V

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Cuando la cena empezó, Emilia se sentó junto a Mirabel, justo frente a Camilo.
El par de chicos intercambiaba miradas de vez en cuando, pero en cuanto notaban la mirada del otro, la apartaban avergonzados. A pesar de que les daba algo de pena, les parecía divertido aquello. Estaban tan metidos en su mundo, que ni Emilia notó las señas de Mira, ni Camilo las de su hermana.

—Tú, niña ¿no eres de la nueva familia?—

La voz de la señora Guzmán y las inmediatas miradas sobre Emilia la pusieron nerviosa.

—Sí, soy Emilia González.—le sonrió.

—¿y qué haces aquí? ¿también piensas comprometerte?—

Emilia se ahogó con un pedazo de pan, ganándose unos golpecitos en la espalda por parte de Mirabel.

—No, eh... Soy muy joven para eso.—

Respondió la chica con la cara roja -tanto por la vergüenza como por el reciente ahogamiento-

—Hay que ir planificando, tengo un nieto de tu edad, harían linda pareja.—

La chica miró a Camilo por instinto, reprimiendo una risa al ver su rostro hecho un lío.

—Arregla tu cara, Camilo.—Felix palmeó su mejilla.

—Lo siento, señora.—Emilia volvió a dirigirse a la señora Guzmán—. Pero nunca podría casarme con alguien a quien no amo... Los matrimonios arreglados son horribles.—

La chica siguió comiendo como si nada, mientras los presentes se miraban incómodos.

—Bueno... ¿escuchamos algo del piano?—

~•~

—¡les cerraste la boca!—

—no fue para tanto...—

—Sí lo fue.—

~¿Obligar a mi hijo a casarse es malo? ¡imposible!~

Camilo tomó la forma de la señora Guzmán, brincando alrededor de la chica mientras caminaba por la calle.
Emilia rió a gusto, haciendo que Camilo se sintiera más que orgulloso de ello.

—¿puedes hacer lo de tu cara?—el chico frunció las cejas confundido—. Ya sabes, lo de poner... cara de tonto.—

—Oh~, eso. Solo pasa cuando algo me toma desprevenido. No me sale a propósito... ¿y cómo que "cara de tonto"?—

—Bueno... más de lo normal.—

—¡oye!—

El par de chicos llevaba caminando un buen rato por el pueblo, pues lograron escabullirse de aquella cena.
Emilia se excusó diciendo que sus padres se preocuparían si tardaba mucho en regresar y Camilo se ofreció a acompañarla y que no andara sola.
Hablaron de una que otra tontería, riendo de las bobadas que Camilo hacía o decía... hasta que salió el tema de la boda.

—¿crees que Isabela no quiere casarse?—

—No lo creo, estoy segura de eso.—Emilia entrelazó sus manos tras su espalda, mirando las estrellas—. Se notaba en sus ojitos.—

—... Eres muy rara a veces.—

—Mira quién habla, al que se le traba la cara.—Emilia hizo una mueca de burla—. Pero hablo en serio, ella no esta enamorada.—

—Pero le gusta un poco... creo.—

—Una cosa es que alguien te guste, te parezca lindo... Otra muy diferente es que ames a esa persona, que te guste tanto por fuera como por dentro.—Emilia lo miró—. Ese chico Guzmán es lindo... Pero es medio boludo (ahre perdón, tuve la necesidad de decirle así xd).—

~° Tu Encanto - Camilo MadrigalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora