Capitulo 18

89 11 4
                                    

Vamos a dejar claro que este fic tiene las vistas que tiene porque o edite 3 veces. Más de verdad les agradezco, este fic lo empecé luego de desastre de anime, y agradezco que se quedaran esos 2 años donde he buscando mejorarlo y arreglarlo, ya que antes entrada en la definición de Cringe. 

La verdad tengo la idea del cap hace rato pero no logre adelantarlo, hablando con una amiga, se me ocurrió una idea. Vean lo que salió.

-------------- 

¿Qué le pasada? No lo entendía del todo. Pero ya había un punto en que le era extraño la presencia del toro a su lado, claro que estada agradecida por lo extremo amable que era con ella, de cierta forma eso era algo que en rara ocasión había tenido, siempre fue reservada y agresiva en su entrenamiento como Silver Saint, abandonando ese corazón sensible que aun tenía como si parte de su femineidad a la tenía que renunciar fuera. Eso le ayudo mucho, pero para su desgracia Seiya no le ayudo, dejándole ver a flote pero hiriéndola en el proceso. Creyendo que solo era eso, gratitud que no sabia como expresar. 

Cerca de un coliseo que se usada como campo de entrenamiento la Santo de ofiuco no dudo 2 veces y quiso probar su propia voluntad, buscando liberar ese sentido que tenia oculto, preparando sus garras y atacando, si bien logro destruirlo a la mitad como cuando aun entrenada, solo era fuerza bruta, para su desgracia, la imagen de Seiya volvió a ella, era un peso dentro de ella el saber que solo fue capaz de usar un séptimo sentido por él, estando muy emocionalmente atada, cosa que no le agrada en lo más minino. Viéndolo desde la distancia en ese tramo, aunque si bien estada dispuesta a tener su revancha en combate y mostrarse capaz, junto a que Seiya también dejo claro que la esperaría, aun tenía muchos sentimientos sobre el tema de esa ley al tener que amar a Seiya, pero este no parecía interesarle por más que ya se lo haya dejado en claro.

Suspiro, quitándose la máscara un momento y dejándose sentar en el suelo perdida en sus pensamientos, teniendo por un breve momento lo que ha estado viviendo junto a toro, totalmente agradecida con él. Considerada que ese momento era su amigo dentro de santuario. Podre Marin, hace no mucho que se fue y ya la había reemplazado casi de inmediato. Reflejándose ese pensamiento en el rostro de la Santa como una sonrisa.

Relajándose por un momento la Santa se inclino, mirando sus garras tratando de despejar su mente un momento por completo para probar otra vez.

Lo malo era que un invitado no tardaría en aparecer.

- ¿Ya te dejaron sola? - El santo de cáncer molesto, apareciendo por detrás de ellas, haciéndola reaccionar rápido y ponerse la máscara para encararlo. - No tienes que reaccionar tan a la defensiva. Aunque no negare que sería tentador verte sin la máscara.

- Es ni loca, ya tengo mucho para tener esa mala fortuna. - Le escupió sin ningún tipo de reparos. Dejando en claro su desagrado a la idea, conociendo el tipo de psicópata que era DeathMask. - ¿Puedo preguntar a que vienes?

- Solo procrastinando, la verdad no tengo mucho interés en este estado de aburrida tranquilidad. Y Kanon ya me tiene amenazado sobre ir a Bares de apuestas. - Se hizo el desentendido encogiéndose de hombros, suspirando con suma pereza. - Pero en fin, te noto sola y sufriendo porque el pony con alas no te hace nada de caso, mientras sufres también por la ley esa.  - Debajo de la máscara la Saint lo mirada muy escéptica mientras este solo sonría de una forma que no sabía sacarle significado, aunque al menos no era sonrisa de desquiciado mental que tuvo en sus peleas con Shiryu. - Si te sirve de consuelo el solo es un mocoso mientras tu una mujerona, no sufras.

- ¿Viniste solo a molestarme? - Con una enorme seriedad le pregunto, bajo la máscara estada lista para un combate totalmente a la defensiva.

- Tal vez. No tengo que mucho en este momento para concentrarme.

- Pues no soy tu distracción. Más déjame decirte; Mencionas mucho que ando sufriendo por Seiya, pero estas equivocado.

- Si aja, por eso estas ansiosa por despertar tu séptimo sentido y mostrar que puedes igualarlo en un combate cuando él ya te supero en todos los sentidos de la palabra. Ya me lo creí. Jajaja. - Ironizo de la forma más prepotente posible, fastidiando completamente a Shaina, dejando en claro que si le afectaron sus palabras de forma profunda, segura de que él también lo noto, queriendo ignorarlo y dejarlo solo pero siendo casi inútil pues la siguió. - Tampoco sabía que te llevadas tan bien con Aldebarán, ¿Le mostraras tu cara? Eres una mujer valiente porque seguro te lastimara cuando te toque amarlo. - Shaina ya un poco molesta saco sus garras y ataco con toda su fuerza, que para su desgracia no alcanzo ya que Cáncer lo esquivo, quedando a otro extremo de donde estada la Saint, sonriéndole con burla. - Has mejorado, pero te recuerdo que pelee con dioses, te costara tocarme.

- A veces no entiendo ni como lograste llegar a un puesto de honor como Saint de Athena, ni como lograste que un aspirante te admira en todo el sentido.

- Porque es mi destino, no importa si estoy de acuerdo con esa mocosa o no, nací para tener este puesto. - Expreso en italiano, país de origen que ambos compartían. Shaina noto que tras decir eso, más específicamente mencionar a Mei, pareció haberle afectado al santo de Oro más de lo que este quiera admitir.

- ¿Sabes lo que paso con Mei de Coma Berenice? - El Santo de cáncer desvió la mirada queriendo no mostrar interés pero no le funciono. - Dime, ¿Lo sabes?

- Claro que lo sé. Fue lo primero que le pregunte a Athena al notar que Mei no estada junto a los mocosos al reencarnar.

- Vaya, a menos puedo decir que lo querías. - Sarcásticamente hablo, mirando con una ceja alzada bajo la máscara.

- No soy tan desgraciado, fui agradecido de que me tocara entrenar a Mei. Lo entrene con fuerza pero no por eso fui de puño de acero, digamos que teníamos nuestras libertades fuera de su entrenamiento para santos.

- Eso no sé si me sorprende o no escucharlo de tu persona.

- Gracias, creo que me alagas. - Se mofo, la Saint no hizo más que volverlo a atacar llamando la atención de algunos otros.

- ¿Qué haces cangrejo infeliz? - La Saintia de Casiopea hizo acto de presencia, acompañando a la Santo de Ofiuco.

- Nada malo princesita, molestando un poco.

- ¿Te hizo algo, Shaina?

- Solo molestando, pero yo también se defenderme de canallas como él. ¿O no, "maestro"?

- ¿¡Tuvo un alumno!? - La cara de la castaña era casi un poema, esa era algo de lo que tendría que averiguar, ¿Qué clase de chico pudo tener de maestro a ese cangrejo?

- Si, y antes de que preguntes, Mei de Berenice era un chico noble. - Le hizo saber ya viendo el brama que se le vendría encima en algo que hubiera preferido solo dejarlo así, guardando sus emociones sobre ese evento, recostándose de constado donde estada en una pose de sumo desinterés.

- Entonces no lo estrenaste tú. - Se jacto.

- Te recuerdo que yo te salve 2 veces.

- 1 - Corrigió. - En la segunda me querías dejar morir, de no ser por Ryuthos lo hubiera hecho. - El contrario solo chasqueado la lengua, mirando a otro lado sin querer opinar nada más, pero dejando a ambos féminas irse sin más. - ¿Te fastidio mucho?

- Descuida, se defenderme. - No lo quería admitir, o bueno, no sabía cómo admitirlo pero si le afecto lo que llego a decir. - Cambiando de tema, no sabía que ya habías logrado encontrarse con Death.

- Ahh... Cocas que no quiero recordar. Ese cangrejo es dipolar, fastidioso cuando quiere y noble cuando le conviene. - Sin mencionar que solo buscada su conveniencia.

- Ni que lo digas. ¿Sabes? Creo que no he tenido el tiempo de dejarme convivir con ustedes.

- ¿Hablas de las chicas y yo como Saintias?

- En efecto, igual que nosotras las Saint Femeninos ustedes hacen todo por Athena, pero de otra forma, creo que fue descortés de mi parte alejarme tanto entre el despertar de los chicos y as reparaciones del santuario.

- Nada de eso, no esperamos el agradecimiento de nadie, todo lo hicimos solo pensando en Saori. Pero si quieres reunirte con las chicas y conmigo, no te detendré. 

Doncellas de Athena.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora