Su cabeza dolía, no sabía si se trataba de los típicos síntomas de los que tanto hablaba su madre o si era el estrés que la excedía. Mina estaba cada vez más convencida de que su plan con Chaeyoung estaba destinado al fracaso. No era tan sencillo como pensaron, para nada.
Su vientre había crecido demasiado, obligándola a decirle la verdad a su esposo. Ver la reacción llena de felicidad e ilusión de Bambam sólo la hicieron sentir más culpable, pero tuvo que guardarselo para sí misma. Ni siquiera podía expresarle dichos sentimientos a sus amigas porque era demasiado arriesgado, y Chaeyoung no era una opción, sabía cuánto le disgustaría.
Su mano acariciaba su estómago, si sus cálculos no fallaban ya estaba entrando en el tercer mes, pero era obvio que su pareja creía que llevaba menos tiempo.
El pelirosa salió del baño ya cambiado, vistiendo su clásico pijama. Observó a la pelinegra e inevitablemente una sonrisa se esbozó en sus labios, le daba demasiada ternura ver a su mujer tener pequeñas interacciones con su pancita. Aunque no entendía por qué las tenía cuando nadie la observaba, claramente él desconocía la mente de Mina y como esta intentaba convencerla de que no lo quería.
Mina, a diferencia de Chaeyoung, siempre tuvo el instinto maternal muy latente. Aunque creyó que todo se dio en un pésimo contexto y para ese entonces lo que menos quería era ser madre, en su mente estaba incrustado la romantización al embarazo. Ella veía un bebé, aunque no lo había. Creía que podía oírla, aunque los médicos le decían que aún no tenía actividad cerebral.
Bambam se recostó en su lado de la cama, llamando la atención de la mujer al percatarse de su presencia. Lo miró algo alarmada. ¿La había estado observando mucho? No quería que viera esa parte de ella que intentaba mantener oculta, incluso de si misma porque dolía. Dolía demasiado, pero no dolía tanto como pensar en una vida sin Chaeyoung.
-Buenas noches, cariño. -Dejó un pequeño beso en la mejilla de su pareja, aunque podía besarla en los labios si quería, le encantaba esa parte de su rostro, era la que más llamaba la atención debido a su inmensidad. Besó, por encima de la tela del pijama, el centro de su vientre. Se acomodó dándole la espalda, la mujer le había dicho en su Luna de miel que no le gustaba que la abrazaran al dormir y él respetaba eso.
Mina no reaccionó al primer beso, pero sí al segundo. Se paralizó por un momento, cada vez que Bambam tenía un gesto como ese todo recaía en ella, era como si por un momento se olvidara de mentirse. Estaba jugando con fuego, sabía que acabaría por quemarse y que, para peor, no sería la única en salir herida.
-Buenas noches. -Respondió en un susurro. Le brindó una suave caricia a la espalda del varón en lo que apagaba el velador. Trataba de mantener distancia con él, pero al mismo tiempo se ocupaba por mantener las apariencias. Aunque no le costaba tener ese tipo de trato, el pelirosa la trataba con tanta dulzura que había logrado ver en él un amigo.
Se acomodó de costado, consiguiendo que su espalda diera con la contraria.
(...)
Jueves por la noche, el muy esperado estreno de Star Trek III: The Search for Spock había llegado al único cine de su pueblo. Pese a que no le interesaba demasiado el cine occidental, había aceptado la invitación de Yugyeom para ir a verla. El varón se vería tan emocionado que Chaeyoung no pudo negarse, incluso si no había visto ni la primer ni la segunda parte y sabía de ante mano que no entendería nada.
Y así era, no entendía nada, sólo que la película transcurría en el espacio.
Como habían ido a la función de noche no habían demasiadas personas, en efecto la mayoría de las butacas estaban vacías. Ellos estaban en el medio, en su fila no había nadie más y a su alrededor había unas pocas parejas. Chaeyoung tranquilamente podía hablarle y preguntarle cualquier cosa, pero prefirió no hacerlo. Sabía que una vez que empezaba no podía parar, acabaría por preguntar cosas tontas e irrelevantes como "¿Por qué las orejas de ese personaje son tan puntiagudas?".
Estaba decidida a no darle el gusto a su ignorancia y disfrutar del film de todos modos. Pero solo tuvieron que pasar quince minutos para que se aburriera y decidiera que el perfil de Yugyeom era mucho más entretenido y divertido de ver.
En algún momento de la película el varón sintió la mirada de la pelinegra. Se giró a verla, esperando que estuviese concentrada y que todo se tratara de un presentimiento erróneo. Sin embargo al encontrarse con la profunda mirada de la menor puesta sobre él, no pudo evitar sobresaltarse un poco. Se ruborizo, sintiéndose demasiado tonto.
Yugyeom era muy consciente de su atractivo, no iba a fingir modestia y decir que no era lindo porque sabía que sí lo era. Y así como sabía que era lindo le gustaba que las mujeres lo miraran, pero esa vez era una excepción.
Cuando se trataba del cine terminaba por mimetizarse, no podía disimular sus reacciones y ya de por sí era demasiado expresivo. No quería ni imaginar qué había visto la menor.
Chaeyoung ladeó un poco su cabeza, tratando de inspeccionar al mayor. Lucía como un pequeño felino siendo invadido por la curiosidad, Yugyeom no pudo evitar reír ante aquel pensamiento.
-¿No te está gustando la película? -Preguntó en un susurro, sintiéndose más relajado que hace un momento atrás.
-No. -Negó inexpresiva, provocando que el varón riera un poco de nuevo.
-Está bien, ¿quieres que nos vayamos? -La menor volvió a negar.
Ninguno volvió a mirar a la gran pantalla a pesar de que su conversación había muerto ahí, por alguna razón el rostro contrario parecía ser más interesante.
En algún momento terminaron por besarse. Chaeyoung fue acercándose al mayor hasta conseguir que sus labios dieran con los suyos y éste la recibió gustoso, satisfecho de haber dejado de ser quien siempre daba el primer paso.
La forma en la que Chaeyoung besaba a Yugyeom no se parecía en nada a como lo hacía con Mina. Ahí no había amor, no había cariño ni un trato dulce. La pelinegra se mostraba hambrienta, llena de deseo. Era descarada la forma en la que su lengua pedía permiso para entrar en la boca ajena mientras sus dedos se aferraban al corto cabello.
Quizás estaba mal lo que estaba haciendo. No por Mina, ella también había estado compartiendo su cuerpo con alguien más. Sino porque engañaba a Yugyeom, aunque en ningún momento le hubiese dicho que estaba enamorada de él ni mucho menos, no tenía que ser muy inteligente para saber que él varón se estaba ilusionando con ella por la forma en la que se relacionaban.
De todos modos eso no importaba, sabía que pronto el mayor volvería a Seúl con su madre y para entonces Chaeyoung esperaba haber iniciado una vida con Mina, lejos de todo aquello que las mantenía separadas.
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Dreams | MiChaeng |
FanfictionDónde Mina y Chaeyoung sólo pueden estar juntas en sus sueños. » Adaptación Creada por; gAYidle - Comenzó; 4/12/21 - Finalizó; 16/01/22