*Extra: El nacimiento*

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(MES Y MEDIO DESPUÉS) - EZRA

-¿Quieres ver una película?- le pregunto a Mar, ella está sentada en la cama, apoyada por una almohada-. Esta vez la eliges tú.

Termino de ordenar unos papeles del trabajo para finalmente echarme a su lado, beso su vientre con suavidad y recibo una patada de su parte, lo que hace que Marina se ría.

-No es gracioso.- murmuro algo adolorido-. Eso de las patadas las sacó de ti, no es mi hija.

-Ay amor.- Marina se inclina un poco para darme un beso en mi frente-. Verás que ella y tú serán tan pegados que hasta se olvidarán de mí.

-Ella te va a amar.- susurro, mirándola a los ojos. Sabía que Mar andaba muy sensible por cosas que no quería decirme, según ella tonterías-. Nos va a amar mucho como nosotros a ella.

Terminamos eligiendo una película de ciencia ficción, la cual estaba muy entretenida a mi parecer hasta que llamaron a una chica que era un personaje por su nombre y Marina hizo que pausara la película. La miré extrañado.

-¿Que sucede amor?- le pregunto.

-Azahara.- relame sus labios, como saboreando el nombre-. Ese nombre quiero para nuestra hija.

-¿Azahara?- respondo casi en pregunta-. ¿No le harán bullying? Está feo.

Me da un manotazo en el hombro y yo me quejo, ella rueda los ojos y niega repentinamente. Acaricia su vientre unos segundos y hace el ademán de cómo si le cubriera los oídos a alguien en su vientre. La locura del embarazo será.

-Va a ser ese nombre.- sonríe orgullosa-. Azahara Gia Lennox. Es precioso. Perfecto.

-Bueno... si a ti te gusta...- me lanza una mirada fulminante-. Me parece bonito, sisis me parece muy bonito. Azahara Gia... Bien, no me hago responsable del psicólogo.

-Chistoso te crees ¿no?- Marina ríe pero hace una mueca de dolor, yo me siento de golpe-. Estoy bien, tranquilo; no es nada malo.

No sentía lo mismo que ella, por si acaso me levanto para ir a su lado y sobar su vientre, ella hace otra mueca de dolor, sin embargo aún así desea levantarse de la cama e ir al baño.

-¿Te ayudo?- le tomo el brazo para que se apoye en mi-. Con cuidado.

A penas ella está de pie, el sonido de como si tiraran un chorro de agua se esparce por el suelo, los dos nos quedamos anonadados unos segundos hasta que yo reacciono primero.

-Siéntate amor.- le ayudo a sentarse en la cama-. No tardo, lo juro; iré por las cosas solo ponte tus crocs.

Me movilizo rápido por el cuarto para tomar el maletín que ya habíamos hecho para esta ocasión, Marina aún no emitía una palabra y me preocupaba que este parto no sea como ella se lo había esperado. Tenía entendido que surgen dudas respecto a cuando una madre va a dar a luz, solo esperaba que no fuera malo.

-Ezra.- susurra ella, yo volteo a verla mientras me cuelgo la maleta-. No puedo hacerlo, no ahora.

Lo sabía.

Me acerco a ella para tomar sus manos, veía lágrimas en sus ojos y su cuerpo tiritaba suavemente. Se que tenía miedo, mucho miedo; me preocupaba en verdad porque mi tía me estuvo explicando que cualquier nerviosismo u otro problema alteraría el parto y sería difícil para el bebé y ella.

-Amor, escúchame.- tomo su rostro y le doy un beso, ella hace una mueca de dolor-. Sé que esto no es lo que esperabas, en el fondo, un embarazo a temprana edad para ti. No te preocupes, Mar, estamos juntos en esto; en unas semanas cumples veinticinco años, y lo pasaremos como una familia.

La chica del océano | Terminada ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora