MARINA
Salgo de la librería a las siete de la noche, la verdad que ahora ya me estaba cansando pero aún no había dicho nada en el trabajo sobre mi embarazo; aprovechaba que aún no se notaba nada, pero tal vez sospechen al no ver unos libros sobre maternidad primeriza.
Estaba metida en mi teléfono cuando escucho el claxon de un auto, levanto la mirada en cuanto este se estaciona a mi lado y la ventanilla se baja, dejándome ver a mi novio.
-Pero que belleza, ¿le gustaría subir a este auto, majestad? -el tono divertido de Ezra, me hace reír-. No me deje así, señorita, acepte esta humilde propuesta. ¿Vamos, si?
Abro la puerta del copiloto y entro al auto, dejo mi bolso entre mis piernas y le doy un beso a mi novio. Extrañaba esos labios carnosos, aunque aún no entendía como podía tener mejores labios que yo.
-¿Como fue tu día? -pregunto, mientras Ezra empieza a manejar con una mano; la otra va a mi muslo-. ¿Lo mismo?
-Cansado, hoy fueron diez horas; pero mañana descanso, hoy cerré la cafetería.- le miro extrañada, hoy no le tocaba ello y se dio cuenta-. Peter no estaba bien, le quise ayudar.
Oh, ese chico Peter, sentía pena por él porque las tres veces que lo vi cuando fui a la cafetería, estaba cabizbajo. Tenía entendido por Ezra que tenía problemas amorosos, eso no terminaba bien y temía lo peor, pero no quería pensar ello.
-¿Y tú día? -intenta cambiar el ambiente, yo miro al frente unos momentos y luego a él nuevamente, llevando mi mano a su nuca-. ¿Qué sección te tocó hoy?
-La de juvenil, hoy no vino mucha gente así que aproveché para ordenarlos a mi gusto.- sonreí-. Vi uno que me llamó la atención, se llama Eterneco, con solo leer la contraportada me atrapó.
Saco el libro de mi bolso, pero como se notó un poco el otro que no quería que Ezra viera, lo cubro rápidamente con el que saqué. Su portada era bonita, habían dos manos sujetándose, la de un hombre y una niña.
-¿Y cómo se llama el autor? ¿Lo compraste o lo pediste prestado? -pregunta, igual de curioso que yo-. Uy se ve bonito.
El libro era tamaño bolsillo, así que podría leerlo en otra ocasión cuando salga al parque u otro lugar. Me gustaban estos.
-Es una chica, se llama Ximena Renzo; su precioso trabajo es increíble. -miro el libro entre mis manos-. Y por cierto, ¿lo leeremos juntos, no?
-Claro que si. -le echa un último ojo al libro, y sigue manejando-. Así podremos hablar de este cuando lo acabemos. Solo espero no acabes llorando también... como en casi todos los libros.
Le lanzo una mirada fulminante pero luego me sonrojo ante la mención de leerlo juntos, me gustaba mucho eso de él, me acerco para besar su mejilla. Ezra es un romántico, sabe cómo sacar mi lado mas cursi hasta cuando estoy muy molesta.
Digamos que él no es el serio de la relación.
-Llegamos, señorita; el pago es de... tres besos. -estaciona frente al edificio, yo lo miro con una sonrisa divertida.
-¿Donde sea? -pregunto, ladeando levemente mi cabeza.
-Donde usted guste.
Me acerco para besarlo en los labios, suavemente; él me corresponde y lleva sus manos a mis mejillas, las cuales las acaricia con delicadeza.
-Uno...
Reparto suaves y húmedos besos en su cuello, Ezra ladea su cabeza levemente para darme más acceso.
-Dos...
Me siento en su regazo, a horcajadas, llevo mis manos a su pecho y mientras lo acaricio; dejo un beso lleno de cariño sobre su frente.
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La chica del océano | Terminada ✔️
Teen Fiction«La chica del océano, la del amor eterno.» >> "¿Qué se siente estar viva?" Aquella pregunta se la hacía Marina en todo momento, pensando en si ella tenía un propósito muy bueno aquí en la tierra; pero no se imaginó uno co...