II

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Amo lo mucho que apoyaron el primer capi y nisiquiera aparecieron los personajes jsjsjs. Gracias por eso 💕

~•~

—¡mamá, papá! ¡tienen pastelitos en la panadería! ¿vieron qué lindo es todo?—

—Tranquila, Emilia. Recién estamos llegando.—

Mientras el par de adultos conversaba con algunos de los habitantes, Emilia miraba maravillada todo lo que la rodeaba.
Estuvo tanto tiempo andando, tanto tiempo rodeada de campo y la nada misma que poder finalmente ver algo de color le alegraba el alma.

Me recuerda a casa...

—¿estás bien?—Emilia sonrió apenas su mamá la miró preocupada.

—Sí... solo recordaba a Emiliano.—jugó nerviosa con sus manos—. Aún duele.—

—Siempre dolerá un poquito el corazón por su ausencia, mija.—la madre la abrazó—. Pero no debemos ponernos tristes, Emi no querría eso.—

—Sí, tienes razón.—

La mujer dejó un cariñoso beso en la cabeza de su hija, para luego contarle las nuevas noticias.

—Hay una casita en venta, nos permitieron pagarla de a poquito y nos recomendaron trabajos, así que estaremos bien.—

—Eso es muy bueno.—

—Iremos a instalarnos. No tenemos muchas cosas, pero aún así queremos acomodar un poco el lugar ¿te gustaría dar un paseo mientras tanto?—Emilia asintió emocionada.

~•~

Mientras recorría el lugar, Emilia se topó con un grupo de niños que hablaba prácticamente a gritos sobre una familia, magia y algo relacionado con una casa.
Sonaba genial, pero la verdad no quería meterse mucho en ello. No sólo podían ser inventos, sino también

De la magia no se habla puertas afuera.

Regla número uno de papá.
Si había otra familia con dones como los suyos, pronto se lo comentaría a sus padres. Ahora solo quería conocer el lugar.

~•~

—¿un trabajo?—

—Sip, en la panadería. Como ayudante de cocina.—Emilia se sentó en aquella mesita algo vieja con sus papás—. Visité el lugar y la dueña fue muy amable. Le conté que éramos nuevos y me preguntó si quería ayudarla. Necesitamos dinero, así que acepté.—

—No es necesario que lo hagas, hija. Con mamá podemos arreglárnoslas.—el hombre tomó su mano preocupado.

—Quiero ayudar, solo serán algunas horas... De verdad, esta bien.—

El par de adultos se miró y finalmente asintió.

—Si es lo que quieres...—Emilia sonrió.

—Oh, por cierto... Hay una familia, aquí. Son los Madrigal y hay algo con ellos.—la chica comió un pedazo de pan—. La señora de la panadería me dijo que tienen magia. No sé si sea verdad pero...—

~•~

—¿una nueva familia?—

—Sí, llegaron hoy al pueblo.—

Dolores le alcanzó a su abuela una taza de té.

—¿escuchaste algo raro sobre ellos?—la chica negó.

—No no, pero es extraño. Su casa... No puedo escuchar nada puertas adentro.—

Alma miró extrañada a su nieta, pues era la primera vez que le decía algo como aquello.

~° Tu Encanto - Camilo MadrigalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora