𝑻𝒐𝒌𝒚𝒐 𝒓𝒆𝒗𝒆𝒏𝒈𝒆𝒓𝒔 -𝑶𝒏𝒆 𝒔𝒉𝒐𝒕𝒔-

𝙆𝙪𝙧𝙤𝙠𝙖𝙬𝙖 𝙄𝙯𝙖𝙣𝙖

Conocías a Izana prácticamente desde siempre, ambos se criaron en el mismo orfanato junto a Kakucho. Los tres siempre estaban juntos, siendo tú y el antes mencionado sus cuervos mientras que el era el rey del pequeño reino con el que siempre fantaseaban.

Un día Izana llego emocionado contándoles que había conocido a su hermano mayor llamado Shinichiro. El era un persona amable, durante una de sus visitas se presentaron. Desde ahí siempre te llevaba dulces y en ocaciones te contaba sobre sus dos hermanos menores, Emma y Mikey.

Siempre podías apreciar como cada vez que los mencionaba los ojos de Izana se oscurecían como si odiara el simple ellos de que dijeran sus nombre.

Nunca dijiste nada al respecto porque creías que no era algo que te competía.

Así fue durante algún tiempo hasta que un día Shinichiro no volvió a aparecer. Te enteraste un par de días después que no solo no era el hermano real de Izana sino que había fallecido durante un accidente en su tienda de motocicletas.

Izana se volvió mucho más callado y casi no hablaba contigo. No entendía su cambio repentino, ni siquiera Kakucho lo sabía así que solo te quedo resignarte a que a si serían las cosas de ahora en adelante, o eso creías.

Un tarde estabas sentada debajo de la sombra que ofrecía un viejo roble admirando el cielo como siempre hacías. Estabas tan sumergida en tus pensamientos que no notaste como alguien se sentó a un costado.

Era Izana. Pero decidiste quedarte callada y dejar que él te dijera algo.

- Nos iremos Amaya. Estoy harto de este lugar así que empaca tus cosas, esta noche saldremos de aquí. - Antes de que pudieras cuestionarle algo se colocó de pie y con pasos tranquilos volvió dentro del orfanato.

Justo como lo dijo, esa noche los tres se escabulleron entre la oscuridad para salir de aquel lugar.

De eso pasaron un par de años. Actualmente él era el líder de una pandilla, Tenjiku, tu solo te mantenías en las sombras de ella ayudando solo cuando fuera necesario.

Sabias pelear, tus dos amigos se habían encargado de ello para que pudieras defenderte en su ausencia.

O bueno querrás decir uno de tus amigos, ya que lo inevitable sucedió. Te enamoraste de Izana desde que eras niña pero no comprendiste que significaba ese sentimiento hasta que fuiste mayor.

Sin embargo, sabias que era algo que nunca iba a suceder. Después de la muerte de Shinichiro fuiste testiga desde lejos como Izana perdía poco a poco la cordura y estabilidad emocional, además que tiempo atrás dejo en claro que tu eras solo un ciervo más, tu mera existencia era solo para servirle a él.

Trataste de enterrar esos sentimientos en el fondo de tu ser y callaste durante años lo que sentías.

El tan ansiado día había llegado.

ToMan vs Tenjiku.

Mientras ellos se encontraban peleando tu solo estabas detrás de uno de los contenedores viendo desde las sombras mientras observaba cada acción de tu rey.

Hubo un momento donde bajo finalmente a pelear contra un chico de cabello rubio.

Fue una pelea intensa y cuando parecía que todo estaba por terminar un sujeto con lentes apareció apuntándole a Izana pero antes de que pudiera disparar Kakucho se interpuso y la bala la recibió él.

Sentiste como se te cortó la respiración cuando el mismo tipo apunto de nuevo pero esta vez Izana se interpuso en el camino recibiendo el los impactos y callando al suelo desangrándose.

Sin importante nada corriste rápidamente a ambos para tratar de tapar sus heridas.

Con voz temblorosa Izana intercambio algunas palabras con Kakucho para después dirigirse a ti - Lamento que hayas tenido que ver esto. Siento haberte dejado de lado por mucho tiempo, yo realmente lo siento.

- No digas eso, no lo digas como si te estuvieras despidiendo- Respondiste entre lágrimas y fuertes sollozos - No me hagas esto, no puedes dejarme. Yo nunca te dije lo que realmente sentía por ti así que no puedes irte así nada más.

Pero ya era tarde, los ojos de Izana habían abandonado esa pequeña luz que aún tenía. Permitiste un grito desgarrador que erizo la piel de varios de los presentes.

Dirigiste tu vista hacia Kakucho creyendo que él también había muerto porque sus ojos se quedaran abiertos viendo a la nada.

En un acto desesperado y con el pecho punzandote de forma dolorosa tomaste el arma y te apuntate con ella.

¿Qué sentido tenía vivir si las únicas personas que querías ya no estarían a tu lado?

Viste como Ran, Rindou y Muto se acercaron corriendo, pero fue antes de poder llegar a ti presionaste el gatillo.