Siempre contigo

Epílogo

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-Dame ese joyero, hermana -Malone no parece feliz.

-¿Lo quieres? -me lo saco del bolsillo y se lo enseño-. Déjalos ir y será tuyo junto a la llave.

-¿Me crees estúpido?

-Es no tiene nada que ver -no lo desmentiré-. Te ofrezco lo que quieres a cambio de lo que quiero yo. Es un trato justo.

Mientras hablo, doy otro par de pasos hacia él. Puedo ver cómo Adam se sitúa junto a Nolan para impedir que me siga. Sé que el plan le disgusta, pero no puedo involucrarlos más en esto. Tengo que hacerlo sola, como debió ser en su momento.

Cuando mi madre murió a manos de los mismos hombres que la tenían que proteger, debí buscar a mi padre y enfrentarlo junto a toda su familia. Debí dar la cara y zanjar el asunto. Pero fui una cobarde y me escondí, arrastrando conmigo a los que se han ido uniendo a mi vida en todos estos años. Mi egoísmo no puede ser la causa de su muerte. No permitiré que nadie más sufra por mi familia.

-¿Y tú qué? ¿Te quedarás aquí conmigo para hacer lo que debes?

-Firmaré los papeles y te entregaré el joyero en cuanto se hayan ido ellos. Si no aceptas -levanto más los brazos- estrellaré esta mierda contra el suelo y se acabó el juego.

-Ni se te ocurra -grita, al ver cómo amago. Sabe tan bien como yo que lo que haya dentro se perderá para siempre si lo rompo.

-¿Los dejarás ir? -insisto.

-Lo haré -cede al final. Sé que le está costando hacerlo, pero me siento aliviada de que consienta en ello-. Dejadlos pasar.

Supongo que mi error es girarme hacia ellos para ver cómo salen de aquí y sé que siempre me arrepentiré de ello, porque Malone lo aprovecha para hacer un nuevo gesto a uno de sus hombres que ni siquiera puedo ver. Lo siguiente sucede a cámara lenta y, sin embargo, no tengo tiempo a reaccionar. Veo cómo Adam me grita una advertencia y tanto él como Nolan corren hacia mí. Mi cuerpo se paraliza y lo único que logro hacer es girar la cabeza en busca de la amenaza. Veo que alguien me está apuntando y cuando aprieta el gatillo, noto un impacto en mi pecho que me lanza por los aires. El golpe me deja sin aire y por unos segundos interminables, no consigo respirar. Puedo escuchar los disparos a mi alrededor, pero yo solo puedo luchar por conseguir aire.

-Charlie -me llaman y regreso al mundo real- ¿Estás bien?

-Sí -asiento, no demasiado segura de mi respuesta. En realidad, no sé cómo sentirme. Llevo varios días perdida en un mundo en el que puedo fingir que nada de esto está pasando.

-Tenemos que ir ya o llegaremos tarde.

-Cierto -es lo único que puedo decir ahora mismo sin derramar más lágrimas. Creía que en algún momento se terminarían, pero parece que una vez abierto el grifo no es tan fácil de cerrar.

-Todo va a estar bien -me dice-. Sé que ahora no lo parece, pero vas a estar bien.

No, desde luego que no lo parece. ¿Cómo puedo estar bien si me falta una de las personas más importantes de mi vida? Si dio la suya para salvarme... Porque aquel golpe que sentí no fue la bala que dispararon, sino su cuerpo impactando contra el mío para desviarme de su trayectoria. Esto es algo que lamentaré siempre por el resto de mis días. Un maldito pequeño descuido hizo que mi mundo se derrumbase todavía más.