Capítulo 22

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Es curioso como puede llegar una persona a profundizar en su cabeza cuando se aburre.
La sala donde metían a todos los castigados no era muy alegre. Había algo en ese color verde palo que lograba deprimirte aún más. La habitación no estaba muy llena y no reconocía a nadie.
Estaba muy segura de que los siguientes 60 minutos no iban a pasar precisamente rápidos.
Nos vigilaba la profesora de lengua, una señora mayor que se quedaba dormida solo con sentarse en una silla. No era problema sacar el móvil delante suya, porque ni veía ni escuchaba lo suficiente.
Mis ojos dejaron de centrarse en la pantalla de mi teléfono cuando por gracia divina vi entrar a Hugo a la sala. Dio un pequeño escáner al aula y a la gente que nos encontrábamos allí, cuando me vio me saludo y se dirigió a sentarse justo al lado mío. No sabía a que Dios agradecer tener a alguien con quien hablar.

-¿Qué te ha pasado? - Hugo tenía un ojo un poco amoratonado.

-Un gilipollas del equipo contrario decidió en mitad de partido aterrizar sobre mi cara- Hugo jugaba en un equipo de élite, no como Fran, que era el del Instituto.

-¿Por qué estas aquí pequeño ángel?

-Me he peleado con la de matemáticas.

-Bruja.

-Si es, pero menos mal que has llegado, una hora sola y me pego un tiro.

-Mucho tiempo para pensar.

-Demasiado.

-¿Y por qué no te gusta pensar?, ¿qué problemas hay debajo de esos rizos? -Hugo y yo habíamos sido amigos desde que empezó el curso, nos habían forzado a ser amigos más bien, estar sentado 6 horas durante 5 días a la semana te dejaba muy poco margen a no ser amigos. Pero no sabía si podía llegar a contarle algo tan privado. Tengo que decir que la opinión de un tío no me vendría nada mal, y aunque tengo a Fran que es casi como mi hermano, el sólo me diría algo como :"follatelo y desechalo" . Fran en esos aspectos es muy poco sentimental.

Cogí un poco de aire antes de empezar a contarle las cosas a mi compañero.

-¿Así que te has besado con Alessandro? - Asentí

-¿Y dormiste juntos? -Afirme de nuevo con la cabeza

-¿Y no tienes pesadillas sólo cuando está él contigo?
Asentí de nuevo

-¿Y están ricas las babas de Clara? -Iba a asentir de nuevo por inercia pero me quedé paralizada. ¿qué acababa de decir?

-¿Las babas de Clara? -Decirlo en voz alta era como todavía más tonto.

-Alessandro se lío con Clara antes de irse de la fiesta, se separó de ella cuando te vio salir a la distancia con el chaval ese.

-Dime que es broma Hugo- Mi amigo negó con la cabeza y puso una pequeña sonrisita en el rostro. No me lo podía creer, última vez que nos fiamos de un hombre Victoria, última vez. El timbre sonó indicando las cuatro de la tarde cuando yo ya llevaba un rato con la mirada perdida. Estaba pensando en como podía haber sido tan estúpida. La rabia que tenía acumulada en el cuerpo no era sano. Alessandro se iba a arrepentir. Me estaba haciendo un juramento a mi misma, ese hombre va a ponerse sobre sus rodillas por lo que ha hecho.

Al salir del instituto llame a todos mis amigos, le pedí a Fran que se pusiera a organizar aquel botellón del que habíamos hablado, mi amigo me prometió que para el viernes estaría todo listo. Llame a Laura, Ángela y Susana para no sólo contarles la nueva información, si no para empezar a planear las cosas de la fiesta, como por ejemplo donde decíamos que nos íbamos a quedar a dormir o que nos podíamos dejar de ropa unas a otras. Llame a mi primo Jorge para pedirle que se llevará a algunos amigos universitarios y deje un mensaje por el chat grupal de mis amigos. Fran empezó a escribir por el grupo de nuestra clase avisado de que estaban todos invitados.
Solo quedaba esperar los tres días y jugar bien las cartas.

En los brazos de Morfeo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora