2. Oferta

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—Alguien no durmió bien anoche.

Rodé los ojos al escuchar la voz a mi lado.
Me apresuré a hacer mi café y decidí ignorar la presencia del chico que esa mañana parecía tener la voz mucho más molesta que los otros días.

Coloqué una cucharada de azúcar y volví por el mismo camino hasta mi escritorio.

—¡Hey! ¡Yoongi!

Suspiré cuando al sentarme el rostro de mi molesto compañero volvió a aparecer frente a mí.
Él era tan persistente.

—¿Te pasa algo? ¿Estás enfermo?

—No, no tengo nada, Jungkook—dije fastidiado.

—Es que no luces muy bien.

—Ya lo sé. ¿Se te ofrece algo, además de molestarme?

Hizo un gesto de falsa indignación y volví a enfocarme en mi café.

—Escucha, pensé que éramos amigos; sólo me estaba preocupando por ti. Como sea, si vengo tan temprano a hablar contigo es porque tengo una oferta bastante interesante para ti.

Dejé de observar la taza para volver a mirar al pelinegro con una ceja alzada.
Él sonreía satisfecho.

—¿Oferta?

—Sí, es algo de trabajo. Sé que tienes muchos alumnos y trabajo aquí, pero creí que podía interesarte así que decidí comentarte sobre esto—sonrió. —Resulta que tengo un amigo que trabaja en una compañía de entretenimiento y me dijo que están necesitando una persona que sepa mucho de música para, no sólo guiar a los artistas respecto a la correcta interpretación, sino que también pueda asistir en la producción de las pistas. De inmediato pensé en ti.

—¿Yo?—hablé sin comprender.

—Sí, Yoon. Por favor, eres el mejor maestro de música que tenemos en esta escuela y tienes muchísima experiencia en el área. Sé también que escribes canciones e incluso has llegado a vender algunas.

Me removí incómodo al saber que Jungkook tenía conocimiento de todo eso.

—Sí, pero...no sé.

—Sé que estás ocupado, pero piénsalo. No sólo puedes cambiar un poco tus actividades, sino que también puedes ganar dinero extra. Si yo fuera tú realmente lo consideraría.

La oferta de Jungkook me resultaba muy atractiva, pero no podía tomar una decisión sin pensar detenidamente.
Me gustaba trabajar como maestro, aunque a veces los jóvenes me llegaban a desesperar.

—Necesito pensarlo bien, Jungkook. No puedo darte una respuesta en este momento.

—Está bien. Voy a pedirle a mi amigo todos los datos referentes al trabajo y te los traeré para que los tomes en cuenta. Por el momento piénsalo y luego hablamos.

—Bien. Gracias por pensar en mí.

Rió y se puso de pie dándome un guiño.

—De nada. Y espero que mañana ya no traigas esas horribles ojeras. Tus alumnos se burlarán de ti, profesor Min.

Gruñí al verlo alejarse y escuchar su risa resonar en el pasillo.
Me quedé pensando en la oferta y pensé que quizá sí era bueno aceptar.
Podía acercarme más a otras actividades musicales y desarrollar mis habilidades y, sobre todo, el tener más tiempo dedicado a trabajar me haría mantener mi mente ocupada y quizá me ayudaría a ya no pensar tanto en esa mujer que, a pesar de todo, continuaba teniendo el control de todo mi ser.





memories of a broken heart; mygDonde viven las historias. Descúbrelo ahora