6

2K 427 49
                                    

Únete a nosotros en:

https://www.facebook.com/groups/SoniaLopezSouto/

Sígueme en:

Facebook: Sonia López Souto

Instagram: @sonialopezsouto

Tik Tok: sonialopezsouto

Y si te gusta lo que lees, puedes adquirir mis otros libros en Amazon:

https://amzn.to/2XZaMdM
_____________________________________

-Yo vivo en ese edificio de enfrente –lo señala mientras habla– y sin duda, este restaurante es el mejor de todo Inverness.

-Eso tendré que decidirlo yo -digo, contagiada por su entusiasmo.

Después de varios días de darle largas a la comida a la que me invitó la primera vez que nos vimos, por fin he accedido. Y debo admitir que estoy nerviosa porque, para mí, este es un gran paso, aunque a él le haya dicho lo contrario.

-Esto no nos convierte en amigos –le dije, después de aceptar–. La amistad y el amor son solo una farsa. Una mentira más en esta mierda de vida.

-Aunque ahora no lo creas –su respuesta solo acrecentó mi deseo de conocer su verdad– hay amistades verdaderas en esta mierda de vida.

-Y por eso bebes solo.

-No siempre estoy solo –no dijo nada más, pero intuí que aquella mirada que me lanzó, era su forma de recordarme que yo sí lo estaba.

Me miro en el espejo y casi no reconozco en la imagen que me devuelve, a la mujer que bajó la guardia con aquel pelirrojo que no pretendía seducirla, pero que lo hizo. Era tan auténtico y tan brutalmente sincero, que no pude hacer nada por no caer.

-Deja de pensar en él –me reprendo. Recordarlo no servirá para sacarme de aquí. De hecho, hace justo lo contrario: me desvía de mi objetivo.

Y ahora estoy más cerca que nunca de él, pues la herida parece haber mejorado mucho estos días. Debo admitir que el celo con que Colin me cuida, está ayudando bastante en la recuperación, aunque no se lo pienso decir a él porque se volvería más insoportable de lo que ya es. Lo que tengo que hacer es centrarme en encontrar el momento adecuado para salir de la casa sin que me vea, pues cada día me siento más fuerte y con más resistencia, pero el enfermero se empeña en decir que no puedo fiarme y debo ser cuidadosa. A veces, creo que me retiene aquí a propósito, pero no puedo imaginar la razón.

-¿Necesitas ayuda ahí dentro? –grita a través de la puerta–. Si no sales ya, la cena se enfriará.

El baño sigue siendo el único lugar donde me permite estar sola, así que lo aprovecho tanto como puedo. Sin que lo sepa, me he estado ejercitando aquí, para probarme, y he mejorado mucho. Después de una semana, el dolor es nulo y mis movimientos son más fluidos y seguros que nunca. No estoy al cien por cien todavía, pero no creo que tarde.

-¿Debería derribar la puerta, Charlotte? –pregunta, al no recibir contestación.

Es cierto que hoy estoy tardando más de lo habitual en mí, pero me molesta su exagerada preocupación. Ni que fuese incapaz de cuidar de mí misma. Abro la boca para mandarlo al infierno en el mismo momento en que lo escucho aporrear la puerta.

-Ten vida propia, Colin –le grito y lo escucho reír. No sé qué me molesta más, si su absorbente modo de cuidarme o que se tome a broma cada una de mis contestaciones. Desde aquella primera vez en que ambos sentimos algo al tocarnos, sé que ha estado intentando repetirlo, pero yo nunca le he dado pie a ello porque, a mi pesar, es otro quien ocupa mis pensamientos, prácticamente todo el día. Y desde luego, las noches también, en mis sueños.  

Siempre contigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora