09: CONFUSIÓN

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"Contrólate, contrólate ya" — se repetía Jongseong mentalmente tal cual sagrado mantra.

Y es que, ver al precioso omega a unos metros de él y muy cerca al azabache, empezaba a sacarlo de sus casillas. No sabía realmente si tenerlo en la misma facultad era bueno o malo. Ya no sabía qué pensar después de la tonta escena que armó afuera de la universidad.

El pelinegro estaba detestando con cada fibra de su ser a su lobo. Odiaba que tratara de gobernarlo a la fuerza y le impusiera cometer acciones que él en su estado racional no haría.

Su aroma se había vuelto agrio y levemente cargado de enojo. Por lo cual nadie se atrevía a acercarse a él, a excepción de su mejor amigo.

— Ya, deja de gruñir que muchos están que te miran. Es más... ¿Por qué siquiera estás aquí? Dijiste que no querías ver a nadie. — replicó Heeseung. — Tan solo espero que no vuelvas a reaccionar de forma violenta.

— No sé qué me pasa, mi estúpido lobo no ayuda en nada.

— Y es por Jungwon. ¿Cierto?

— Ah. — el pelinegro chasqueó la lengua. — No sé qué hacer, Heeseung. No quiero sentirme así.

— ¿Así cómo? — el pelirrojo dejó su emparedado en el plato de plástico y dirigió toda su atención a Jongseong.

— Es, es extraño. — suspiró. — Mi lobo intenta controlarme, quiere estar cerca de Jungwon, mis pies se remueven queriendo caminar hacia él y apretujarlo con delicadeza. Fundirme con su dulce aroma y no separarme si fuera posible.... ¡Ahg, esto es absurdo! — se quejó sintiéndose perdido.

Heeseung se quedó pasmado ante la confesión.

— Esto es impresionante. — murmuró. — Jamás creí que escucharía algo como eso de tu parte.

— No quiero sentir eso. Ya te lo dije, Lee.

— ¿Pero qué hay de malo?

— Todo está mal. Yo no quiero involucrarme con nadie.

— ¿Piensas estar así toda tu vida? — cuestionó fastidiado. El tema y la ideología de Jongseong llegaban a exasperarlo. — ¿Crees que podrás contra tu lobo?

— ¿Quieres ver?

— ¡Por la Diosa! — exclamó en medio de susurros. — Hace unas horas atrás casi te agarras a golpes con Nishimura. — le reprochó. — ¿Y por qué? Así claro, por la fuerza que tiene tu lobo sobre ti. Quizás yo tampoco lo entienda, pero Jongseong... ¿Y si te está dando una señal? — aquella pregunta le hizo dudar. — Tú nunca habías reaccionado de manera impulsiva y posesiva con un omega. Tal vez tu lobo ha reconocido a Jungwon como...— fue interrumpido por el pelinegro.

— ¿Mi estúpida pareja destinada? — sonrió ladino. — Pf, hazme el favor, Heeseung. Ese maldito cuento no existe para mí.

— Deja de hablar así, eres joven e inexperto como yo. — dijo entre dientes. — ¿Por qué estás tan seguro?

— Esa tontería no existe en la actualidad. Solo son mentiras para conseguir pareja.

— ¿Entonces tu propio lobo te está mintiendo? — replicó.

— Puede ser, mi yo racional no sería capaz.

— ¿Eres consciente de lo que estás diciendo? — cuestionó mirándolo con incredulidad. — Tu lobo es parte de ti, de lo que eres, de tu esencia y tu vida.

— No exageres, no me harás cambiar de opinión.

— ¡Ya basta! — gritó el pelirrojo, harto de lo mismo. Golpeó la mesa con ambas manos y se levantó con rapidez. — ¡Cuando estés totalmente seguro de lo que te pasa y cuando puedas aceptarlo, me hablas! ¡No puedes seguir así, ya deja el pasado, ese pasado que no es tuyo!

— ¡Pero es mi padre! ¡¿Qué quieres que piense entonces?! — alzó la voz también, ganándose las miradas atentas de los demás.

— ¡Quiero que pienses en ti!

— ¡Por eso, yo hago lo que creo que es mejor para mí!

— ¡Pero no de una manera sana! ¿Planeas esconderte y rechazar cruelmente a los demás todo el tiempo? ¿Qué clase de vida es esa?

— ¡Es mi vida! ¡Eso no tiene que importarte! — gritó aquello, callando a Lee de inmediato. Notó su mirada, se estaba sintiendo dolido por su causa.

— ¿Eso crees? ¿Crees que no debes importarme siendo yo tu mejor amigo? — sonrió con desánimo. — Qué buen concepto de amistad tienes, eh. — soltó sarcástico, tomando su mochila y saliendo del comedor para evitar otro escándalo. — Solo trata de pensarlo mejor. — fue lo último que le dijo para después desaparecer por completo.

Jongseong ahogó un grave grito de impotencia. ¿Por qué todo le estaba saliendo mal?

"¿Qué tan difícil es que logren entenderme?" — pensaba insistentemente.

El pelinegro no quería cambiar ningún aspecto de su vida. Pero maldecía al notar que estaba sucediendo todo lo contrario.

Desde que pudo reconocer el aroma de Jungwon, muchas cosas habían sucedido y él no pudo detenerlas gracias a su lobo o quizás por culpa del destino.

Las ideas le revolvían la cabeza y las sensaciones que empezaba a sentir cada vez que veía al omega lo descolocaban.

"¡Maldición! Ni siquiera han pasado muchos días"

Tan irónico y a la vez tan cierto. Tan rápido y a la vez tan sofocante para él. Tan inexplicable que ni siquiera podía pensar bien.

Quizás debería hablar con su papá cuando llegue a casa.

𝙀𝙇 𝙋𝙍𝙄𝙉𝘾𝙄𝙋𝙀 𝙔 𝙀𝙇 𝙋𝙇𝙀𝘽𝙀𝙔𝙊 » 𝙅𝘼𝙔𝙒𝙊𝙉Donde viven las historias. Descúbrelo ahora