Tsubasa Ozora ama el fútbol desde que tiene memoria, y a su balón como si fuese una parte de su cuerpo. Cuando tenía un año, estuvo por ser arrollado por un camión, sin embargo, el balón amortiguó el golpe y le salvó la vida. Desde ese día se convir...
En diez minutos se decide todo, Hyuga. Hoy voy a ganar, e iré a Brasil a cumplir mi sueño de ser profesional.
En los dos tiempos intentamos de todo por evitar que se acerquen a la portería, porque Wakabayashi no puede forzar mucho su pierna. Misaki tampoco puede jugar como siempre, pero se esfuerza al máximo en no ser una carga para nosotros. Fue una verdadera batalla entre ambos equipos. En una por poco nos hacen un gol en el último momento: Hyuga hizo una feroz chilena, Wakabayashi la atrapó, pero se dio la espalda contra el poste. Por suerte no se lesionó la columna, pero esa realmente estuvo cerca.
Ninguno de los equipos pudo desempatar, pero pusieron diez minutos más de tiempo extra. Por un lado estoy feliz porque tengo una segunda oportunidad para ganar, pero por otro lado estoy agotado, al igual que todos.
Por suerte llovió unos minutos, y eso nos dio la energía que necesitamos para darlo todo y ganar. Misaki me decía que si seguía en la cancha sería un estorbo para nosotros, pero no se da cuenta de que sin él no le podemos anotar a Wakashimazu, que es el que tiene más energía para jugar. Logré convencerlo de que siguiera jugando a pesar del dolor en su pierna. Entonces a Wakabayashi se le ocurrió un plan: durante los primeros cinco minutos Misaki y yo descansamos para recuperar energía y atacar en el segundo tiempo, y todos los demás lo ayudan a defender la portería para evitar goles del equipo contrario.
Y el plan salió muy bien, porque a pesar de la agresividad del Meiwa, logramos tener mayor control del balón, claro que en algunas ocasiones pudieron tirar a la portería, pero Wakabayashi sigue siendo el portero estrella y atrapó cada tiro.
Ahora nos toca a nosotros.
Con todo nuestro esfuerzo, pudimos anotar un gol a dos minutos del final. Hice una chilena y logré desempatar, pero por culpa de eso el Meiwa se volvió más agresivo, incluso Wakashimazu salió de su portería e hizo un tiro demoledor desde el aire. Wakabayashi estaba en el suelo y no llegaba a detenerlo, pero Misaki lo desvió con el pie, sin embargo... chocó su frente contra el poste...
─M-misaki, no...
─T-te toca a ti─ me dice, con su frente sangrando.
─¡TSUBASA!─ me gritaron todos. Sólo quedan treinta segundos, sé que vamos ganando, pero quiero hacer más grande la diferencia para hacer ver que realmente gané.
Aquí voy, Brasil.
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Corro con el balón a toda velocidad a la portería del Meiwa, pasando a todos y a cada uno de los jugadores. Mi vista está fija en la portería. Sawada corría a la par mío, pero lo vi con una mirada asesina y se detuvo; yo seguí corriendo. Hyuga se puso en frente de mí y nos peleamos por el balón, pero lo derribé por primera vez y corrí hasta Wakashimazu, quien se lanzó para tomar el balón, pero yo salté, tiré y anoté con un cañonazo que rompió la red y sacó el balón fuera del estadio.
El árbitro pita el fin del partido. ¡Ganamos cuatro a dos! ¡No lo creo, ganamos!
─¡NANKATSU CAMPEÓN, SEÑORES!─ gritó Takasugi.
─¡GANAMOOOOOS!
─¡SOMOS LOS CAMPEONES DE JAPÓN!
Todos estaban muy felices, yo también.
─Tsubasa─ me habla Hyuga─, jugaste muy bien, hoy acepto mi derrota─ sonrió y me ofreció su mano para estrecharla.
─Gracias, Hyuga.
─Tú más que nadie merece ser campeón, no tengo queja, jugaste excelentemente.
─Tú también.
Todos nos saludamos y felicitamos entre todos. El Meiwa es el equipo más fuerte.
Ahora Misaki y yo podemos irnos tranquilos.
O eso pensé...
─¡Tsubasa!─ me grita mamá. Viene corriendo hacia mí, y parecía preocupada─¡Encontré esta carta en el hotel!─ me muestra una carta─¡Roberto se fue! ¡Se va solo a Brasil!
─¡¿QUÉ?!
No lo podía creer. Hace unos segundos estaba tan feliz de cumplir mi promesa de ganar para ir a Brasil, y ahora esto. ¿Roberto me mintió todo este tiempo? ¿Me quiere abandonar? ¿Por qué? ¿Yo qué hice?
¿Por qué, Roberto...?
El camionero que trae a Sanae siempre se ofreció a llevarnos a mamá y a mí al aeropuerto a alcanzarlo.
En el camino, leí la carta que Roberto me mandó:
"Para Tsubasa: por favor, perdóname. Lo siento, pero no te puedo llevar a Brasil conmigo. Como bien sabes, tuve que retirarme del fútbol para siempre debido a mi problema de la vista. Creí que mi vida ya no iba a tener sentido, pero al conocerte, tuve un nuevo propósito: convertirte en el mejor jugador de todos, pero ahora sé que no puedo, no puedo llevarte conmigo a Brasil, porque te estaría separando de tu familia, y no puedo hacerles eso, Tsubasa, y hay otra razón por la que no puedo seguir entrenándote, y es que mi reputación ya no es la mejor a nivel mundial, y eso te perjudicaría; sería una carga para ti. Pero no te preocupes, sin mí podrás desarrollar tus habilidades y ser el mejor del mundo".
No pude evitar sentir una tristeza enorme. Entiendo que le afectó lo que le ocurrió, ¡pero no por eso tiene el derecho de romper su promesa y abandonarme sin siquiera decir adiós! Me esforcé tanto por ganar el torneo...
Entré al aeropuerto apenas llegamos y lo busqué por todas partes, pero no logré llegar a tiempo. Su avión partió apenas salí afuera. Se ha ido para siempre.
─Roberto, ¿por qué...? ¡¿POR QUÉ ME ABANDONASTE?!─ rompí en llanto.
Estuve un rato llorando, abrazando mis piernas, hasta que decidí irme, pero... Wakabayashi estaba bloqueando mi camino.
─Lo lamento─ dice, apenado.
─Y-yo quería ir a Brasil─ hablo con la voz rota.
─Lo sé.
─¡Di todo en el torneo y se fue de la nada!
─Ya, no pienses en eso. Volvamos, tu madre está muy preocupada.
Yo seguía llorando, y Wakabayashi me abrazó hasta que me calmara, que creó que me llevó veinte minutos.
Este fue el peor día de mi vida. Me siento engañado y lastimado. Roberto jugó con mi deseo de ir a Brasil, e hizo lo que se le cantó la gana.
