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—Sé que suena como una locura pero...—Bambam había dejado de hablar con calma, en todo su relato no había sido interrumpido ni una sola vez y el silencio de Mina lo estaba poniendo nervioso.

—Te creo. —Pero ahí estaba, su voz había salido con calma. Sus ojos ya no expresaban ningún rastro de enojo ni decepción.

—¿De verdad? —Preguntó incrédulo, le dedicó una rápida mirada a la chica que se sentaba a su lado y está se veía igual de sorprendida y desconcertada.

—De verdad. —Mina suspiró, preparándose para lo que se avecinaba. —Te creo porque estoy viviendo lo mismo.

Krystal pasó de verse sorprendida a molesta en un fragmento de segundo, su parte racional le decía que no debía juzgar a la chica frente suyo, pero estaba tan enojada que solo quiso estallar.

—¿Le estabas reclamando pese a que le haces lo mismo?

Y así lo hizo. Incluso se había puesto de pie, como si estuviese dispuesta a llevar aquella discusión a algo más físico.

Bambam se puso de pie también y en un intento de calmarla la tomó por los hombros, los masajeó mientras le repetía en susurros que debía tranquilizarse.

—Lo mío es diferente.

—¡¿Por qué?! —A Krystal no parecía importarle que se trataba de una mujer embarazada, su enojo parecía intensificarse cada vez más.

—¡Porque ella también es una mujer! —Respondió, estallando casi de la misma forma.

Krystal se ruborizó avergonzada de su propio comportamiento, no entiende por qué una parte de ella le hizo creer que Mina lo tenía más fácil, si ella sabía en carne propia lo que era ocultar un amor.

Su relación con Bambam sería vista de mala manera, incluso serían acusados de inmorales o aún peor, enfermos incluso.

Lo de Mina no podía ser menos grave si ella había tenido que llegar al punto de comprometerse y quedar embarazada de alguien a quien no amaba.

—Cuando supe el embarazo, casi enloquesco. —Admite Krystal, ya todo vuelve a estar más calmo entre los tres. La pareja incluso se atreve a mostrarse más cariñosa frente a la pelinegra. —Pero tuve que aceptarlo al final.

—Para Chaeyoung también fue difícil. —Sonríe con cierta nostalgia, recordando por un momento como eran las cosas hace algunas semanas.—Pero ahora está bien con ello.

—No quiero interrumpir pero... ¿Como se supone que sigamos con esto? —Intervino Bambam, volviendo el ambiente un poco más serio.

—Supongo que igual, solo que sin mentiras. —Simplificó con cierta obviedad.

Mina se sintió incómoda, tanto que tuvo que forzarse a sonreír para no levantar sospechas. La voz de Chaeyoung diciéndole que debían huir de ahí, que tenían que dejar el pueblo sin mirar atrás se hacía oír en su cabeza.

—Sin mentiras.

(...)

Mina peinaba los largos cabellos de Chaeyoung entre caricias, mientras la menor descansaba entre sus piernas.

Chaeyoung había cerrado sus ojos, se estaba dejando hacer por la mayor. A Mina le daba gusto verla de esa forma, le había contado sobre su conversación con Yugyeom y realmente se notaba que se había sacado un peso de encima. Después de todo, por más dura que se mostrara la menor, era una buena persona a la que no le gustaba mentir.

—Chaengie. —La llamó la mayor, deteniendo un poco sus caricias incluso. Oyó un suave "¿mmh?" por parte de la menor y se sintió libre para seguir. —¿Te das cuenta que ya no es necesario huir?

Chaeyoung abrió sus ojos y tomó asiento en el gran sillón, mirando con cierta preocupación a Mina.

—¿De qué estás hablando?

Mina sonrió. —Yugyeom ya sabe la verdad, y Bambam igual.

—¿Hablaste con Bambam? —La menor había ladeado su cabeza mientras fruncía levemente el ceño. Chaeyoung no pudo evitar pensar en lo adorable que se veía.

Asintió. —Él tiene una relación parecida, con otra mujer. Llevan varios años juntos, incluso antes de su graduación. —Se acomodó mejor en su lugar, quedando justo enfrente de su pareja. Tomó sus manos, acariciando el dorso de ambas con las yemas de sus pulgares. —Chaeng, es perfecto. Ellos nos cubrirían a nosotros y nosotras a ellos. Incluso podrías quedarte a dormir en casa conmigo.

—¿Estas segura de esto?

—Sí, no creas que me lo tomé a la ligera, pero nunca me gustó la idea de dejar a mi hijo sin un padre. —Reconoció reflejando una ligera culpa en su expresión. —¿Qué dices, Chaeng?

La menor guardó silencio, Mina hubiera pensado que aquello era motivo para preocuparse de no ser porque la menor tomó su nuca para atraerla a sí misma y plantar un beso en la comisura de sus labios.

Con ese simple gesto Mina supo que Chaeyoung estaba aprobando su propuesta.

O eso creía.

Dreams | MiChaeng |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora