¡Solo Pido un Respiro!

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Dos niñas jugaban alrededor de una hermosa fuente cuya belleza no se comparaba a ninguna otra, con el agua más pura y cristalina, adornada de estatuas de marmol como una extravagante decoración, incluso un arcoíris se extendía por encima de la fuente.

Estas dos niñas jugaban a esconderse.

Una de ellas era albina y de bellos ojos azules, usaba un vestido blanco con adornos azules, era la más pequeña de ambas, aparentaba 8 años en terminos humanos, pero dicha niña no era para nada humana.

Era una divinidad, la suerte personificada, se trataba de la diosa Eris.

La cual buscaba a su compañera de juegos por los alrededores sin éxito.

Revisó cada columna, cada arbusto que decoraba el ambiente, detrás y debajo de cada estatua e incluso los banquillos y bellos árboles de hojas doradas que formaban parte del ambiente, no encontró a su amiga en ningún lado.

Suspiró rindiendose, pesando que su amiga simplemente la había dejado por aburrirse de ella, se apoyó en el borde de la bella fuente de agua con una expresión de tristeza y no fue hasta que notó una sombra bajó el agua que pudo reaccionar.

-¿eh?-

-¡sorpresa!-. Del agua emergió repentinamente una tierna niña de largo cabello azul y ojos a juego, aparentaba unos 12 años y usaba un vestido azul con adornos dorados.

-¡waaaaahhh!-. La albina cayó sentada por el susto y miró a su amiga la cual reía sonoramente.

-¡hahahaha! ¡Eso suma otra victoria para mi!-. Declaró la peliazul sonriente con una pose triunfal.

-Aqua onee-chan, habiamos dicho que no valía esconderse en la fuente-. Protestó Eris inflando sus mejillas.

-¿eh? Pero si no me escondi en la fuente, me escondí en el agua~ ¡así que cuenta!-.

-¡eso sigue siendo trampa!-.

-ya ya~ ¿que tal si vamos por unos dulces? Puedes tener la mitad de mi parte como compensación!-. La peliazul alzó su pulgar y la albina pareció pensarlo unos momentos para luego asentir.

-¡si! Suena bien-. Accedió Eris.

-bien, ¡entonces vamos!-. Aqua alentó a la menor a seguirle.

Minutos después, las niñas se encontraban sentadas debajo de un árbol disfrutando de sus dulces.

-¡delicioso! ¡Debería volverme la diosa de los dulces!-. Declaró Aqua mientras mordía una paleta.

-no creo que exista ese tipo de dios onee-chan-. Comentó Eris sonriente mientras llevaba un caramelo a su boca.

-¡pues debería! Los dulces traen alegría y felicidad a todas las personas!-.

-alegría y felicidad son sinónimos onee-chan-. Interrumpió Eris con una gota de sudor.

-¡como sea! ¡Si fuera la diosa de los dulces seguro sería muy amada y venerada por todos!-. Exclamó la peliazul alzando su puño.

-aun así no creo que haya tal tipo de dios onee-chan-. Volvió a mencionar Eris.

-buuuh~ que no deberías alentar a tu hermana mayor? Eris-chan-. Aqua se cruzó de brazos inflando sus mejillas.

-lo siento lo siento~-.

-si si~, hm, oh, Eris ¿qué tipo de diosa quieres ser tu?-. Preguntó animadamente la peliazul.

KonoSuba: Bendita Sea Mi SuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora