Capitulo 17

99 10 4
                                    


En el tiempo que los Santos se perdieron tras la batalla de Athena y los dioses, el joven Kiki tuvo la suerte de quedarse cerca del santuario, donde Saori solo pudo ayudarlo tras la pérdida de su maestro, quien, prácticamente era como un padre para él. Instruyéndolo como mejor pudo, debido a sus deseos de honrar su memoria como Santo, y él deseo de ser él quien tenga el honor de sucederlo como santo dorado de Aries, residiendo ese entrenamiento con ayuda de las chicas, aparte de una educación un poco más estricta.

Kiki en esos años ya había crecido bastante, siendo ya adolecentes bastante cambiado y hasta atractivo, feliz de tener a su maestro y sus amigos de nuevo consigo. Solo que casi era una lástima que apenas se pudo despedir de Shiryu, su gran amigo y quien llegada a admirar con mucha frecuencia.

Aun no tenía alguna armadura pero ya estada cerca, ya tenía un mejor control de su cosmos que antes, ahora tocada esperar, aunque no negada que sería un poco molesto tener que dejar a su maestro otra vez cuando eso pase, ya que Mu volvería a Jamir mientras él se quedaría en el santuario, pero tocada solo esperar, puede que pase mucho o poco tiempo para eso. Ignorándolo un momento al notar a su gran amigo cerca.

- Señor Aldebarán. - Expreso, acercándose a paso rápido, notando luego la presencia de la santa de plata, quedando extraño por eso. ¿Desde cuándo eran tan cercanos? Aunque ahora que lo pensada, hace algunas semanas que no los veía mucho, ¿Habrán estado junto? Kiki no era tonto, un poco infantil tal vez, pero no por eso no sabía que pueda significar eso, prefiriendo primero hablar.

Aun con esto, al momento de estar cerca el peli-naranja se escondió al último momento, mirando fijamente a donde ambos estaban, parecía un simple entrenamiento entre santos, en su mente Kiki se decía que era lo normal, la gran mayoría seguía entrenando aun esperada de que otra amenaza surja. Hasta su maestro se lo había recriminado el verlo otra vez.

Al darse cuanta noto al toro un poco cariñoso, no llegada a entender mucho de lo que decían pero con solo verle la cara lo noto feliz, sonriéndole a una mujer alegre a la par que parecía querer ayudarle. Era molesto estar a esa distancia pues no entendía casi nada de lo que decían, solo murmullos de los cuales no quería sacarse conclusiones apresuradas.

"¿Sera que salen? ¿Ella no estada obsesionada con Seiya? " Bueno, ya estada sacando conclusiones rápidas, tenía que esperar, quería hablar con Alde, y de paso irle preguntando esto.

---

- Hey, tiempo sin verte, Kiki. ¿Pasa algo? - Amable y confiable, pregunto el toro. Encontrándose al joven aprendiz de su amigo medio dormido a un lado del campo.

- Nada... - De un golpe se paro del lugar, quitándose la tierra de encima. - Solo... Me extraño verlo cerca... Y con Shaina, no sabía que se querían tanto. - Expreso, un poco nervioso viendo por donde la Santa se acercada.

- Jajajaja. No es nada raro. Solo la estoy ayudando a obtener su séptimo sentido. ¿Has estado espiando verdad?

- Pues... Si... Tengo que admitirlo. ¿Ella ya se fue?

- De hecho, le he estado ayudando mucho, es una mujer muy agradable, y fuerte de hecho. - Sonriendo fuertemente, hablo, dejando pensando al chico sobre eso.

- Esta feliz con ella, ¿No? - Sonriendo con picardía pregunto, como si esperada a que Alde entendiera, y no era muy difícil que lo haga.

- Ahhh... Bueno, no sé que si de esa forma, pero ella...

- ¿La quieres? ¿Cómo la vez? ¿Te gustaría verla sin mascara? - Como que la edad le saco el lazo lanzado a este chico, bueno, ya de por sí lo era de niño, pero ahora se mezclo con la picardía en vez del descaro de la inocencia.

- Bueno, bueno, lo admito, le he agarrado mucho cariño, en este tiempo me ha mostrado otro lado de ella, hemos hablado, y la quiero. - Comento, un rato perdido en sus pensamientos, y recuerdos sobre la Saint. Antes de volver a hablar. - Pero de ese lado no estoy seguro.

- Hay vamos señor Alde, no se ponga de ese modo. Usted ha sido casi un hermano para mí, usted la puede conquistar, y le hace un favor a Seiya.

- ¿Un favor a Seiya? ¿Por esa ley?

- Si, créame, lo he visto desde que empezó y esta algo ensimismada por eso. Aunque Seiya nunca ha sabido cómo responderle.

- Seiya es... Un poco inocente con eso... - Tartamudeo, no sabía que responderle en ese punto.

---

- ¿Seiya estas bien? Empezaste a toser fuerte. - En su templo, el santo de leo pregunto, notando a su compañero algo extrañado.

- Si, fue raro... Pero no me siento mal.

---

- Dígame ¿Que tanto han pasado? - Volvió a preguntar, sabía que en ese punto de seguro Mu y las Saintias ya le deberían estar buscando pero no quería a su grandulón amigo solo.

- No sé que tanto responderte, solo lo normal, la he ayudado y entrenado, ella me ha ganado mucha confianza en el proceso.

- Ósea, ya es su amiga. - El toro asintió.

- Debo decirte, que yo me acerque a ella al notarla...

- ¿Vulnerable?

- Creo, pero no sé si es la palabra correcta. Esa mujer tiene carácter y fuerza, creo que distraída es más cercano, solo quise hablar con ella, no me arrepiento en eso pues nos hemos conocido mejor.

- Papi toro se enamoro. Jaja.

- Ummmmm... Un poco, no sé si ella siente lo mismo que yo. - Aun en su sonrisa de enamorado, el santo de tauro noto la mirada traviesa del peli-naranja. Pasando a una sonrisa más burlona para expresar lo siguiente. - No te burles, que aun le puedo decir a Mu que te escapaste.

- No. - El joven muviano no hizo más que exclamar, parándose firme y recto. Cayendo en cuenta de eso. - El maestro me va a matar.

- Jajajaja. No lo hará, vamos, te llevare con él, si paso algo le diré que estuviste conmigo.

- Gracias. Y suerte con Shaina.

- Ok. - Dicho esto, el toro empezó a caminar llevando a Kiki con su amigo. Pensando un rato en Shaina, ya que si, tenía que admitir que la quería, pero a veces, como lo tratada o hablada, no sabía que pensada de él. 

-----------------

Considere poner escenas sobre Alde y Shaina, pero viendo el conflicto que tiene ella con sus sentimientos, creo que eso le corresponde a ella. En el próximo veremos que siente ella. 

Doncellas de Athena.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora