⭐O8. Compartir tiempo⭐

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Que bonito pasar tiempito de calidad con tu crush ¿No?

Sin mencionar el hecho de que el venezolano tuvo que llevarse al sirio obligatoriamente del hotel donde este se hospedaba para asistir a las reuniones de O.N.U, porque el muy terco no quería salir...a parte de casi propinarle al latino un golpe en la cara y una patada en los bajos con tan de que lo dejara en paz.

Pero en fin, ese ser tan terco y violento es el amor platónico del rubio y nada lo hará cambiar de opinión.

Siria: ¡República Bolivariana de Venezuela! YA TE DIJE QUE NO QUIERO IR A NINGÚN LADO.

Reclamó el árabe, quien prácticamente estaba siendo jalado desde el brazo por el latino.

Venezuela: Coño vale ¿Me va a dejar morir?

Siria: No...¡Porque no te estás muriendo!

Este se zafó del agarre del venezolano, dejando de caminar mientras se cruzaba de brazos. El más alto hizo la misma acción de su acompañante, con la cara de culo incluida y todo...no porque estuviera molesto...era más bien para molestar al más bajo.

Se quedaron callados por un momento, de pie en medio de la acera. Siria frunció un poco más el ceño, y Venezuela...Venezuela sólo imitó al árabe.

Siria: ...¡Ya deja de imitarme!

Exigió ya irritado.

Venezuela: Entonces acompañeme por ahí a pasar el rato.

Siria: Si tanto quieres andar por ahí, entonces ¿Por qué no vas con otro latino...o tu sólo?

Venezuela: Porque no quiero estar con los gafos aquellos, pero tampoco quiero estar solito.

Siria: -_-

Venezuela: Coñoo, ¿Qué le cuesta acompañarme un rato? No sea malo conmigo y hagame compañía.

Siria: ¿Si te acompaño dejaras de joderme la existencia por el resto de la semana?

Venezuela: Sisa.

El árabe no lo pensó dos veces y decidió acompañar al latino con tan de no ser fastidiado por él durante lo que quedaba de la semana.

Siria: ¿Entonces...qué haremos?

Venezuela: Bueno, como estamos en gringolandia y aquí todo es posible...vamo' a un parqué.

Siria: ...

Venezuela: ...

Siria: ...

Venezuela: ...¿Qué?

Siria: ¿Un parqué? ¿En serio? ¿Para eso estoy aquí perdiendo mi tiempo?

Venezuela: No es perder tiempo...es compartir tiempo con su pana, su convive, su besto friend, su-

Siria: Ajá, ajá, ok...sólo camina.

Los dos se encaminaron hasta el primer parqué que encontratan, Siria iba en silencio mientras escuchaba una que otra anécdota que Venezuela le decía.

Venezuela: Y por eso me tocó joder a Anzoategui, a Bolívar y Delta Amacuro, Sucre se salvó ya que él no tuvo nada que ver con...ah, mire, ahí hay un parqué.

Ambos se adentraron a dicho lugar, se estaba haciendo tarde, así que no había mucha gente. Estuvieron un rato caminando, hablando de temas al azar.

El venezolano se detuvo al ver un pequeño espacio con el típico parquecito infantil. Ya saben, los columpios, los sube y baja, las resbaladillas...o como diría el latino, toboganes.

A este se le iluminaron los ojos como si de un niño pequeño se tratase.

Venezuela: ¡Ay Siria, mire, mire, unos columpios!

Siria: ¿Y qué con eso?

Venezuela: Vamos a columpiarnos ¿Si va?

Siria: ¡Primero muerto, que perder mi dignidad columpiandome en esa cosa!

Venezuela trato de hacer una carita de perro triste para ver si convencía a Siria...obviamente no funcionó.

Siria: Ni creas que me vas a manipular con tu carita triste, Venezuela.

Venezuela: Bueno, lo intenté. Si usted no quiere venir conmigo a los columpios, no venga...pero ojalá me deje aquí sólo, porque me voy a arrechar con usted.

El pelirrojo fingió temblar.

Siria: Uy sí, mira como tiemblo por eso. Descuida, no te voy a dejar aquí...iré a sentarme en aquel banco de allá.

Este apuntó un banco que estaba frente a los juegos infantiles, el tricolor con ocho estrellas sólo asintió y se dirigió a los columpios.

No pasó más de diez minutos, el latino se columpiaba y el árabe sólo lo observaba fijamente, parecía que en realidad se divertía haciendo eso. Empezó a debatirse entre sí ir o no ir.

Miró disimuladamente hacia todos lados para asegurarse de que nadie lo estuviera viendo. Al comprobar que no había nadie, se levantó del lugar en donde estaba y se encaminó en dirección a los columpios. El latino paró de columpiarse.

Venezuela: Aww, no me quiso dejar solito ¿Verdad?

Siria: No te acostumbres.

El sirio tomó asiento en el columpio que estaba al lado del venezolano, aunque se quedó inmóvil.

Venezuela: ¿Por qué se queda ahí quieto pues?

Siria: ...

Venezuela: ...ah, ya yo sé que pasa aquí.

Antes de que el pelirrojo pudiera articular una palabra, su compañero se levantó rápidamente para comenzar a empujarlo. A lo cual el árabe, aunque no lo admitiera, le asustó un poco.

Siria: ¡Hey, HEY! ¡¿Qué haces?!

Venezuela: Pana, es que se nota que nunca se ha mecido en un columpio.

Pasaron allí un buen rato, entre insultos por parte del de Oriente medio y risas del de Latinoamérica hasta que llegó la hora de retirarse a sus lugares de hospedaje.

No sin antes pasar a comprar algo de comer, claro.

Para ser más específicos, unos panes dulces.

Venezuela: ¿Vio que no fue tan malo mecerse en los columpios?

Siria: ¿De qué hablas? CASI ME DA UN INFARTO.

Venezuela: No sea exagerado vale...total si se caía, del piso no iba a pasar.

Siria: VENEZUELA.

Venezuela: Jajajaja, ya pues ya, me callo entonces.

Siria por fin llegó a su habitación de hotel, Venezuela siguió rumbo a donde se hospedaba.

El árabe se quedó un rato echado en la cama, pensando en que no fue tan malo pasar algo de tiempo con el latino...y fugazmente pensó en lo tierno que se veía jugando como un niño en aquellos columpios...

🇻🇪AMOROMETRO🇸🇾Donde viven las historias. Descúbrelo ahora