𝙎𝙖𝙣𝙯𝙪 𝙃𝙖𝙧𝙪𝙘𝙝𝙞𝙮𝙤 🔞~𝘽𝙤𝙣𝙩𝙚𝙣~

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Deslizabas lentamente los dedos de tu mano derecha sobre tus pliegues en movimientos circulares a la vez que con tu mano izquierda dabas leves masajes a tus pezones

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Deslizabas lentamente los dedos de tu mano derecha sobre tus pliegues en movimientos circulares a la vez que con tu mano izquierda dabas leves masajes a tus pezones.

Emitias fuertes jadeos imaginando que quien te hacía aquello era tu esposo Sanzu.

Últimamente estaba muy ocupado en asuntos de Bonten por lo que pasaba muy poco tiempo en casa. El papeleo de tu oficina de traía muy estresada y esto es lo mejor que podías hacer para liberar la tensión.

Con cuidado introdujiste uno de tus dedos en tu interior dando leves estocadas, luego de un tiempo seguiste con el segundo y luego el tercero. Bajaste tu mano izquierda para masajear lentamente tu clítoris.

Pero esto no era suficiente. Necesitabas más.

De la pequeña mesa de noche sacaste un consolador de un tono rosa chillón, regalo de tu esposo.

Lo encendiste en la velocidad mínima mientras masajeabas encima de tu intimidad y poco a poco lo fuiste metiendo dentro de ti.

Diste un par de embestidas leves para después jugar con las velocidades del juguete.

- Sanzu... - Gemiste su nombre deseando que fuera su miembro el que estuviera en ti.

Empezando a desesperarte subiste la velocidad al máximo dando fuertes golpes tratando de encontrar ese punto que te hacía enloquecer a la par que continuaba dando masajes en círculos en tu punto nervioso.

Después de un par de minutos lograste llegar a tu orgasmo. Te dejaste caer rendida y con las piernas temblando en la cama hasta que escuchaste unos pequeños aplausos provenientes de la entrada de la habitación.

- Vaya, que buena manera de recibirme en casa cariño. - Te dijo tu esposo. Desde tu lugar podías apreciar completamente como su miembro se mostraba erecto debajo de su ropa.

- ¿Cuánto tiempo llevas ahí? - Preguntaste con la voz temblorosa.

- El suficiente para darme cuenta como es que fanteseas conmigo. No sabía que eras tan pervertida Kaori.

Te sonrojaste completamente por sus palabras. Más al recordar que no era la primera vez que hacías aquello.

- Pero mira que mal esposo he sido dejándote que tu propia suerte... Así que vamos a divertirnos un poco preciosa.

Te incorporaste en la cama a las vez que el se acercó a paso suave mientras introducía su mano a uno de sus bolsillos y sacaba un par de pastillas.

Se sentó en un borde y te tomo del brazo con un poco te fuerza para acercarte a él y comenzar un beso salvaje. En medio de ello sentiste como introdujo una de las pastillas que anteriormente había ingerido para pasartela a ti. Con su lengua la empujó hasta tu garganta para que la tragaras.

Te separarte tosiendo un poco ante su atrevimiento momento que él aprovecho para comenzar a dejar besos y mordidas en tu cuello a la vez que paseaba sus manos por tu trasero a su antojo.

Poco a poco te recostó en la cama con el encima para sacarse la corbata y camisa que llevaba puesta quedando solo con las prendas inferiores.

Se inclinó a ti para besar y morder unos de tus pezones mientras que jugaba con el otro. Repitio el proceso en ambos un par de veces para comenzar a descender por tu abdomen dejando mordidas juguetonas.

Tu solo podías deshacerte en suaves gemidos mientras que acariciaba su cabello con cuidado. Siguio su recorrido hasta llegar a tus muslos los cuales beso y mordió sacandote un poco de sangre. Soltaste un par de quejidos que solo lograron encenderlo más y que sintiera como su miembro palpitaba dentro de su apretada ropa.

Subio un poco y pasó su lengua a lo largo de toda tu feminidad, dio un par de lamidad en toda tu extensión antes de detenerse en tu punto nervioso y dar fuertes succiones.

- ¡Sanzu! - Soltaste un fuerte gemido ante sus acciones. En respuesta el solo solto una pequeña risa antes de continuar con su trabajo. Con una mano sostenias las sábanas de la cama mientras la otra la tenías ocupada jalando sus cabellos para que siguiera con su trabajo.

Antes de que pudieras llegar a tu orgasmo, retiro su cara de ti no sin antes dar una última lamida y rápidamente bajo su pantalón junto a su ropa interior permitiéndote apreciar su dura extensión. Saco un condón de una de las bolsas del pantalón, se masturbo un poco y se coloco el condón

- En cuatro, ahora- No fue una petición, sino una orden que rápidamente acataste. Levantaste tu trasero meneandolo un poco para que el se diera prisa.

Coloco ambas manos en tus caderas y entro de golpe dentro de ti. Soltaste un fuerte grito ante de intromisión que fueron seguidos de más ya que no te dejo acostumbrarte a él y empezó a dar fuertes embestidas.

Con cada una de ellas se podía escuchar el fuerte retumbar de la cabecera contra la pared, la cama crujía tan fuerte que sentías que en cualquier momento se rompería.

Una de sus manos la llevó a tus pecho masajeandolos mientras la otra la llevó a tu cabeza presionando esta misma contra la almohada a la vez que su ritmo se hacía mucho más rápido.

Se inclinó hacía a ti soltando gruñidos junto a tu cuello que solo hicieron que se te enchinara la piel. Separaste un poco tu cabeza de la cama para decirle:

- Sanzu... mgh... estoy apunto de llegar

- Adelante, no te contengas, quiero escucharte gritar mi nombre

Parece que solo eso necesitabas para venirte con un fuerte gemido exclamando su nombre. Él continuó con sus duras pero lentas embestidas y llego finalmente viniendose dentro del condón.

Con voz jadeante te dijo:

- La próxima vez llámame y vendré por ti-

𝑻𝒐𝒌𝒚𝒐 𝒓𝒆𝒗𝒆𝒏𝒈𝒆𝒓𝒔 -𝑶𝒏𝒆 𝒔𝒉𝒐𝒕𝒔-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora