Noelia lleva varios meses sin Hugo, en un principio creía que no lo llevaba tan mal, pero estaba completamente equivocada. No le había afectado ese problema en aquel momento en el que a todos nos da igual por que estamos relativamente enfadados y no sabemos lo que decimos incluso ni lo que pensamos, pero cuando nos damos cuenta es demasiado tarde para rectificar, sí. Pero ella ahora si que se sentía mal por su ruptura, también la acompañaba aquel sentimiento de soledad que dejó retirado hace meses atrás, no se veía apoyada por Hugo, que fue quien la ayudó a levantar aquel problema en el cual había caído, pero es increíble como la misma persona que te ayuda te puede volver a hundir en instantes.
Ella había vuelto a caer; en esa pesadilla llamada bulimia, nadie la entiende cuando cuenta lo que le pasa pero hasta que esas personas que lo critican no lo viven en sus propios cuerpos no saben los pensamientos que le pasaban a Noelia por la mente, entre ellas ideas suicidas; cuando Noelia veía a todas esas chicas con un buen y encantador cuerpo, piernas definidas, silueta increíble y con cintura perfecta; nunca entenderían lo que sentía cuando se miraba una y otra vez al espejo, que se encontrara millones de defectos físicos y en escasos segundos romper a llorar, tampoco entenderían a frustración total al ver que no podía usar ropa que le encantaba, que le gustaría lucir, ese es uno de los muchos sentimientos contra los que lucha Noelia todos los días junto a Ginés su psicólogo
Ginés le ayudaba en todo lo que estaba en su mano, sabía que darle el alta hace unos meses no sería bueno, sabe que nunca nadie se recupera al cien por cien de esos problemas como la bulimia y la anorexia, y sinceramente ella no iba a ser una excepción, la conocía muy bien, quizás demasiado, él veía que Noelia era una chica inteligente, sincera y aun así le faltaban adjetivos para calificarla; nadie diría que esa chica estaría sufriendo pero se desahogaba con él era una persona con la cual tenía total confianza, y eso le halagaba; a pesar de ser un psicólogo y tener la obligación de contarles a los padres de Noelia los informes sobre ella y progresos, sabía cosas que no podía decir, como su vicio por los cigarrillos, ella le decía que solo fumaba para liberarse pero él sabía que no era así la mayoría de las veces fumaba para matar el hambre. Ginés se sentía la mayoría de las veces impotente al ver los cortes que se causaba con un simple sacapuntas por... por no poder haber podido vomitar, él le había cogido cierto cariño a Noelia como su hermana pequeña, se conocían desde hace año y medio; aun recuerda la primera vez que la vió y habló con Noelia, cuando entró en su consulta y pidió que sus padres salieran no quería que escucharan nada, a la vez que Ginés le preguntaba cualquier cosa, Noelia se lo negaba todo, y su única respuesta era 'solo eres un psicólogo, el cual para ti soy una paciente más y encima loca.' cuando decía eso a Ginés le entraba la risa pero intentaba contenerla siempre, sabía que eso era mentira, cada uno de sus pacientes era un mundo por descubrir, y supone que Noelia era el caso más difícil que a sus 22 años le había tocado. A Ginés le dolía mucho más que ver llorar a Noelia, sabía que tenía millones de motivos para llorar pero a veces debía de ver la realidad tal cual es, y finalizar la consultar con la misma y trágica pregunta que nunca tenía respuesta por parte Noelia, se limitaba a que sus ojos se cristalizaran y se pusieran de color rojizo para levantarse de la silla y sin una sola palabra abandonar la consulta, pasar a la sala de espera y escuchar su gran grito diciendo a los demás pacientes que no dejaban de mirarla expectantes: '¿QUÉ? NUNCA HABÉIS VISTO A NADIE LLORAR? TODOS HABÉIS LLORADO AHÍ DENTRO.'
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Diario de una adolescente.
Teen FictionUna chica de 16 años, Noelia. Afronta sus problemas adolescentes del día a día, con una gran sonrisa. Pero.. ¿Qué hay detrás?