Capítulo 12

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Quedaba una semana de clases antes de las navidades, solo dos exámenes más y sería libre por dos semanas.
Mis ojos se centraron en el espejo, me mordía el labio mientras intentaba que las trenzas me salieran lo más iguales posibles, sonreí a mí reflejo después de ponerme la colonia.
Metí la botella de agua y el bocadillo en la mochila ,ya estaba lista para salir. Me colgué la mochila a la espalda, mucho más liviana que de costumbre, lo que me pareció totalmente normal, ya que en vez de libros llevaba en su mayoría comida , algo que agradecía enormemente, tener una excursión, por pequeña que sea era el mayor respiro del mundo.

Como de costumbre, mis amigas estaban listas, esperando por mi en la puerta, todas con ropa de deporte y el pelo recogido de maneras distintas, me rodee los brazos, aunque nuestro pueblo estaba situado al sur, y no nos podíamos quejar del clima, hacía frío. Agradecí la sudadera calentita que llevaba. Era más temprano de lo habitual, Antonio nos había especificado que teníamos que llegar por lo menos veinte minutos antes de que empezara el horario escolar, echaremos el día entero en el campo.

Corrimos las últimas calles, llegabamos un poco tarde. Yo no podía dejar de reír , Laura tiraba de Susana ,(a la que nos encontramos de camino), a Ángela le votaba la mochila en la espalda al correr, yo al reírme había perdido velocidad y me encontraba un poco por detrás de Ángela, que no dejaba de recordarnos lo lento que ibamos. Los vecinos madrugadores de la zona nos miraban, suponiendo nuestra locura.

Cual fue nuestra sorpresa cuando al doblar la última esquina nos encontramos con Antonio, de pie, solo, sin ni si quiera rastro del autobús, nos miramos intentando recuperar el aire mientras nos acercabamos a nuestro profesor, temiendo haber perdido el bus y por consiguiente la regañina que nos tocaba.

-Antonio, podemos explicarlo, nosotras...- Intento hablar Ángela que iba en cabeza.

Nuestro profesor rio bajandose las gafas de sol que tenía desde que le conocíamos, rio tanto que nos preocupamos por su salud mental, ¿ qué le pasaba?, mis amigas y yo nos mirabamos pensando que tendríamos que llamar a una ambulancia como no parara. Genial, habíamos vuelto loco a el único profesor que nos aguantaba.

-¿Antonio?, ¿estas bien?-Se atrevió a preguntar Laura

Antonio tardo un poco en recuperar la compostura, se quitaba una lagrima que se le había saltado del ojo, y no pude evitar pensar en el cariño que le tenía a ese profesor, en todos los consejos que nos daba, en como nos ayudaba indirectamente tantas veces como podía.

-Vosotras señoritas, no sois las ultimas en llegar, sois las primeras- Nuestro profesor hizo una pausa para mirar el reloj antes de continuar- Llegáis quince minutos antes.

¿Enserio Antonio? No me puedo creer como nos la había jugado, el muy inteligente nos había dado una hora mucho más temprana que a los demás, mire hacía atras, donde se encontraban Laura y Susana intentando recuperar todavía el aire, teníamos las tres la misma cara de sorpresa

-¿Por qué?- Logro decir Susana

-Ya era hora de que llegarais puntuales a algo, ¿no os sentís bien con vosotras mismas?, ¿Cómo es esa frase? A sí :"Los últimos serán los primeros", no sabeis la alegría que me causa haber visto esa frase hecha realidad.

¿Quiero mucho a nuestro profesor? sí , ¿tenía ganas de estrangularlo? también.

Decidimos sentarnos en uno de los bancos que había fuera de nuestro instituto, no teniamos otra que hacer tiempo, Antonio había entrado al centro para hacer los preparativos de ultima hora, como ir a por las listas y los materiales. Nuestros compañeros empezaron a llegar y unirse a nosotras, el reloj de Ángela marcaban las ocho y veinte , ya quedaba poca gente por llegar, solo ibamos los de último curso, por los que nos conociamos todos entre todos.

En los brazos de Morfeo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora