Había mal clima y al parecer lloveria. Nos ubicamos en la bodega de la esquina (vaya usted a saber cuál esquina).
Y el venezolano no se decidía en si comprar un fructus de mango, de uva, naranja, cóctel o fresa.
Siria: Venezuela, la que te parió. Apresurate antes de que empiece a llover.
Venezuela: Uste' tranquilo mijo, que no va a llover vale.
Y empezaron a caer una pocas gotas, las cuales al momento pasaron a ser gotas medio fuertes.
Venezuela: Ñuesumadre ¡Nojodaa!
Siria: ¡Te lo dije!
Mientras ambos países tenían su crisis existencial por no querer salir de la bodega para no mojarse en la lluvia, una chica (la cuál tenía su impermeable) los veía con una sonrisita burlona. Cosa que el latino notó.
Venezuela: ¿Qué coño nos ves, Yurubilileisis? ¿Acaso te la das de gran vaina por tener un poncho? Ojalá y te resbales por ahí, gafa.
La Yurubilileisis sólo puso mala cara y se fue.
Venezuela: Piaso 'e pendeja.
El sirio sólo observaba la situación, todo confundido y con una cara de watafak.
Venezuela: Bueno chamo, ni modo, nos tocó irnos con el palo de agua.
Siria: Ni creas que me mojaré en la lluvia...y tu tampoco. Hace frío y podríamos resfriarnos.
Sinceramente al rubio no le importaba enfermarse...pero obviamente no quería que el pelirrojo se enfermara...pero tampoco quería quedarse en la bodega porque acababa de entrar un tipo con cara 'e malandro, así que...
Se quitó la chaqueta militar que llevaba puesta, quedando con un camiseta blanca. Y prosiguió a darle la chaqueta al árabe.
Venezuela: Tome, pana. Tapese de la lluvia con esto.
El más bajo miro con un poco de desagrado la prenda del latino.
Siria: Yo no quiero eso...de seguro tiene tu apestoso sudor.
Venezuela: Ay, no se ponga de sifrino y póngase la vaina esa.
Siria: Pero- Oye ¡Noo!
El de ocho estrellas le tiró la chaqueta encima a su acompañante y lo halo rápidamente fuera de la bodega.
Al sirio no le quedó de otra que aceptar cubrirse con la chaqueta militar del venezolano. Tomaron rumbo a casa del venezolano en silencio, hasta que el sirio (con su cara 'e culo) habló.
Siria: Podiamos haber esperado a que cesara la lluvia ¿Sabes?
Miró a latino, quien achinaba los ojos por la fuerte lluvia que le caía encima. Este respondió.
Venezuela: Si, lo se. Pero es que el tipo que había entrado a la bodega tenía senda care tuki...capas y si nos quedábamos ahí nos robaba como los propios pajuos.
Siria: ...¿Tuki?
Venezuela: Sí...y tapese bien, no se me moje mucho.
Siria, molesto y avergonzado por tener que hacerle caso a Venezuela, se acomodó la chaqueta para cubrirse mejor de lo que estaba y seguir caminando hasta llegar a la casa.
Aunque no sirvió de nada, porque al llegar a la casa igualmente se resfrío debido al clima helado causado por la lluvia.
Aunque por lo menos no llegó tan mojado gracias a que el venezolano le había prestado su chaqueta para cubrirse.
Y Venezuela...Venezuela obviamente llegó empapado. Pero no le importa, lo importante era que el amor de su vida no se mojara.
