Venezuela y Siria se encontraban en una pequeña cafetería del territorio venezolano, hablando sobre cómo habían estado y qué habían hecho durante los cuatro meses que tuvieron sin verse.
Siria: Entonces, concluyendo a tu anécdota...¿Colombia a estado entrando a tu casa a escondidas por la noche...para robarte la harina?
Venezuela: Sisa...pa' la próxima le voy a dar su parranda ‘e coñazo al trimardito ese.
Siria: A veces no comprendo a los latinos...se odian entre ustedes y a los cinco minutos actúan como si nada hubiese pasado.
Venezuela: La cosas como son, mi pana.
Siria: Ujum.
El árabe desvío la mirada hacia la ventana que tenían al lado, tomando de su jugo mientras observaba a la gente que pasaba. Por otra parte, el latino se quedaba viendo a su acompañante, detallando cada rasgo de su cara.
Cabe aclarar que al venezolano le gustaba el sirio desde hace un tiempo, pero no quería decírselo directamente. Así que ¿Por qué no usar indirectas? Seguramente Siria las captaría.
Venezuela: Bueno...¿Sabe? Me gusta pasar tiempo con usted, Mariquito explosivo.
Siria: ¿Vas a seguir con ese apodo, idiota?
Venezuela: El día que usted deje de llamarme idiota, no le pongo más apodos.
Siria: -_-
Venezuela: ...en fin, de pana me gustaría pasar todo el tiempo posible con usted, chamo. Tooodo el tiempo posible, ya sabe.
Este apartó la mirada un tanto apenado, hacia algún lado del lugar en el que estaban.
Siria: Creo que opino lo mismo.
Venezuela: ¡¿Me lo dice de pana?!
Miró rápidamente al sirio, con una notoria emoción en su rostro.
Siria: Sí, te considero como un verdadero amigo. A parte de que para ser latino, eres menos estresante que los otros.
Amigo, amigo, amigo, amigo...esa palabra dicha por el árabe era lo único que pasaba por la mente del venezolano. Segundos después recapacitó y le sonrió algo forzado al más pequeño de los dos.
Venezuela: Awww, es que yo sabía que me consideraba su pana, total yo no soy una ladilla.
Siria: ¡Ja! Creeme...eres totalmente irritante, pero al menos puedo tolerarte.
Bueno, hora del plan B.
Venezuela: Mano ¿Ya le dije que como que me gusta alguien por ahí?
Siria: ¿En serio? ¿Quien es?
El de dos estrellas se le quedaba viendo al latino, atento al chisme.
Venezuela: No le voy a decir.
Siria: Bien...¿Al menos puedo saber cómo es?
Venezuela: Bueno, le daré una pista nada más. Su bandera tiene rojo, blanco y negro...en ese mismo orden.
Venezuela espero impaciente la respuesta de Siria, el cual parecía estar analizando la respuesta que le habían dado. La impaciencia aumento cuando el árabe abrió los ojos como platos.
Siria: No lo puedo creer...¿Venezuela...acaso estás enamorado de-
Venezuela: Sisisi, eso mismo.
Siria: ...¿De Irak?
Venezuela: Sí- ya va ¿Qué?
Siria: Que estás enamorado de Irak, porque de Egipto o Yemen lo dudo. Tampoco podría ser yo, porque si fuera así ya me lo habrías dicho.
Venezuela: Pero-
Siria: Así que como opción sólo queda Irak.
Venezuela: ...¿Ya mencioné que la persona que me gusta es medio estúpida?
Siria: No es necesario decirlo, incluso yo considero que Irak es estúpido.
Venezuela: ...
Siria: Bueno, será mejor irnos. Se hace tarde.
Venezuela: Está bien, sólo déjeme ir a pagar...
Ok, Siria no captó las indirectas. Pero ese no es motivo para que Venezuela se rinda.