Rojo San Valentín

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Sus labios estaban unidos en un apasionado beso.

Las manos de Tadashi acariciaban la espalda de Ainosuke como si fuera la cosa más delicada del mundo.

–Tadashi– murmuró el menor –Hay algo que debo decirte–.

–¿Sí?– lo miró.

–Tadashi, estás soñando–.

–¿¡Qué!?–.

Abrió los ojos de golpe.

Estaba pegado al monarca y sus manos estaban colocadas sobre el pecho de este.

–Perdón por despertarte– dijo Ainosuke apenado –Solo que parecías estarte emocionando demasiado– rio.

–¡Enserio lo siento!– le dio la espalda con un enorme sonrojo –Y-yo... Diosa santa ¿Besé su espalda?–.

–Con eso me desperté– lo miró –No conocía ese lado de ti– formó una sonrisa coqueta –Y dime ¿Cómo es la sirena o tritón en quien pensabas? ¿¡Lo conozco!?– se emocionó.

–No es nadie en particular– mintió –Solo que, ya sabe, estas fechas alocan a todo el mundo–.

–Cierto ¡Feliz San Valentín, Tada!– sonrió.

–Feliz San Valentín, Majestad– correspondió la sonrisa.

Miró el reloj en la pared. Marcaban las nueve y cuarto.

–¡Mierda, ya es tarde!– se levantó con rapidez –Más le vale al señor Sakurayashiki ya estar despierto y desayunado– gruñó –Adam, necesito que vayas a desayunar. De preferencia tarde unos veinte minutos. Después necesita ducharse en quince y...

–Relájate ¿Quieres?– rio –Sé que te pone nervioso todo este asunto del baile. Solo quiero que sepas que pase lo que pase tú eres perfecto. No olvides que te definen más tus triunfos que tus errores–.

–Gracias, señor– se sonrojó ligeramente.

–Adam– lo corrigió.

–Adam– lo miró con ternura.

El peliazul siguió las instrucciones al pie de la letra. Al salir del baño, Tadashi ya no estaba presente. Soltó un pesado suspiro. Ya se había resignado a que ese San Valentín lo pasaría solo.

Fue hacia el comedor. Se sorprendió al ver la mesa vacía.

Se acercó y se encontró con una carta. La abrió y se encontró con la letra de Kaoru.

"Encuéntrame en el jardín de rosas"

Obedeció.

Al llegar, quedó maravillado por la decoración de flores. En el centro del lugar había una mesa decorada con un mantel blanco y servilletas doradas.

–Hola– escuchó al pelirrosa a sus espaldas.

–Kaoru– murmuró.

–Feliz San Valentín, Suke– nadó a abrazarlo.

Un cosquilleo recorrió todo su cuerpo, pero esbozó una sonrisa.

–¿Qué es todo esto?– le preguntó.

Se mordió el labio –Odio estar peleado contigo. Yo sé que lo que hice estuvo mal. Mentirte, pedir de manera egoísta que confiarás en mí cuando tú solo querías protegerme. Debí decirte de Kojiro y Miya desde un principio– tomó sus manos –Quiero compensarte todo y créeme que quiero quedarme aquí contigo. Por que verdaderamente eres mi mejor amigo– tragó saliva –Pero también quiero que sepas que ellos dos son parte importante de mi vida. Y si tienen que irse...

El Pequeño TritónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora