9 de Noviembre de 1712

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NYX

Rhys me miraba con curiosidad mientras cogía varias prendas de ropa y las deshilachaba o unía bajo la luz de las velas.

Nos tocaba hacer a nosotros guardia y él estaba sentado con una botella de algún tipo de alcohol mientras yo me hacía unos pantalones cómodos y servibles.

Nos quedaba una semana para España, si teníamos la suerte de no tener ninguna tormenta, aunque tal y como nos habían comentado estaban en plena guerra, lo que nos beneficiaba a la hora de no ser vistos ni buscados.

-¿Por qué me miras?

-¿Acaso no puedo?

Negué y dejé la ropa para mirarle.

El rubio se levantó y vino hasta mí, se sentó a mi lado, y con su mano, áspera, movió el mentón y me hizo mirarlo.

-¿Por qué?

-Me pones nerviosa -susurré al ver sus labios.

No me había fijado detalladamente en su cara, supuse que siempre estábamos discutiendo y no me daba tiempo a mirarlo.

Él y su hermano tenían los ojos verdes, preciosos, y aunque este último los tuviera más oscuros, también era bonitos.

La nariz de Rhys era algo más ancha que la de Ryan, y los labios de ambos eran gruesos.

Mientras que el mayor, Rhys, tenía el pelo algo más largo, Ryan lo llevaba bastante corto. Pero en ambos me encantaba.

-¿En qué piensas fueguito?

Negué e intenté apartar la vista, pero Rhys no me lo permitió y vi su cara más cerca de la mía.

Vi como poco a poco se acercaba, noté su otra mano en mi cintura, y sonreí intentado relajarme. Nunca había estado tan cerca de un hombre.

Cuando Jacob y yo nos quedábamos solos, o por lo menos sin la presencia de nuestros padres, siempre estaba algún criado, y aunque a escondidas nos dábamos la mano, la mirada de Rhys estaba causando muchos más cosquilleos en mí que la mano del castaño.

Él y yo nos conocimos cuando éramos pequeños, y fuimos amigos muchos años, realmente siempre le había visto como un amigo, aunque llevase tres años de noviazgo con él, y medio año prometida.

-¿Quieres que me aleje?

Negué y él se acercó más juntando nuestras narices. Sentí un escalofrío por mi espalda, pero decidí quedarme callada y admirarle.

Él hizo lo mismo por un rato, hasta que su mano en mi mentón se fue hasta la nuca, trazando círculos con su dedo pulgar, su cabeza giro un poco, y terminó de acercarme, hasta que nuestras bocas se juntaron.

Cerré los ojos sintiendo como sus labios cubrían los míos, como su mano me aferraba a él, mis manos fueron inconscientemente a su pecho y se aferraron a su camisa.

No abrí los ojos en el rato en el que nos estuvimos besando, él llevaba el control de la situación, y a mí no me importaba, porque cuando terminó, se tumbó y me atrajo a él, abrazándome.

-Ha sido mi primer beso -susurré recordando lo que había pasado.

-Me alegra enormemente, creo que me voy a hacer adicto a tus labios, así que espero que nadie más los bese.

Sonreí de medio lado por su posesividad, pero luego me acomodé un poco y le miré antes de mirar su pecho, donde con una de mis manos, dibujé círculos mientras pensaba como decirle a Rhys, que también me sentía atraída por Ryan.

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