Jongseong mantuvo la mirada fija en aquel precioso omega, pero el llamado de Seungmin lo interrumpió y rápidamente tomó la bandeja en sus manos para llevarlo a la mesa indicada.
"¿Qué me pasa?" — sacudió levemente su cabeza y con una sonrisa amable dejó el pedido a la pareja que estaba cómodamente sentada.
Su pie golpeaba el piso con ansiedad y casi sin pensarlo mucho, se apresuró a acercarse hacia el castaño. Estuvo tan cerca de haberlos atendido sino fuera porque Heeseung se movió con rapidez y terminó ganando el puesto. El pelinegro se controló para no gruñir y fingió no haberlos visto.
Volvió a la mesa de cubiertos y dejó la bandeja junto a las demás. Su mirada fue a parar inevitablemente hacia donde estaba aquel omega. Deleitándose con lo suave de sus facciones y sobre todo aquella pequeña y tímida sonrisa.
Un suspiró salió de sus labios. No pudo controlarlo.
Carraspeó tratando de concentrarse cuando notó que el pelirrojo se acercaba a él. Su mejor amigo le sonrió y después dejó el papelito en aquella pequeña ventana donde preparaban lo solicitado.
Heeseung se volteó y vio los gestos del pelinegro. Su mandíbula estaba rígida, su entrecejo medio fruncido y ahora su mirada estaba fijamente puesta en un punto en específico.
El pelirrojo no dudó en seguir aquella dirección con sus ojos y, de pronto, un pequeño puñado de esperanza se instaló en su pecho. Heeseung en verdad que no quería emocionarse pero ¡Vamos! Jongseong jamás se dignaba a ver a alguien por más de diez segundos y menos cuando era un omega.
Carraspeó con suavidad, intentando llamar la atención de su mejor amigo. Sin embargo, este ni se inmutó por estar sumido o hasta quizás perdido en las acciones que aquel adorable omega castaño hacía.
Lee sonrió con diversión, deslizando su lengua por el interior de su mejilla. Vaya que ver algo como aquello era sumamente alocado y gracioso a la vez.
"¡Lo sabía! No estarás solo toda tu vida como dijiste." — pensó con un gran ánimo. Moría por ver al pelinegro con alguien más. ¿Y qué mejor que el chico de piel blanca y brillante?
— Heeseung el pedido está listo. — el mencionado asintió y rápidamente tomó la bandeja, una fugaz idea cruzó por su cabeza.
— Oh, Jay-ssi... — lo llamó con dulzura y un tono melódico.
«…»
— Ni-ki, no quiero estar aquí. ¿Podemos ir a otro lugar? — se apresuró a decir mientras volteaba disimuladamente a ver al alfa pelinegro.
— ¿Qué, qué pasó? — contestó el azabache, tomando las manos del omega por sobre la mesa. Notó hacia donde veía su tierno mejor amigo, y pudo comprenderlo. — ¿Park trabajaba aquí? — cuestionó extrañado, ladeando levemente su cabeza.
— No lo sé, p-pero ni bien entré me miró de una manera muy profunda. Me siento extraño.
— ¿Y por qué extraño? Vamos, puedes confiar en mí.
— Creo que no sólo mi lado racional es así cada vez que lo veo. — suspiró. — Mi lobo aulló enérgico y se removió de un lado al otro. ¿Por qué hizo eso? — sus bellos ojitos se movían de un lado al otro con nerviosismo. — A-además, puedo notar que me mira mucho. ¿E-eso es malo o bueno? — un pequeño puchero sobresalió de su lindo rostro al preguntar.
— Oh. — el alfa mostró una sonrisa amplia. — Ya estoy entendiendo.
— ¿Qué? ¿Qué pasa? ¿Por qué sonríes? — se alarmó inevitablemente.
— Ay, Wonie, no tienes porqué asustarte. Es más, yo creo que es algo increíble, pero antes, contéstame algo. — el omega asintió varias veces. — ¿Jay solo tiene aroma a menta?
El castaño frunció el ceño. — ¿Por qué preguntas eso?
— Solo responde.
Jungwon soltó un suspiro en rendición.
— No, no... Jay huele a menta y canela. — sus mejillas tomaron un leve color carmín al recordar el reconfortante y agradable aroma del alfa. ¿Sería algún día posible tener impregnada aquella suave fragancia?
El azabache soltó leves risitas, todo esto lo estaba haciendo emocionarse.
— Ah, sabía que tenía razón.
— ¿Razón? ¿Razón de qué?
— Pues escucha mi- — fue interrumpido por una tercera voz.
— Disculpen.
Jungwon abrió desmesuradamente sus ojitos. ¿Cómo es que Jongseong estaba parado justo al lado de ellos? ¿Dónde estaba aquel chico pelirrojo?
Park los miró a ambos con neutralidad, deteniéndose al ver las manos entrelazadas que los otros dos tenían. Resopló, mandando a la mierda la regla de ser noble y alegre con el cliente, para poner la fuente en el centro de la mesa. Haciendo que por inercia, Jungwon se soltara del agarre de Riki.
Una vez ambos separados, Jongseong dejó cada taza y pequeño plato a su respectivo dueño, para poder al fin sacar la bandeja y pegarla a su pecho.
— Que lo disfruten. — se controló increíblemente para no gruñir con molestia hacia el alfa pelinegro.
Jungwon, percibiendo el cargado aroma de enojo del alfa, solo optó por bajar la mirada hacia sus manos. Y es que el pelinegro transmitía un aura demasiado dominante y a él no le estaba gustando para nada.
Por el contrario, Nishimura alzó la vista y le sonrió de manera ladina, en claro acto de cordialidad y sinceridad.
— Muchas gracias. — fue lo único que dijo.
Jongseong viró los ojos -creyendo no ser visto- y se alejó rápidamente. Ni que fuera tonto para seguir viendo como aquel estúpido alfa trataba al omega.
"Mi omega" — insistió su lobo.
— ¿Notaste eso? — preguntó Riki apenas el pelinegro se fue.
— ¿Qué cosa? — por fin el castaño levantó la mirada, entrando en confianza con su mejor amigo.
— ¡Se puso celoso! — exclamó animado.
— ¡No seas ruidoso! — le golpeó levemente la mano. — ¿Por qué él estaría celoso? Ya, Ni-ki, no juegues con ese tema.
— Pf. — el alfa rodó los ojos. — ¿Acaso eres ciego? ¡No! De seguro te caíste cuando eras un bebé. — chasqueó la lengua.
— ¡Nishimura! — refunfuñó, tal cual como un gatito berrinchudo y mimado.
— Sabes que te adoro. — sonrió, contagiando al instante al precioso omega.
Creando un agradable momento sin ser conscientes de una muy fija y seria mirada.
— ¿Qué tanto los ves, eh? — habló Heeseung, sonriendo al notar que el pelinegro tenía el rostro tenso, los brazos cruzados y la postura firme. — Si las miradas mataran, ese alfa ya estaría más que muerto. — bromeó, siendo completamente ignorado por Jongseong.
El pelinegro no podía dejar de mirarlos. ¿Por qué el estúpido azabache trataba al omega de esa manera?
El problema era notorio, tanto Riki como Heeseung a cierta lejanía, podían sentir que Park podía explotar de tensión y celos en cualquier momento.
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𝙀𝙇 𝙋𝙍𝙄𝙉𝘾𝙄𝙋𝙀 𝙔 𝙀𝙇 𝙋𝙇𝙀𝘽𝙀𝙔𝙊 » 𝙅𝘼𝙔𝙒𝙊𝙉
Fanfiction❝Y pues así, eran tan solo el príncipe y el plebeyo.❞ Jongseong era el alfa más codiciado de la universidad. Jungwon uno de los omegas, que al igual que los demás, suspiraban por él, deseando poder llamar su atención. Será una conexión especial la q...