Nyx

Epílogo

10 de Mayo de 2022

Darya

Escuché a mi amiga atentamente mientras me contaba la historia.

Estábamos en el restaurante en que al parecer Nyx y sus dos maridos vivieron.

—¿Y cómo podemos saber si esto es verdad? —pregunté queriendo descubrir la verdad.

—Podríamos preguntar al dueño, a lo mejor se lo han ido pasando.

Nos levantamos decididas y fuimos hasta la cocina, allí al llamar, vimos a un chico rubio, de lo más guapo.

—¿Habéis perdido algo?

Yo negué y mi amiga fue la que decidió hablar.

—¿Eres el dueño del restaurante? ¿no eres demasiado joven?

—Solo el cocinero, mi abuela sigue siendo la propietaria. ¿Por qué? ¿alguna queja?

—Queríamos preguntar una cosa, si se puede.

—Debe estar en el salón. Acompañarme.

Salió de la cocina y nosotros le seguimos hasta una puerta de madera, cuando entramos una señora pelirroja se encontraba sentada mientras cosía.

—Abuela, ellas quieren saber algo.

—Esto, nos gustaría saber si es cierto que este restaurante lo fundaron unos piratas.

La señora nos miró y luego sonrió.

—Por supuesto, mi familia lleva siendo dueña de este restaurante toda la vida y la historia real nos la cuentan desde que somos pequeños.

—¿Nos la podrías contar? —oí a mi amiga y se sentó en la alfombra.

Sin saber muy bien que hacer me senté a su lado y noté el fuego detrás de nosotras calentando nuestras espaldas.

—Rhys, hijo, siéntate aquí.

Ella dejó el puntillo y nos miró a los tres antes de empezar.

—Rhys, Ryan y Nyx, esos son los nombres de cómo empezó nuestra familia de rubios y pelirrojos.

Oímos la historia atentas de cada detalle, era increíble, una historia real de piratas.

Cuando terminó, nosotras aplaudimos emocionadas, y ella nos sonrió.

Mi amiga se tenía que ir a ayudar a su padre, pero yo tenía algunas preguntas sobre su historia.

—¿Flora se recuperó?

—Por supuesto, vio como su hija se casó con el chico, de ese amor, nació el bisabuelo de mi abuela.

—¿Y su hija mayor?

—Murió joven, pero tuvo un niño que cuidaron como a su hijo.

No estaba segura si todo lo que contaba la señora era verdad, pero quería imaginarme que sí.

—Rhys mi nieto, es la viva imagen de cómo iban describiendo al primer Rhys.

Miré al rubio que me miraba detenidamente, y le mostré una tímida sonrisa.

—Voy a seguir con mi puntillo, vosotros os podéis ir conociendo.

Me levanté y me despedí con la intención de irme, aunque antes de poder salir del restaurante, sentí como cogían una mano.

—Si quieres podemos ir al cine esta noche.

Le miré unos segundos, sus ojos azules estaban atentos a mi respuesta, por lo que terminé aceptando.

Me fui a casa emocionada y feliz. Emocionada al saber una historia sobre piratas, y feliz porque esta misma noche, tenía una cita con un hombre guapísimo.

Se acabó.

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Gracias por leerme.

Besos. Los quiero.

Aldara. G