XXI pt. 2

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     [TW]: Sangre

       Se aseguró que el ángel estuviese completamente inconsciente antes de comenzar a cerrar todas las posibles salidas de la casa. Analizó detenidamente el cuerpo herido del ángel y pudo detectar quemaduras que solo podían ser provocadas por el arma de un demonio.

— Zeling, asegúrate que las puertas y las ventanas estén bien cerradas. No deseamos que nadie nos interrumpa— ordenó a la pelirroja.
— ¿Encontraste algo interesante, Cris?— la chica preguntó tímida.

       Negó con la cabeza y se apresuró a desnudar al ángel. Las heridas de la chica ayudarían a extraer su sangre de manera más fácil. Tumbó a la chica boca abajo y palpó su espalda para descubrir el lugar donde se ocultaban sus alas.

— ¿Traes el libro?— le preguntó a Zeling mientras se ponía su túnica.
— Si. Es la primera vez que presencio un ritual de tal magnitud— la chica exclamó nerviosa.

      La ignoró mientras contemplaba la escena que tenía enfrente. Ciertamente, ella tampoco había hecho un ritual tan poderoso. Después de todo, Lucifer no permitía herramientas tan poderosas a los demás demonios.
       Apretó sus dientes al pensar en el egoísmo del rey Supremo. Había prohibido cualquier cosa que pudiese fortalecer a los demonios, todos debían ser demonios debiluchos para que nadie tuviese la audacia de retarlo. Amon le había prometido que cambiaría todo eso, le prometió un inmenso poder, se había ganado el apoyo de los rebeldes de la frontera y estaban planeando su primer ataque. Después de mucho tiempo, desatarían el principio del fin del Inframundo como todos lo conocían.

— Podemos empezar cuando tu quieras— la voz de Zeling la sacó de sus pensamientos.
— Comenzaré a recitar— se aclaró la garganta mientras comenzaba a leer el libro.

Principes inferi, Lucifer, Beelzebub, Amon, Leviathan, Mammon, Belphegor et Asmodeus, audite me et date mihi necessariam potestatem ad faciendum hoc ritum. Huius angeli alae a tergo seiungant, cum non sit eis dignus, hanc immundam animam mittat ad ima gehennae, ubi ardebit in aeternum, et servi tui supplices reddent ei poenas pro factis suis regnum tuum. Accipe animam huius corporis in sacrificium, et permitte me absumere ab eo.

      La esencia mágica era palpable en la sala. Podía sentir la presencia mágica de los Príncipes Infernales en la oscuridad y sonrió maliciosamente. El cuerpo del ángel comenzó a retorcerse mientras seguían repitiendo las palabras del ritual. El fuego de las velas ardía furiosamente intentando imitar miserablemente el calor de las llamas del Infierno.
      No pasó mucho tiempo hasta que los gritos de dolor del ángel interrumpieron el silencio de la sala. Observó a Zeling mirar la escena horrorizada y comenzó a recitar con más fuerza. La espalda del ángel comenzó a rasgarse por la mitad mientras la sangre brotaba a borbotones. Alcanzó el cáliz que había preparado y lo llenó con la sangre del ángel.
      Bebió del cáliz, el sabor adictivo corriendo por las esquinas de sus labios. El deseo de beber más se apoderó de su cuerpo pero resistió. Le indicó a Zeling que bebiera pero la chica estaba demasiado aterrorizada mientras intentaba alejarse de la escena. Observó como la pelirroja empujó una vela y pronto toda la habitación estaba en llamas. Comenzó a reírse a carcajadas mientras las llamas bailaban entre su piel. Los gritos de dolor del ángel eran música para sus oídos.
      Repentinamente, una explosión de luz llenó la habitación. Sus retinas se quemaron frente a la irritante luz blanca, intentó apoyarse contra una pared pero toda su piel ardía.Todo estaba en silencio y sus oídos zumbaban.

— ¡Cris! ¿Qué ha pasado? ¿Qué fue eso?— la voz de Zeling la llamaba desesperada.

      Intentó abrir sus ojos pero era demasiado doloroso. Sintió sus otros sentidos agudizarse y detectó una presencia mágica demasiado cerca. Golpeó su costado buscando una piedra transportadora y la tiró al suelo.

— Zeling, busca un lugar para esconderte e intenta llevar al ángel contigo— se quitó su túnica y gimió de dolor al sentir las quemaduras frescas en su piel.
— ¡No me dejes aquí! Llévame contigo, por favor...— la chica le detuvo por el brazo mientras le rogaba a punto de llorar.

     Se sacudió violentamente mientras empujaba a la chica. Escuchó el golpe de su cuerpo contra el suelo de madera y abrió el portal. Antes de irse, se dio la vuelta por última vez y asintió.

Volveré, lo prometo

Bueno, bueno, bueno... ¿Como andan, desaparecidos? Mejor dicho la desaparecido soy yo xD Por eso mismo, les traigo un capítulo que a mi parecer es uno de mis favoritos y traigo a un personaje desaparecido como yo: ¡Cristinini! 😈 Dividí el capítulo en 2 partes porque, ejem, se me hizo más cómodo pero en teoría son uno solo. Próximo capítulo quizás descubramos qué pasa con Mery o quizás veamos un poco más de Shadoune o quizás veamos el viaje de Farfa a los rebeldes del Inframundo o quizás vayamos con Sili, quién sabe? Hehe. Hoy no les prometo nada de actualizar porque no quiero hacer falsas promesas, pero voy a intentar actualizar un poco más seguido.

𝓣𝓲𝓵 𝓚𝓲𝓷𝓰𝓭𝓸𝓶 𝓒𝓸𝓶𝓮 [Farfa×Rich]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora