Cap: 4 Revelaciones y lo nuevos esposos

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—Deberías decirle a los padres de Luke que tienen nietos, creo que aquello lo pondría feliz.

Saint no evita mirar con cara reprobatoria a su hermana mientras intenta doblar la ropa de sus bebés.

—Ya te dije que no, no quiero manchar la reputación de él, no se lo merece.

La hermana enojada responde desde la cama:

—Quien no se merece vivir en una minúscula habitación y rogar a los dioses llegar a fin de mes sin desajustar el presupuesto para que a tus bebés no les falte nada eres tú.

—Fue mi decisión, así que respétala—contesta Saint enojado mientras intenta cambiar un pañal.

Samantha no dijo nada, pero encontraría la manera de que los padres de Luke se enteraran de que tenían nietos.

***

Mew estaba en la cocina preparándose un delicioso sándwich de queso fundido, para Mew unas de las creaciones más sublimes inventadas por los mortales, ya con el delicioso Sándwich el cual se podía ver el derretido saliendo de los bordes, lo pone en la mesa y se sienta agarra su apetitoso sándwich y se da cuenta de algo, necesitaba una bebida para acompañar su almuerzo, va a la nevera y se sirve un vaso de jugo, cierra la nevera y cuando gira para degustar su sándwich, Gulf le estaba dando un mordisco.

—Mew esto está rico.

—Que bueno que le guste mi rey—suspira y sonríe mientras ve cómo degusta el fundido de queso.

Gulf lo mira mientras intenta lamer su comisura, ya que un poco de queso estaba en esa área de la boca.

—¿Es de fresa?

—Con kiwi su majestad.

—Mucho mejor.

Mew se acerca y le pasa el jugo mientras con su pulgar limpia la comisura de Gulf, luego de esto lleva el pulgar a su boca y lo lame, gesto que hace sonrojar a Gulf, Mew se retira y se sienta frente a él, no comió su delicioso sándwich y menos pudo disfrutar su jugo, pero disfrutó de algo mucho mejor.

—¿Mew?

—Si, ¿su majestad?

—Estamos a solas, no hay necesidad de llamarme rey, llámame por mi nombre suena hermoso en tus labios podemos actuar como iguales.

—Gulf.

Gulf sonriendo responde:

—Dime.

—Te comiste mi sándwich.

—Lo sé.

***
El arqueólogo estaba muy enojado, así que fue directo al despacho real. Luego de 3 horas Yael lo pudo recibir, ya que aquel día se la pasó reunido con sus consejeros y luego con los duques.

—Doctor Brant ya puede entrar—dijo la asistente con una marcada indiferencia hacia el doctor.

Brant asiente y la asistente lo deja pasar, cuando el arqueólogo entra puede ver al rey con su corona puesta mientras se comía una hamburguesa, Yael notando cómo aquel hombre de aspecto enojado se le queda mirando dice.

—¿Qué?, ¿nunca ha visto a un rey comiendo en su oficina?

El arqueólogo de inmediato inclina su cabeza:

—Disculpe su majestad, no quise verle fijamente la cara.

—Siéntese, por lo visto mi asistente se equivocó.

—¿Por qué lo dice su majestad?

—Según ella usted estaba algo molesto.

El doctor Brant sonríe nerviosamente y se sienta.

MAYORDOMO DE MI CORAZON.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora