VI

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— Aquí estamos— Shadoune lo empujó hacia un puesto bastante deteriorado.

    Shadoune dio unos pequeños golpes para llamar la atención del vendedor. Sin perder demasiado tiempo, un hombre bastante fornido salió de las sombras para atenderlos.

— ¿Qué se les ofrece? — el hombre preguntó.

— Queremos hablar con un demonio— Shadoune respondió impaciente.

— Están hablando con uno ahora mismo— el hombre se señaló así mismo— Ahora, ¿qué se les ofrece?

— ¡Wow! Tienes una apariencia demasiado humanoide— Shadoune estaba sorprendido— ¿Cómo lo haces?

— Un demonio es capaz de ocultar sus rasgos demoníacos cuando tu cuerpo está equilibrado— el demonio le señaló— veo que tu amigo es capaz de hacerlo también.

— No, no— Shadoune respondió por el negando— Sus rasgos demoníacos son imperceptibles, sus cuernos y sus garras son demasiado pequeños. No sé qué está mal con él.

— No hay nada malo conmigo— estaba comenzando a enfurecerse.

— ¿Me dejas inspeccionarlos? — el demonio parecía visiblemente curioso.

    Resopló enojado cuando volvió a dejar sus cuernos a la vista. El demonio los observó con pleno detalle y, al igual que Mayichi, los tironeó intentando arrancarlos. Gruñó suavemente para advertir al extraño y este se alejó con una mirada pensativa.

— ¡Vaya! Esto es raro...— el demonio se frotó la barbilla mientras pensaba— No estoy del todo seguro, pero puede que seas un... No, no es posible— el demonio sacudió su cabeza negando.

— ¿Que sea un qué? — preguntó perdiendo la poca paciencia que le quedaba.

— Olvídalo... Tengo una cierta sospecha de cuál es la causa, pero debes volver aquí dentro de unos días. Primero necesito confirmarlo— el demonio sacó una libreta y comenzó a anotar algo— ¿Necesitaban alguna otra cosa?

— Necesito que nos ayudes— Shadoune habló serio— Nos han dicho que solías ser instructor en la academia. ¿Qué puedes enseñarnos?

— ¿Es su primera vez aquí y no les han enseñado nada? — el demonio parecía incrédulo.

— Digamos que no deberíamos estar aquí...— Shadoune le susurró.

— ¿Se han escapado? ¿Acaso saben lo que sucederá con ustedes si alguien los descubre? — el demonio estaba exaltado.

— ¿Qué sucede aquí? — Sili se acercó a ellos con las manos en sus bolsillos.

— ¿Sili? ¿Tú estás acompañando a estos críos? — el demonio lo miraba decepcionado. — Si tu padre te descubre, estarás muerto.

— Eso sólo si me descubre, ¿Acaso tú le dirás? — Sili lo desafió, pero el demonio simplemente negó ignorando su provocación— Mi padre no me buscará, jamás se preocupa por mí. El único problema son sus padres, pero ya lo tengo cubierto.

— Sili, ten cuidado. Recuerda, ya no debes cuidar solo de ti mismo— el demonio le advirtió— Estos críos apenas han salido del cascarón y tú los has traído al campo de batalla. Cuidado.

— Lo sé, lo sé— Sili respondió restándole importancia al tema— No te preocupes. Aprenden rápido bajo presión. Luego te veo, Maldito.

— Adiós, Sili— el demonio saludó cortésmente— Y tú recuerda lo que te dije— el demonio le señaló.

     Sili los empujó en dirección contraria al puesto.

— ¿Qué te dijo? — Sili preguntó al alejarse del lugar.

— Me ha dicho que vuelva aquí pronto, que sabe la razón de mis, casi inexistentes, rasgos demoníacos— le respondió mientras se encogía de hombros.

    Sili le miró fijamente mientras los empujaba a ambos hacía la salida del lugar. Ninguno dijo nada hasta que llegaron a la salida. Incluso hasta que salieron de la alcantarilla, todo estaba en absoluto silencio. Finalmente, Sili sacó unos pergaminos y se los extendió a cada uno.

— Bueno, estos son los conjuros para ocultar sus rasgos demoníacos y así se podrán mezclar entre los humanos. Sin embargo, tengan mucho cuidado ya que esto no ocultará su esencia mágica. Si se encuentran con un ángel o con otro demonio, este los reconocerá fácilmente— Sili les advirtió seriamente— Deben memorizarlo. Ya está amaneciendo por lo que debemos separarnos durante el día. He registrado mi número en sus intercomunicadores, si tienen algún problema, llámenme. Cuando anochezca, vuelvan al refugio. Antes de separarnos, les enseñaré a usar su propia hoz. — Sili les indicó que lo siguieran a un lugar más tranquilo— Necesito que cierren sus ojos y se enfoquen en su interior.

    Ambos procedieron a cerrar los ojos. Sus sentidos se agudizaron y la voz de Sili se escuchaba aún más nítida.

— Una vez que estén concentrados en su interior, comuníquense consigo mismos y llamen a su hoz. Si aún no consiguen visualizarla, vuelvan a hacerlo, eleven su voz para que acuda a su llamado. — Sili explicó fervientemente— ¿Logran visualizarla?

— Si, la veo— Shadoune contestó concentrado.

— ¿Y tú, Farfa? — le preguntó y él simplemente asintió— Ahora, es momento de alcanzarla. Intenten materializarla en sus propias manos o incluso con un chasquido. ¡Vamos! — Sili animó a ambos.

    Extendió sus manos intentando alcanzarla sin éxito. Mientras su mano se acercaba, la hoz parecía escabullirse. Finalmente, cuando sus dedos estaban a punto de alcanzarla, una presencia oscura aplastó su mano con fuerza. Tiró con todas su fuerzas, pero su mano parecía clavada al suelo, sintió como alguien levantaba su barbilla, pero no era capaz de ver nada más que oscuridad. Pronto, sintió como su garganta comenzaba a apretarse y el aire parecía escaparse de su cuerpo. Una imperceptible voz llenó su interior y antes de poder descifrar lo que decía, algo lo sacudió por los hombros.

— ¡Farfa! ¿Te encuentras bien? — la preocupación era visible en el rostro de Shadoune.

    Sintió como el oxígeno ingresaba repentinamente a su cuerpo y comenzó a toser abrumado. Inconscientemente se llevó las manos al cuello buscando alguna marca. Suspiró aliviado cuando se percató que no había nada.

— Estoy bien— intentó despreocuparlo— ¿Podemos seguir?

— ¿Estás seguro de querer seguir? — Sili lo interrogó— Parecía como si te estuvieses asfixiando...

— Estoy seguro— afirmó con determinación.

— Entonces intenta materializar tu hoz— Sili respondió no tan convencido.

    Cerró sus ojos nuevamente y volvió con algo de temor a su interior. Se sorprendió cuando halló su hoz tirada en el suelo. Miró a su alrededor buscando a la oscura presencia, pero estaba realmente solo allí. Sin perder tiempo, tomó la hoz y se apresuró a abrir sus ojos. Escuchó los aplausos de Sili y Shadoune al percatarse de su progreso.

— Ha llegado el momento de separarnos. Recuerden que somos cazadores solitarios, si algún demonio los atrapa tendremos serios problemas. Tengan mucho cuidado, ¿de acuerdo? — Sili les advirtió— Y si tienen algún problema, llámenme.

    Sili les dio un último vistazo antes de subir su capucha para salir al exterior. Cuando su figura desapareció, ambos se miraron a los ojos y él se encogió de hombros.

— ¿A qué hora dijo que debíamos estar aquí? — Shadoune preguntó casualmente.

— No lo sé— se encogió de hombros y examinó la hoz en su mano— Creo que es mejor que nos separemos ahora.

    Shadoune asintió y le sonrió con sus colmillos al descubierto. Simplemente le sacó el dedo del medio para despedirse de él y cortó el aire en busca, nuevamente, de su víctima.

𝓣𝓲𝓵 𝓚𝓲𝓷𝓰𝓭𝓸𝓶 𝓒𝓸𝓶𝓮 [Farfa×Rich]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora