — Lucas le preguntó a Lisa. ¿Qué demonios con este chico? ¿Se puede ser más sobreprotector y rayar en lo empalagoso?

Lalisa bufo, —¿Quién quiere sentarse? —Ella negó. — ¡Hay que bailar!

Lucas de inmediato se puso cohibido, yo elevé mis cejas. ¿Ella planea hacer de sus días malos un baile? No me opongo a ello.

—Yo no bailo, — Confesó el muchacho. — lo lamento.

Nunca me siento como un mal tercio, nunca lo he sido, pero justo ahora, con estos dos ... Siento que soy las cosas más inútil e innecesaria que las personas tienen en sus hogares. Y yo nunca soy inútil, y jamás la atención se desvía de mí si es lo que quiero.

Lalisa se alejó mezclandose entre las personas que bailaban en la pista, su humor había cambiado, ahora sonreía.

—¿Tu gatito se enfado? — Seok Min pregunto con los chicos a sus costados, todos cinco se acercaron a mí rodeando cada lado. Metí las manos en mi bolsillos.

Suspire. —¿Otra vez con eso? —Seguí mirando a Lalisa a lo lejos bailar, de verdad se veía contenta, aunque, ¿es fingido o es real? ¿Está feliz? ¿De verdad lo hace? —No la llamen así, hace poco les dije su nombre.

—JungKook tiene razón, — Min Gyu me apoyó, lo miré. ¿De verdad le gusto Lalisa? Estaba la dirección en la cual ella se estaban mirando. 

No puede ser cierto, hace nada termino con su novia de casi una década, Tzu-yu, desde entonces solo es un playboy en el gran radar.

—Gyu, todo lo internacional te llama la atención, ¿no? — Cuestione, él me miró, sonrió a medio lado.

Nuestro acuerdo » liskookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora