Tsubasa Ozora ama el fútbol desde que tiene memoria, y a su balón como si fuese una parte de su cuerpo. Cuando tenía un año, estuvo por ser arrollado por un camión, sin embargo, el balón amortiguó el golpe y le salvó la vida. Desde ese día se convir...
Mi balón y yo recorrimos varias calles de la ciudad de Nankatsu. Me entusiasma mucho mudarme a otra ciudad. Tokio era linda, pero sinceramente prefiero un lugar que no tenga tantas personas, y que tenga más naturaleza (Tokio tiene más de treinta millones de personas, y es puro edificio y luces). Nankatsu está llena de cerezos, y es en donde se encuentra el monte Fuji, uno de los centros turísticos más visitados de Japón.
Es oficial: me enamoré de esta ciudad.
Llegué hasta la escuela pública de Nankatsu. Es bonita, pero yo estoy buscando el colegio Shutetsu. Entonces sigo recorriendo el lugar. Hay muchas canchas de distintos deportes. Ver gente haciendo deportes es algo que me encanta: ver a personas practicando su deporte favorito con pasión.
De repente me encuentro con una cancha de fútbol, y en ella había gente. Decido acercarme para ver qué ocurre. ¿Estarán por jugar un partido?
Los veo. Son unos cuantos chicos grandes (seguramente son del colegio superior), unos chicos de mi edad, todos usando ropa de entrenamiento del mismo color (deben ser del mismo equipo) y dos chicos de mi edad, uno de ellos tiene el cabello rapado, y el otro es más alto que yo, y tiene ojos verdes muy notorios.
─¿Quiénes serán todos ellos?─ me pregunto.
─Al fin te encontré─ dice una voz femenina detrás de mí.
Me doy vuelta y me encuentro cara a cara con mi hermanita.
─¿Pero qué...? ¿Cómo me encontraste?─ le pregunté.
─Supuse que irías a una cancha de fútbol a jugar. Tuve que preguntarle al vecino si había una cerca, y bueno, aquí estoy─ se encoge de hombros.
─¿Mamá está muy enojada conmigo?
─Sí, pero enseguida se le va a pasar, como siempre.
─Eso me alegra, saber que no me va a pulverizar─ río. Ella también.
Ella es Tori, mi hermanita menor. Tiene nueve años, tres años menos que yo. Tiene el cabello rubio bien largo y suave, que generalmente lleva en dos coletas, y ojos azules. No se parece nada a mí físicamente, porque yo tengo el cabello y ojos marrones, mi madre tiene el cabello castaño claro y los ojos de color violeta, y mi padre el cabello negro y ojos azules oscuros. El caso de mi hermana tiene que ver con algo muy personal... Pero en fin. Ella también sabe cocinar muy bien, en realidad sabe preparar galletas al horno y pasteles, y también sabe hacer té y café. Ella ama hacer fiestas de té. A veces la tengo a ella cuando mamá no me deja comer, jaja.
Aunque ella no es de hacer deportes. Es de esas típicas niñas que les gusta hacer fiestas de té y jugar con muñecas. Tiene una muñeca llamada Tamie, y la lleva a todos lados. Tamie sería como mi balón: es su mejor amiga. Eso es lo único que tenemos en común ella y yo.
─¿Y qué están haciendo esos chicos?─ pregunta.
─No lo sé. Tal vez estén apunto de jugar. ¡Qué emoción!─ se me iluminan los ojos.
─Tú siempre tan animado, ¿verdad?
Los escuchamos hablar. Supuestamente el chico de ojos verdes y los otros que visten la misma ropa son del colegio Shutetsu, y exigen que los demás (que son de la escuela Nankatsu) les den la cancha para que pudieran jugar ellos, ya que son demasiados para que pudieran usar su cancha propia. Entonces entre los del colegio superior del Nankatsu decidieron intentar anotarle al portero del Shutetsu para poder quedarse ellos con la cancha.
Veamos qué tan bueno es ese portero...
Le han lanzado de todo: balón de rugby, de básquetbol, de handball, de voleibol, bola de ping pong, de golf, ¡hasta uno tiró una jabalina! ¡Lo peor de todo es que ese portero (que descubrí que se llama Wakabayashi) logró detenerlo todo sin esforzarse!
Es... increíble.
Los chicos del colegio superior se fueron, dejando solo al de pelo rapado. Wakabayashi se fue y los del Shutetsu se quedaron practicando en la cancha. El de cabello rapado estaba dispuesto a irse cuando yo lo detuve con una pregunta:
─Disculpa, ¿sabes hacia qué dirección se fue el portero?
─¿Quién? ¿Wakabayashi? De seguro ya se fue a su casa.
─Oh, ya veo.
─¿Por qué preguntas?
─Es que quiero verlo.
─¿Para qué? ¿Qué pretendes hacer cuando lo veas?
─¡Lo voy a desafiar!─ le hago el signo de amor y paz.
─¡¿LO VAS A DESAFIAR?!─ preguntó boquiabierto─¡¿Estás sorate o qué?! ¡¿Qué no viste lo que le hizo a los otros?! ¡¿Cómo demonios pretendes vencerlo?!
─¡Le anotaré un gol!
─Oh... E-está bien. Te diré dónde vive.
─Gracias─ sonreí.
─No te preocupes─ le dijo Tori─, mi hermanito es el mejor jugador de fútbol. Va a vencer a ese arrogante─ sonrió con determinación.
El chico sonrió.
─Se ve que confías mucho en tu hermano mayor.
─Síp─ sonrió.
─¿Saben qué? No me he presentado. Hola, yo soy Ryo Ishizaki.
─Mucho gusto. Yo soy Tsubasa─ sonreí.
─Y yo soy Tori.
─Oyyyy eres muy linda─ le acaricia la cabeza.
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Yo reí. Tori enserio se ve tierna cuando está avergonzada.
─Vengan, los llevaré a la casa de Wakabayashi─ dijo Ishizaki, saliendo de la cancha.
Ver a Wakabayashi deteniendo todos los tiros... hizo que mi cuerpo vibrara de emoción.
