Capítulo 17.

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Azazel suspiró levemente al recibir información de lo que ocurrió con el Dios Nórdico. Se retiró de la sala de reuniones con las manos en los bolsillos ignorando las miradas llenas de reproche de los demás líderes.

En realidad siempre tuvo una sensación de que Goku tarde o temprano abriría sus alas y se apartaría de su mando, era normal, el chico tenía muchas aspiraciones y como su ayudante no podría cumplirlas.

Al principio sí, derrotando a demonios de clase alta o incluso topándose con ángeles quienes no tenían muchas intenciones de luchar.

-Maldito mocoso... -murmuró con una pequeña sonrisa mientras dejaba su saco sobre una mesa- Pensar que le darías a Loki tal paliza -dijo casi con orgullo.

Actualmente dormía en un cuarto de lujo proporcionado por los diablos para la reunión que terminó muy mal con la interrupción de Loki.

Un círculo magico apareció en su oído al mismo tiempo que daba un sorbo a un vaso de whisky.

"¿Azazel? ¿es cierto lo de Goku?"

Una voz femenina resonó cosa que tensó por completo el rubio quien casi se atragantó por aquella voz tan familiar para él.

-O...Oh, ¿a qué te refieres? -preguntó mientras intentaba fingir tranquilidad.

Habían pocas personas en el mundo capaz de ponerle así y esta mujer era una de ellas.

"No estoy para bromas, lo dejé a tu cuidado porque me lo pediste y ahora pasa todo esto"

La voz de la mujer sonó molesta y con dejes de preocupación sin perder su tono formal.

-No entiendo nada de lo que...

"Se ha vuelto el enemigo de las tres facciones, ¿eso lo has permitido tú?"

"Glup"

"Terminó algunos asuntos en Grigori e iré contigo"

-No hace fal... -el círculo mágico desapareció- Solo faltaba que ella aparezca en escena -murmuró acariciando su frente soltando un largo suspiro.

.

El Ángel Caído catálogado como en extremo peligroso miraba con serenidad a Akeno Himejima quien tenía la cabeza baja.

-¿Me acompañarás? -preguntó curioso extendiendo su mano.

-¿A dónde? -cuestionó confundida.

-A un lugar mucho más privado, las miradas de tu ama y los demás demonios es molesta -respondió con simpleza mientras señalaba con su pulgar a los susodichos quienes se estremecieron.

-¿A donde te llevarás a Akeno? -preguntó Rias con temor y preocupación.

-No es asunto suyo pero sabes perfectamente que no le haré daño y para bien de todos dirán que la tomé secuestrada -respondió mientras rodeaba la cintura de la mestiza quien se ruborizó- ¿No es así?

Rias y Sona supieron que aquella era una sana amenaza asintiendo levemente.

-Eso suponía, gracias -esbozo una sonrisa mientras ambos azabaches desaparecían del lugar.

Lo primero que Akeno pudo ver fueron los tenues brillos del atardecer que acariciaron su piel, la suave brisa veraniega y el olor a campo que le daría paz si no fuera por la situación en la que estaba.

-¿Dónde estamos? -preguntó la mujer mirando al Son que se apartó de ella mieando algo fijamente imitándolo.

Pudo ver una pequeña casa, probablemente construida a mano con madera y otros materiales.

Kuroi TsubasaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora