Capitulo 27

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¿Qué pensaría su madre si la viera ahora? La sola idea hacía temblar de nervios a la Dríade de la anarquía. Poniendo sus manos en su cara por la vergüenza que sentía al imaginar la situación, viviendo su amor prohibido aferrándose a un hombre como adolescente humana, ¡Toda una deshonra para los ojos de su madre! Hasta le daba curiosidad de verla otra vez cuando el cometa vuelva a aparecer para que notara como los dioses del panteón griego luego de millones de años se habían puesto en paz a favor de Athena, ¡Su cara seria de incredulidad! Por parte, estaría casi feliz por Athena al ver que casi cumplió con la profecía que marco el inicio de su nacimiento; Matar a Zeus, aunque no lo mato, lo reformo. La cosa más rara del mundo. Por el otro, la guerra de Troya que se vio luego de que dejara la manzana para la más hermosa se quedaría pequeña.

La señora Eris nunca fue tan estricta con ella, era algo que Shaka no comprendía pero que tampoco cuestionada.

A la final, Disnomia era un peligro andante, se necesitada mucha fuerza y habilidad para pelear con una mujer que podía distorsionar toda la realidad y las leyes físicas a su antojo, más bien, no entienda la forma de pensar que tenia, porque ella tenía el poder para desatar el caos por sí misma, traer a su madre, entre muchas otras cosas.

Pero parecía que la mentalidad de la Dríade no estada dedicada para la guerra o la necesidad de discordia a su alrededor, solo obedecía las ordenes de sus superiores. De cierta forma era un alivio, porque se necesitaría suerte o la ayuda de un artilugio divino para poder derrotarla tan fácil. Suerte que ella no se enfrento a las chicas o Saori como Athena habría muerto de manera irreparable.

Y ahora el santo de virgo la tenia vestida como humana, con su Leaf quien sabrá donde, casi, casi como si fuera su mujer...

El misma Shaka se llevada como 3 meses cuestionando si esta situación entrada en los tópicos de una especie de "Privilegio" "Suerte" "Perdición" O lo que sea que se le parezca porque lo viera por donde lo viera, era hasta incomprensible de describir ante un ojo escéptico.

- ¿A dónde vas? - Cuestiono virgo, era de noche y la mitad del día la dríade estuvo con él, creyó que en ese momento no lo soltaría ya que ya estada libre para saltar a la cama con él, pero no. Disnomia le beso los labios y con coquetería dijo:


- Solo quiero ver la luna. - Shaka parpadeo de la incredulidad, pero la dejo, mirando por donde ella se iba, admitiendo que fuera de esa larga túnica que solo dejada ver un cosmos peligroso cuando su dueña así lo quería, Disnomia tenía un cuerpo muy provocativo. Esta situación se repetía cada cierto tiempo desde que ella empezó a buscarlo, apto que le generada un extraño sentimiento, empezó creyendo que ella solo lo buscada por capricho, o por mero sexo, actualmente, tenía que admitir que le agradaba la presencia de la Dríade, alentándole a pensar como seria la relación que estaban sosteniendo ellos 2 en un futuro.

- Ara, Ara... - Sonriendo como si estuviera haciendo una travesura los ojos de Disnomia se toparon con una de las conejas de Artemisa, vigilando entre la noches sin que nadie se viera cuenta, ya que por más que no pareciera, Artemisa le hacía honor su titulo de diosa de la caza y entrenada perfectas guerreras en esa profesión: La cacería. Eran rápidas y sigilosas.

Más la dejo ser, esperaría para saber que tenia está encargado para estar en el santuario en este momento en la noche, solo procuraría que esta no sé de cuenta de que ella también estada dentro del Santuario.

Para su suerte, esta no había topada con nada fuera de lo normal, solo sospechas leves de cosa que ya Calisto sospechada, pero necesitada como confirmar eso con veracidad. 

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Al empezar la mañana Milo no hizo más que levantarse y casi de manera amarga empezar su rutina diaria, acombándose, arreglándose, teniendo problemas para peinarse en el proceso para terminar desayunando antes de buscar su armadura.

Finalizando su rutina en su subida por los templos hasta el salón del patriarca, en parte que este le viera sus órdenes para el día, pero no hace mucho acaba de regresar de una misión por largo tiempo, por lo tanto estaría libre, siendo la mayor parte de su decisión de subir hasta el templo de Athena donde el patriarca estada habitando, era para ayudar, o mejor dicho, acompañar a la joven Saintia.

- Si buscas a Shoko, ella no está, pero no ha de tardar. - Fue la respuesta de Kanon al momento de Milo ingresar y como de costumbre al notar su presencia allí, asumía que buscada a la chica, últimamente enserio los veía pegados, al igual que su hermano con la Saintia de corona. Cosa que hasta cierto punto podía entender, ya que sabía que tenían historia con esas chicas. Kanon asumia que para ellos 2 eran iguales a cómo eran con los dorados.

- Como diga, gran patriarca. - Kanon no podía evitar sentirse poderoso cada que alguien le decía esas palabras, por más formalidad que fuera. - ¿Le molesta si tomo la atención de Shoko unas horas esta tarde? - Kanon no evito detallar a su compañero con una mirada interrogante, sonriendo ladino, aprovecharía que estaban solos. Parándose de su trono, se acerco a él, queriendo tocar cierto tema que no ha podido hacer.

- ¿A qué se debe?

- Nada importante, algo más casual. - Sin darle importancia respondió. Pero eso dejo a Kanon pensando en sobre él "¿Porque?" ¿Por qué quería eso?

- ¿Te gusta acaso? - La verdad poco le importada si esas chicas tenían novio o no, ya estada muy viejo para darse mala vida por romances. Sabía sobre el voto de castidad que por servir a una diosa virgen tenían que imponerse, pero solo le tomada atención porque eran reglas que tenía que imponer y respetar.

- No señor. - Decía, pero Kanon lo notada dudando, lo más seguro es que solo dijera eso por deber.

- ¿De dónde surge esto entonces? - Cuestiono, poniendo una de sus manos a la altura de su mentón, pensante.

- Solo es algo que se me ocurrió al regresar de mi viaje junto con Aioria. - Que curioso, que Aioria le cuestiono lo mismo.

Porque lo conocía, Milo había pasado de ser un adolecente incontrolable y rebelde a sus 13 ahora casi a 28 ser un hombre más serio y maduro, cuando lo quiere también un descaro con aires de picardía. Pero sabía que era leal a quienes considerada leales, guerreros de voluntad digna y amigos cercanos. Ejemplos eran Camus, Kanon y el mismo Aioria.

Eso ponía a pensar a Aioria sobre la relación que en este momento Milo estada experimentando con la pelirroja. No lo asegurada, tal vez solo estada sobre analizando la situación basado en que es de las pocas mujeres con las que ha tenido una relación, pero le daba la idea de que se estada enamorando sin darse cuenta.

Kanon no conocía a Milo tal cual como otros en el santuario, se podría decir que solo se tenían un respeto mutuo de bien nivel, sin cuestionar algo más, el patriarca retrocedió volviéndose a sentar sobre su trono buboso de cómo proseguir, estada teniendo la misma impresión que Aioria, como de momento no tenia las mayores pruebas para llamarle la atención, se lo concedió, sabiendo que igual Milo era responsable.

Quedándose Milo cerca a la esperada de la doncella. 

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Doncellas de Athena.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora