Capítulo 6.

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Algunos días habían pasado desde la reunión entre los demonios Gremory y Son Goku, este mismo trató de evitar llamar mucho la atención, aunque tristemente estar acompañado casi todo el tiempo por la Himejima hizo que eso no fuera del todo posible.

Sumado a aquello ahora los miembros del consejo estudiantil, también demonios, lo vigilaban confirmando de esta forma que Rias informó a la heredera Sitri.

"Sigh"

Un suspiro salió de los labios del joven pelipuntas, hoy las clases tomarían un rumbo más peculiar pues los padres estarían presente durante el desarrollo de las mismas, cosa que a Goku no le llamó mucho la atención ya que no tenía nadie que venga realmente, o eso pensaba él.

-"Tengo hambre" -pensó recostado en el paso debajo del mismo árbol que siempre observando como las nubes iban, veían y se deshacían.

Aún era bastante temprano realmente, solo que él se despertó algo más temprano y terminó sus entrenamientos mucho antes de lo que se esperaba, así que sin muchas cosas que hacer decidió venir a la academia o simplemente lo hizo para no toparse con ningún miembro del concejo estudiantil, en especial con la presidenta del mismo.

-¡Buen día Goku-kun! -una voz feminina bastante familiar para el ángel resonó con alegría.

-¿Akeno? ¿Qué haces aquí tan temprano? -preguntó Goku con asombro viendo los ojos violeta de la muchacha.

-Cosas del club -respondió mientras se sentaba en el suelo al lado del chico.

-Ya veo, cosas de demonios supongo -bromeó con una sonrisa divertida al igual que Akeno- Tampoco creo que sea para vigilarme, ¿o sí? -murmuró Goku serenamente.

-No, no creo, Rias mencionó algo que eso queda a disposición de Sona-sama -respondió la mestiza causando un leve tic en el ojo de Goku.

-Lo noté, no es que lo disimulen tanto, en especial Saji -el chico suspiró pesadamente.

-Jajaja, aunque igualmente por lo que sabemos podrías derrotar a todos los demonios de la academia, no creo que sea necesario vigilarte -habló Akeno asombrando a Goku quien se ruborizó pues su fuerza era halagada.

-N...no creo que a todos, o... o sea hay gente muy fuerte aquí -murmuró el chico agitando sus manos ante la vista divertida de la diablesa.

-Pero no bajes la guardia, porque si lo haces te superaré sin que te des cuenta -Akeno habló golpeando el brazo de Goku quien abrió sus ojos en asombro para posteriormente esbozar una sonrisa.

-Claro, pero no te lo dejaré fácil -fue lo único que Goku dijo mirando el cielo pensativo sin percatarse de la mirada intensa que le dirigía la mujer.

Posteriormente ambos jovenes siguieron charlando mientras la hora para comenzar las clases se acercaban.

Algunos alumnos iban llegando acompañados de sus padres, unos cuantos mostraban algo de vergüenza y otros tantos intentaban asombrar sus padres.

El Son e Himejima ya habían comenzado su camino hacia su salón, ninguno de los dos mostraba emoción alguna por el día de visita de padres pues no había mucho que pensar sobre ese asunto, al menos ellos no.

-Vaya, nuestro salón está repleto -habló Goku asombrado abriendo sus ojos entrado seguido de Akeno.

-Sí, ciertamente -respondió la chica sin tanta impresión notando como la pelirroja ya estaba en su lugar dirigiéndole una mirada rápida a Goku y a ella misma.

Para los siervos de la joven Gremory no era una sorpresa que aquella respuesta negativa tan seca de Goku había causado una molestia en la chica, incluso guardando algo de resentimiento, cosa que intentaba ocultar sin mucho resultado.

Kuroi TsubasaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora