11._Salida

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Esa sonrisa que le dejó claro todas y cada una de las intenciones que él tenía con ella, en ese instante, la reprimió logrando llevar gran parte de su sangre a la cabeza. Mary estaba segura de que su rostro estaba rojo, pues lo sentía caliente y un escalofrío descendió por su espalda. Parpadeó lento una vez, como para desprenderse de esa incómoda situación y soltando un suspiro se abrazo al cuello de Bills como si de no haberlo hecho hubiera caído a un abismo insondable. A salvó de esa sonrisa y de esos ojos por los que la más férreas de sus convicciones y su orgullo claudicaban, Mary recobró su ánimo y aprovechando la cercanía tantas veces soñada, saco provecho de ella.

Bills no esperó que ella se abrazara a él y menos terminar recostado ahí con esa mujer encima de una forma algo incómoda. Tampoco se esperó que discreta, pero osadamente esa mano pálida lo tocará de la forma en que lo hizo.

Por el costado de su cuerpo,
como si de una araña se tratase, esos dedos fueron buscando una entrada por debajo de su apretada camisa. No la encontraron,pero eso no los detuvo y abrieron paso logrando tocar su piel de una manera fuerte ,casi a rasguños. Sin timidez subieron buscando su abdomen y juguetearon allí cuál si estuviera trazando un sendero que descendería en caída libre a una zona que, muy para su desgracia, estaba reaccionando a ese toque como a lo que pasaba más arriba. Esa mujer manejaba las palabras mucho mejor que él. Era hábil y ágil con ellas. Las endulzaba, las afilaba, las hacia agua fresca conforme lo requería y en ese momento las volvió un afrodisíaco muy eficaz. Dos comentarios, una observación y una sugerencia bastaron para exaltar esos ánimos medio oxidados que tenía. No era falta de oportunidades, sino por pereza y comodidad, entre otras cosas, que rara vez Bills buscaba compañía femenina. Había pasado un tiempo considerable desde la última vez que estuvo con una mujer y mucho más había transcurrido desde que sostuvo una relación como tal. Quizá, pensó Bills, fue eso lo que lo hizo tan vulnerable a la osada arremetida de esa mujer que después de darle un beso fogoso en la barbilla se apartó de él.

-Sí me tocas me das el consentimiento de hacer lo mismo, Bills- le dijo Mary que se puso de pie y se alejó de él sin prisa y apartando su cabello de su espalda que el vestido descubría.

Bills la miró con disgusto, pero no le respondió ¿Qué iba a decirle? Ella tenía razón. De cualquier forma no le gustó que lo acalorara de esa manera para después solo irse. Esa condenada mujer se daba el lujo de despreciarlo a él que le dió la oportunidad de compartir su cama dos veces. No era más que una estúpida pretenciosa con ínfulas de... Terminó con sus ideas ahí, porqué estaba empezando a ebullir de puritita rabia. Mary lo hacía enojar. La verdad era que desde el primer momento esa mujer le causó algo así como un desagrado. Primero fue porque le era demasiado callada. Y eso estaba bien, le desagradaba la gente ruidosa, pero el silencio de esa mujer respondía a otra cosa. Era como si quisiera hacerse la misteriosa ¿Qué podía esconder si a leguas se notaba que no tenía nada? Después le dijo que la música de su banda era mala y que sólo la oía porqué él estaba en ella. Eso fue agradable,
aunque de todas formas lo ofendió un poco. Para colmo se había atrevido a insinuar que él era un tipo vulgar una vez dejaba de ser el líder de Resurrección. Lo veía como un sujeto pretencioso, superficial, egoísta y quién sabe que más, Mary no lo dijo ni lo insinuó, pero Bills estaba seguro de que lo pensaba. Si tan mal lo veía ¿Por qué estaba enamorada de él? Se preguntaba y es que si bien él se sentía capaz de conquistar a cualquier mujer, había una diferencia enorme entre enamorar a alguien y que alguien se enamore de ti sin haber hecho algo porque así fuera. Claro ella era una fan como tantas otras, pero su amor no respondía al fanatismo. Era profundo y aunque no le agradará del todo cuando ella lo miraba sentía que podía ver un poco más de lo que todos veían. Esa canción lo decía: "no es lo que muestras sino lo que guardas entre las fisuras que finges no tienes". Se lo decía a él ¿Qué vio, esa mujer que con toda certeza prefería hombres más equilibrados,bcultos e intelectuales; en él? No es que se considera menos que esos estirados, pasaba simplemente que ella le era tan diferente a si mismo que el hecho de que estuviera enamorada de él le causaba más de una suspicacia. Mary sabía fingir muy bien. Podía ser que todo fuera una elaborada mentira para obtener fama,pero ella no parecía interesarse en el estatus de manera ambiciosa. Cuál fuera la razón por la que se enamoro de él,conseguía exaltarlo. Eso empezaba a causarle demasiadas molestias. 

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