3 de Diciembre de 1712

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FLORA

—Mike levántate ahora mismo.

Le dije desde la puerta de nuestro camarote, el abrió los ojos y me miró con una sonrisa incitándome a volver a la cama, pero negué.

—No están, les han cogido.

Su sonrisa se borró de inmediato, y me miró con clara preocupación. Se levantó desnudo, y cogió su pantalón.

—¿Cómo que no están?

—Mike no están, tenemos que buscarlos.

Él asintió y se terminó de vestir antes de salir del barco. Corrimos por todo el pueblo en busca de ellos, lo bares y cada uno de los sitios posibles, al final pudimos ver como dos guardias ingleses salían de un edificio, nos temimos lo peor, y volvimos al barco.

—Te das cuenta de lo que les pueden hacer, si se enteran de que Nyx tiene una relación con ambos.

—Lo sé —dije con miedo —tenemos que rescatarlos.

Empecé a caminar por el barco, hasta llegar al timón.

—¿Que dices?

—Mike, mi hermano está ahí, y Nyx es mi mejor amiga, no voy a dejar que los maten. Desata las cuerdas, nos vamos.

—¿Vas a ser la capitana?

—Por supuesto.

—En ese caso estaré encantada de seguir tus órdenes.

Se acercó y se acercó a mí y me dio un beso fogoso.

—Mike —interrumpí y él sonrió antes de separarse

Intentamos guiarnos a partir del mapa de Nyx, y estuvimos trece días hasta llegar a su condado. Dejamos el barco debajo de un acantilado, y aprovechando que el mar estaba bajo, corrimos por la playa hasta llegar a las primeras calles del pueblo.

Entre los dos conseguimos abrir la puerta de una casa que se veía abandonada, nos aseguramos de que no vivía nadie.

Durante tres días estuvimos planeando como hacerlo, y cuando oímos que habían pillado a unos piratas y los iban a llevar a la plaza, supimos que eran ellos.

Nos pasamos las noche preparándonos, y por la mañana al oír las campanas, miré a Mike nerviosa y él me dio un beso para que me calmase.

NYX

No sabía cuánto llevábamos encerrados allí, Rhys intentaba calmarme, mientras que Ryan mantenía silencio, todos estábamos nerviosos, y con miedo. No sabíamos nada de Edmond y Aaron, por lo que nos preocupábamos.

Oímos la puerta de hierro oxidado abrirse, y pude oír tres voces de distintas personas.

Me acerqué hasta Ryan, y le abracé, él me levantó el mentón y mostró una sonrisa, con la intención de tranquilizarme.

—Vamos a salir de aquí, fueguito.

Sonreí al ver como Ryan se había apropiado del mote de su hermano y antes de poder besarle. Rhys nos frenó.

—Vienen los guardias.

Nos separamos y nos sentamos los tres, quedando yo entre los hermanos, con la espalda en la fría pared.

No pudimos ver con exactitud cuántos guardias había, pero tres de ellos se acercaron, nos levantaron y ataron nuestras manos de nuevo, para salir de celda.

Vi a Edmond y Aaron en la misma posición que nosotros, y me alegré un poco al saber que estaban bien, aunque eso no duraría mucho.

Caminamos por las calles del pueblo, que estaba al completo, la gente había salido de sus casas para vernos, podía oír abucheos, murmuros, y al mirar algunas caras tristeza y pena.

NyxDonde viven las historias. Descúbrelo ahora