II

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Era cierto, el muchacho no mintió, la esperó hasta que su horario término. Lisa era un manojo de nervios, ¿Cómo saldría de esa?

Escucho a algunas bailarinas referirse al chico como: El extremadamente guapo y millonario, el moja bragas, misterioso guapo y otras idioteces de chicas apuradas.

Limpio su rostro con los pañitos húmedos de su bolsa color negro, su cara estaba complemente limpia, ni una gota de maquillaje, su cabello estaba atado en forma algo desordenada y su vestuario era bastante normal, nada apropiado para ese horrible club.

Sus pantalones eran algo anchos y su blusa cuello tortuga color beige más la bufanda color morado hacían ver a Lisa como una muchacha muy poco atractiva para el gusto de aquellos horribles hombres, y eso era algo que a Lisa le encantaba, no lucir agradable para la vista de aquellos tipos.

Por su cabeza rodo el momento en el cual escucho a varias chicas de su escuela años atrás decirle a ella que era muy poco atractiva sin maquillaje, que además lo único que la hacía ver bonita era el maquillaje del tipo coreano, más que su estilo y rostro no eran lindos, en pocas palabras diciéndole que era fea y nadie se fijaría en ella a menos que tuviera el maquillaje puesto.

Eso trajo malos tiempos para Lisa en la secundaria, y que por un largo tiempo siguió creyendo hasta el día actual. Agradeció no verse 'bonita' para poder salir rápido de aquel muchacho.

Si él la veía sin maquillaje de seguro se decepcionaría y la dejaría en paz, o eso fue lo que pensó Lalisa.

Saliendo por la puerta de atrás del club, vio varias ratas que corrieron a esconderse a los barriles de basura, Lisa se estremeció, odiaba a esos animales, que eran tan asquerosos.

Un bostezo se escapó de sus labios, puso su mano en su boca parpadeando varias veces.

— Vaya, pensé que nunca terminarías. — Lisa salto en su lugar girándose para ver al dueño de la voz, JungKook aka niño rico imbécil. — ¿Planeabas irte y abandonarme a pesar de que te espere todo este tiempo?

Era cierto, Lisa había huido, por ese motivo se salió por la puerta trasera y no directamente por la puerta de su jefe después de cobrar su dinero.

¡Rayos, la habían atrapado!

— ¿Por qué sigue aquí? Ya le dije que no me acostaré con usted. — Dijo Lisa mirándolo dudosa aquel chico que sonreía.

— Corrección, dijiste que no eras prostituta ni una zorra, más no que no te acostarías conmigo. — Lisa trago duro, no otra vez.

¿Quién la ayudaría esta vez?

— ¡Vamos, demos un paseo! — Exclamó él estirando sus brazos hacia arriba, Lisa se asustó ante el repentino cambio.

— No quiero, gracias. — Dijo ella dándose la vuelta esperando que esté no insistiera más.

—No te estaba preguntando. — Los ojos de Lisa se abrieron grande, la mano pesada de JungKook tomo su muñeca y la jalo en la dirección opuesta a la que ella estaba siguiendo.

Lisa intentó forcejear y golpear la mano de aquel, pero fue imposible, el chico era un bestia musculosa muy fuerte, no tardó nada en llevarla hasta un auto negro. Ahí fue justo el momento en el que la muchacha empezó a gritar pidiendo ayuda, pero una vez más fue ignorada, justo en ese instante no parecía estar por algún lado caminando un alma para auxiliarla.

— ¡Oh, vamos, cariño! No te haré daño, ya te dije que no te forzare nada. —Manifestó JungKook abriendo la puerta de aquel lujoso auto color negro.

— ¡Vuelvo a repetir: ¿Es que acaso debería agradecerle por eso?! — Le gritó Lisa. — ¡Suélteme, pervertido! —Ella continuaba golpeando la mano de JungKook, pero nada conseguía, era como si él ni siquiera sintiera sus golpes — ¡Déjeme!

Nuestro acuerdo » liskookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora