Caminaba de la cálida mano de Luna hasta adentrarnos en el bosque. Normalmente me aterraría adentrarme en el bosque prohibido, sobre todo conociendo la clase de criaturas que habitan ahí, pero igualmente por miedo al castigo que recibiría si los profesores se enteran de que estuve quebrantando las reglas.
Esa ocasión era <<La única y ultima vez>> según me prometía Luna. Dijo que tenía algo muy importante que mostrarme que seguramente me gustaría mucho, así que no pude resistirme a sus suplicas y salí con ella en cuanto el sol se puso.
Ahora que miraba hacía el suelo me doy cuenta que Luna camina descalza por el bosque, le pregunté el porque de eso.
- Así puedo estar junto a la naturaleza.- Contestó de manera que me confundió aún más pero lo dejé pasar.
Mis pies ardían de cansancio y estaba dispuesta a tirarme en el suelo a descansar pero Luna dijo que ya casi estábamos por llegar.
- Dijiste eso hace una eternidad.- Me quejé
- No te preocupes, valdrá la pena.- Y seguimos caminando hasta que el sol se escondió.El bosque por las noches daba aún más miedo, pero veía a Luna y parecía ni inmutarse por lo que sucedía. Juraría que escuchaba ruidos detrás de los arboles, tal vez centauros salvajes que nos acechaban y pensar en eso hizo flaquear mis piernas.
- Hemos llegado.- Informó Luna y se colocó detrás de mi para tapar mis ojos con sus manos.- Camina, te diré si estamos cerca.- Me susurro al oído lo que me hizo estremecer pero de ternura.Hice caso a Luna y camine recto hasta que ella dijo <<Es aquí>> después procedió a quitar sus tibias manos de mi rostro permitiéndome ver lo que había enfrente.
Una pieza de madera que se hacía pasar por mesa con un mantel a cuadros rojos y blancos encima, sobre eso había algunos alimentos y libros que no pude reconocer a primera vista. Unos troncos de roble nos servirían de sillas y sobre ellos se encontraban unos almohadones azul escarlata tejidos a mano por Luna. el toque más romántico fue mirar hacía arriba y ver unas cuantas velas que flotaban sobre la mesa.
- ¿Te gusta?.- Preguntó Luna quien ya se encaminaba a sentarse.
- Me fascina.- Respondí sin dudar y me senté frente a ella.
Más de cerca pude ver un pastel de arándanos que esperaba por nosotras, lucía delicioso con esas frutillas deliciosas que anhelaban ser comidas.
- Arándanos, mi favorito.- Dije mientras veía como Luna se adelantaba a cortar trozos para ambas.
- Lo hornee para ti.- Dijo mientras besaba mi mejilla.Pude degustar del delicioso pastel y un poco de jugo de calabaza que Luna había robado de la cena en el gran comedor, sin duda mi parte favorita fue la preciosa iluminación que flotaba sobre nuestras cabezas, todo era muy lindo hasta que sentí un ardor recorrer por mi brazo y al echarle un vistazo me percate que se trataba de cera caliente.
- Luna... Usaste el hechizo de infinidad en las velas antes de hacerlas flotar. ¿Cierto?- Pregunte y ya temía por su respuesta.
- Oh, me olvide de eso.- Confesó.- Supongo que debemos acabarnos esto antes de que las velas se derritan por completo.- Sonrió mientras mordía su pedazo de pastel.