XXV

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— Ahora... ¿qué debería hacer contigo? Supongo que matarte sería la opción más obvia...

— No hay maldita manera de que te deje matar al elegido. Lo necesitamos, quieras o no— reconoció la voz de Cris.

      Gimió de dolor mientras intentaba lograr que su cuerpo le respondiese. No recordaba lo que había sucedido, pero si de algo estaba seguro, es que no había sido algo bueno.

— Finalmente te has dignado a despertarte— la voz de Amon estaba cargada de molestia— Tu "elegido" realmente no soporta ningún tipo de sedante. Patético.

— Es lo que menos me preocupa que pueda manejar, Amon. Ahora desatalo, debemos hacer el pacto lo antes posible— Cris desató sus manos.

— No pienso hacer ningún pacto que un demonio tan inferior. He dejado que te quedes aquí porque me has sacado de los calabozos pero no te confundas, tú no me das órdenes— Amon pinchó el cuerpo de Cris quien no pareció inmutarse.

      Observó sus muñecas quemadas y siseó. No sabía qué clase de magia habían utilizado, tampoco le interesaba saberlo. Necesitaba buscar una forma de salir lo más rápido posible de la habitación. Aprovechó para escabullirse por una puerta trasera y cuando estaba a punto de abrir un portal, algo le golpeó el hombro.
      Se giró con miedo lentamente mientras apuntaba su hoz hacía la persona que le había tocado. Suspiró de alivio cuando vio a Cris detrás suyo.

— No te preocupes. Le he inyectado un poco de sedante, al parecer su cuerpo tampoco es capaz de resistirlo. Patético— Cris canturreo divertido mientras le apresuraba para que se moviera.

      Lo miró fijamente antes de negar con la cabeza. No había nadie más traicionero que un demonio y él lo sabía más que nadie. Estaba por levantar su hoz cuando Cris le tomó el brazo y sin decir nada, hizo un movimiento extraño con sus brazos y un portal apareció.

— ¿A dónde me estás llevando?— preguntó cautelosamente.

— A casa— Cris le sonrió mientras señalaba el portal con la cabeza.

      No recordaba haberle dicho en ningún momento dónde quedaba su casa pero no tenía ningún otra alternativa antes de que Amon se despertase. Se encogió de hombros esperando no arrepentirse de su decisión antes de cruzar por el portal.

***

      Se refregó la cara intentando despertarse un poco. Observó su reflejo en el espejo, sus ojeras se habían pronunciado bastante y sus ojos comenzaban a enrojecerse del cansancio. Suspiró derrotado mientras pensaba en la pila de papeles que aún necesitaba preparar para mañana. Desde que le había dicho a Killer que lo dejara en paz, había tenido que realizar el doble de trabajo sin parar y ni siquiera podía permitirse tomarse un descanso. Documentos por firmar, reuniones que atender, negociar con los inversores, no tenía suficiente tiempo para nada.
      Sacudió su cabeza intentando alejar los malos pensamientos y volvió a refregar su cara. Frunció el ceño cuando vio una mancha roja en el espejo y se dio la vuelta. Casi se cae del susto cuando una figura familiar le devolvió la mirada.

— ¡Esta no es mi casa!— Farfa gritó nerviosamente.

— No soy de equivocarme, esta vez tampoco me he equivocado— un hombre de aspecto extraño lo miró crítico— No sabía que convivieras con humanos.

— ¿Qué haces en mi casa? La última vez que te vi parecías estar en problemas— observó con detalle a Farfa.

      Su piel era más oscura, parecía estar más escamosa y brillante. Sus cuernos sobresalían de su cabello y su figura era, en general, más intimidante. Farfa pareció notar su mirada cuando miró su mano y entró en pánico.

— Lo siento, no sabría que vendría. No tuve tiempo de cambiar a mi forma humana— el demonio se disculpó mientras intentaba ocultar sus cuernos con sus manos.

— ¿De qué se disculpa, elegido? No tienes porqué ocultar tus rasgos demoníacos. No sé quién eres, pero deja de incomodar al elegido— el hombre le señaló mientras tomaba el brazo de Farfa.

— Mira, no sé quién eres ni qué haces en mi casa, pero tengo demasiado trabajo como para lidiar con esto ahora mismo— gruñó molesto mientras regresaba con sus papeles— Hagan lo que tengan que hacer y váyanse lo más pronto posible.

— Necesitas descansar, Rich. ¿Comiste algo?— sentía la voz de Farfa detrás suyo por lo que estaba seguro de que lo estaba siguiendo.

— Por supuesto, no puedo permitirme enfermarme con todo el trabajo que tengo— respondió honesto.

— No deberías pasar por todo esto, aún sigue abierta mi oferta por tu alma— Farfa le recordó divertido.

— Mi respuesta sigue siendo la misma— se volteó a verlo directamente y sonrió falsamente— No.

— Como quieras. Es tu problema después de todo— el demonio abrió su refrigerador antes de cerrarlo con un golpe— Demasiado frío.

      Sacudió su cabeza intentando concentrarse en sus papeles cuando sintió la intensa mirada de alguien. El hombre que había acompañado a Farfa lo miraba fijamente. El demonio no parecía hostil salvo por el hecho de que las cuencas de sus ojos estaban, literalmente, vacías.

— ¿Quién es?— señaló al demonio apoyado en su pared— Mi casa no es un punto de encuentro para demonios.

— Lo sé, especialmente cuando siempre estas con... — Farfa se interrumpió y frunció el ceño extrañado— ¿Killer?

— Es una larga historia— se encogió de hombros— Tampoco has respondido a mi pregunta.

— ¡Oh! ¿Te refieres a Cris? Es un demonio capaz de ver visiones— el chico respondió mientras encendía la estufa.

— Soy protector del elegido— el demonio se acercó dejando ver las profundas cuencas vacías de sus ojos— No puedo verte pero sé en lo que estás pensando, yo mismo he arrancado mis ojos.

— Que interesante. Supongo— trató de ignorarlo cuando el demonio comenzó a quitarle sus hojas— ¿Te importaría dejar de molestarme?

— Terminaras en la bancarrota si no aceptas el trato del elegido— Cris le sonrió radiante mientras se alejaba.

— ¿Verdad? Es bastante obvio, creo que estoy siendo demasiado generoso considerando la situación en la que estás— Farfa exclamó escandalosamente.

— Por supuesto, elegido. Habiendo tantas personas codiciosas en la Tierra vendiendo sus almas voluntariamente, decides ayudar a alguien que realmente lo necesita. No esperaba menos de usted, Elegido— el demonio fingió quitarse una lágrima conmovido.

      Arrugó los documentos con furia. Intentó mantener la calma y evitar caer en las provocaciones obvias de los demonios. Contó hasta tres mientras los demonios seguían charlando entre sí.

Uno...

Dos...

— ¿Por qué estas perdiendo tu tiempo en un proyecto destinado a fracasar, humano?

A la mierda la calma.

— ¡Suficiente! Ni siquiera me han dicho qué hacen en mi casa, solo me han estado distrayendo— explotó con furia.

— Lo siento, Rich— Farfa estaba con la cabeza gacha— Nos iremos inmediatamente, estamos huyendo de alguien por así decirlo y tu casa fue lo primero que se le vino a Cris a la mente.

      Farfa agarró al demonio por el cuello y comenzó a arrastrarlo por la sala. Una vez llegó a la puerta, ambos se despidieron con la mano.
     Tan pronto como se cerró la puerta, suspiró de alivio y se dejó caer en la mesa mientras recogía todos sus papeles.

      Quizás era momento de conseguir un nuevo secretario.


Hola, gente. Antes que se pierdan, en este capítulo hay varios POVs, voy a seguir trabajando así para no alargar la historia innecesariamente así que cada vez que vean *** es porque el POV cambia o hay un salto temporal, de cualquier forma voy a tratar de hacerlo lo más intuitivo posible así que no se preocupen. Y nada eso, los quiero UwU

𝓣𝓲𝓵 𝓚𝓲𝓷𝓰𝓭𝓸𝓶 𝓒𝓸𝓶𝓮 [Farfa×Rich]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora